Un Viernes por la noche.

Capitulo 21

Con la mirada perdida y el alma
destrozada

Mara

Mi madre, no he pensado en otra cosa que no sea ella y la carta que me ha dejado antes de poder ver y sentir como la vida escapaba de sus ojos, temi por un instante el pensar que Aaron iba a estar ahí, por eso le pedí casi le rogué a Christian que por favor me llevase a mi apartamento , el no ha querido soltarme, se ha quedado aquí desde el comienzo de toda esta pesadilla y no saben cuánto le agradezco por eso, mi cuerpo no ha parado de temblar y yo sigo aferrada al cuerpo de el como si de alguna manera el fuera el único capaz de tranquilizarme un poco y hacerme sentir emociones que jamás pensé que sentiría, mis ojos están hinchados¿Pero que importa?. Toda mi vida me he preguntado el por qué, ¿ Por qué yo?¿ Por qué hacerme daño de esta forma? ¿Me lo merezco? Es cierto que la vida tiene miles  de significados, es cierto que no es lo mismo vivir que sentirte vivo, no es lo mismo simplemente estar ahí en la vida inconscientemente que hacer algo por ti y tu bienestar sin importar lo que digan los demás, pero es sumamente difícil el querer vivir cuando tienes una vida de mierda gracias a tus propios padres, ambos me dieron la vida pero también se hicieron cargo de que ya siquiera pudiera soportar el se encargó de hacerme infeliz y de hacerme sufrir marcandome  de una de las peores formas, a pesar de los insultos, a pesar de los golpes yo siempre la quise, en el fondo siempre quise a mi madre siempre me decía a mi misma que ella era mi madre y que era capaz de cambiar y darse cuenta de la gran hija que tenía, siempre la quise, solo que el rencor era más fuerte y era algo muy difícil de olvidar.Sin embargo esa noche note el arrepentimiento en sus ojos, note como ya sus ojos no tenían brillo al igual que los míos y note como ya su sonrisa había sido destrozada igual que mi infancia.

—Mara, cariño — siento la pequeña caricia de la mano de Christian en mi cabello, sin embargo no me muevo, sigo mirando un punto fijo.Con la mirada perdida y mis mejillas llenas de lágrimas que seguían saliendo, el alma destrozada, el corazón con otra grieta más al récordar todo lo que pasó en tan pocos segundos.

—La vida es una maldita montaña rusa— hablo en voz baja y con la voz ronca, y es que apesar de haber gritado lo injusta que era la vida y haber tratado de soltar todo lo que podía aún sentía el enorme nudo en la garganta y mi pecho no paraba de doler.— solo unas horas antes estabamos felices, riéndonos, burlandonos. — el solo me escucha claramente y no deja de pasar su mano por mi espalda sin dejar de abrazarme mientras yo hago el mayor esfuerzo para no volver a gritar nuevamente— Y mírame aqui— en este punto solo suelto un susurro el llanto me ahoga y empiezo a sollozar nuevamente.

Y es que de eso se trata, la vida es una maldita montaña rusa, en solo un segundo tu feliz y perfecta vida puede caer por completo y te estrellas contra el piso destrozandote de la peor forma, solo se trata de segundos, segundo importantes que hay que vivir como si fuera el último pero creeme que eso no cambia el hecho que vayas a sufrir, solo un segundo, un minuto basta para dañarte, quitarte lo que más quieres y crearte cicatrices imborrables en tu corazón que apesar de todo siempre dolerán.

— No sabes cuánto lo siento Mara— toma mi rostro en sus manos y trata de limpiar mis mejillas, me mira por un instante, tan sensible, tan delicado, en el fondo como si no le gustará verme así

—¿te puedo pedir algo?— pregunto en un susurro

— ¿Que pasa?

— No te vayas— digo y el medio sonríe —  por favor, quédate, solo por esta noche.

— No pensaba irme Marita, no pienso irme y dejarte de esta forma, claro que me voy a quedar contigo, toda la vida si es posible.

No digo nada solo lo miro por un segundo mientras paso débilmente mi mano temblorosa por su mejilla el sube una de sus manos a mi cabello y me acerca con cuidado hacia el, dejando que nuestras narices se rocen y me mira