capitulo 6

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Antoine de Saint- Exupéry...





Mara







Después de intentar llamar a mi tía una y otra vez y no me contestara, me encerré en mi habitación y puse el pestillo temiendo de que mi padre entrara y me hiciera daño, deje salir más y más lágrimas, gritos e insultos salían de mi, me diriji al baño para lavarme un poco la cara y salír de la casa sin antes ver qué ya se habían ido, me encamine a un puesto de helado que estaba a unas cuadras de mi apartamento, llegue y se encontraba Steve un gran amigo, me conoce desde muy chiquita ya que siempre iba a ese puesto y siempre pedía el mismo sabor de helado, Steve era un hombre ya mayor y su su cabello era negro con unas que otras canas, y sus ojos son café oscuro,al igual que su piel en cuanto me vio me regaló una enorme sonrisa dónde se le marcaron unos pequeños hoyuelos en sus mejillas

- hey marita- si, el también me dice así

- hey Steve, ¿Cómo estás?- pregunté con una diminuta sonrisa sentandome de espaldas

- estoy bien,muy guapo claro ¿Y tú cómo estás?

Antes de poder responder un coche negro se estaciona frente al puesto de helado trate de ver quién era pero no lo logré ya que tenía los vidrios polarizados, por el rabillo del ojo pude notar quien se bajaba del coche

Christian

Si, ese Cristhian traía unos vaqueros azul oscuro y una franela blanca y una chaqueta de cuero, sus ojos estaban cubierto por unos lentes de sol se acercó al puesto¿Que hacía un chico como el en un puesto de helado? Se acercó a dónde estaba Steve

- hola Steve

- hola Christian, tiempo sin verte

Espera ¿Ellos se conocen? Christian no nota mi presencia hasta que Steve me mira y pregunta

-¿El mismo de siempre?- le pregunta a Christian y luego posar su vista en mi

-¿El mismo no mara?- pregunta sonriente

- por supuesto -espeto, Steve se va detrás de la bodega para buscar nuestros helados y escucho a Christian hablar al notar mi presencia

- ¿Mara?,¿ Mara Wilson?- pregunta, me giro y lo veo se ha quitado los lentes y sus ojos están puestos en mi su ceño está levemente fruncido

- la misma- digo

- ¿Que haces aquí?- pregunta con un tono suave

- Un helado siempre sirve para mejorar las cosas ¿No? - digo sin pensar, sin el helado siempre me ayuda a calmar un poco, el me mira un poco sorprendido en eso Steve llega y pone dos helados de frambuesa en la vitrina los veo confundida iba a preguntar qué porque había traído dos helados en ves de uno pero la voz de Christian se adelantó

- ¿Frambuesa?- me mira- ¿Te gusta el el helado de frambuesa mara?

- es su favorito, viene desde muy pequeña y siempre pide el mismo sabor - dice Steve divertido y Christian suelta una pequeña risa, yo miro a Steve con los ojos entrecerrados y el levanta las manos en señal de inocencia, me despido de Steve y camino hacia un pequeño lago donde se puede observar el hermoso atardecer, empiezo a comer mi helado que está buenísimo por cierto así que me lo como en segundos, pasan unos segundos cuando una voz habla

- ¿Te importa si te acompaño?

Volteo y veo a Christian, solo niego con la cabeza y el procede a sentarse junto a mi haciendo una pequeña distancia lo veo y noto que tiene el helado en sus manos me sorprendió ver qué pidió ese sabor a la mayoría de las personas no les gustaba el helado de frambuesa, yo no entendia porque si era jodidamente delicioso

Un Viernes por la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora