Capitulo 24

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Mara








Horas

Solo faltan unas horas.

Para tener que ir al funeral de mi madre, tener que dar por hecho su muerte y claro tener que verla en es ataúd, pálida, sin vida y sin poder decirle a los ojos cuánto la amo y que nunca perdí esas pequeñas esperanzas que ella también me amaba, nunca se me fueron las esperanzas de que ella si me quería solo no era el momento, pero después de todo se arrepintió en el último instante de su vida. Aún sigo leyendo su carta, aún sigo viendo su delicada caligrafía, dónde expresa lo mucho que le dolió todo lo que pasó la primera vez luego de varios años por verlos. ¿Me dolía saben? Nunca quise aceptar realmente que ellos me trataron de esa forma, nunca quise aceptar el hecho de que mis propios padres, las personas que me regalaron la vida fueron los mismo que se encargaron de que yo me cansará de vivirla. Mi padre nunca oculto con nadie su desprecio hacía mi y hacia mi tía. El día que fue a mi apartamento fue la primera vez que me llene de un coraje que no tenía ni idea que podía alcanzar y le grite, por más que me retuve, por más que trate ni siquiera verlo no pude, simplemente explote, el siempre catalogaba mis problemas como “niñerias". Ahora lo que temía era encontrarmelo en el funeral de mamá, no tengo fuerzas para poder hablar con el, siquiera decirle lo de la carta, decirle que mi madre si me amaba, que todo esto fue su culpa y solo su culpa, el despreció a mi madre, pero gracias al amor que ella sentía por el se dejó manipular y eso hizo que ambos hicieran conmigo lo que les dió la puta gana. No he visto a mi tía Amara desde que me desmaye en el hospital, Christian me dijo que al parecer tuvo que hacer unas cosas y estuvo sumamente ocupada las últimas horas. Por otro lado al ir a la casa de Christian, Alice la madre de Christian me recibió con un abrazo, me tomó desprevenida así que me tense pero dude un poco antes de responderle al abrazo y sentir esa calidez de un abrazo de una figura materna.
Christian no se separó de mi ayer en toda la tarde, me dormí en sus brazos y al despertarme no estaba así que al salir al precioso jardín muy bien conservado gracias a la señora Alice, al salir Cristhian estaba abrazado a su madre, mientras ella pasaba con cariño una mano por su espalda, se me aguaron los ojos y salí rápidamente de ahí eso sin antes decir estupideces y casi morirme de la vergüenza. Christian me siguió enseguida, preocupado me preguntó que tenía y mentí diciendo en voz baja un No se claramente el no me creyó, subimos a su habitación, sin antes chocarnos con Victor el padre de Liz y padrastro de Christian. Note que quiso tratar de preguntarme nuevamente pero simplemente no dijo nada. Me abrazo y no deje que se separara de mi,no deje que me dejara sola, no quería. Nos vimos interrumpidos por los golpes en la puerta. Era la mamá de Christian junto a Víctor, Christian salió a hablar con ellos y al entrar nuevamente le pedí que me llevará a casa el solo asintió. No tuve que pedirselo, se quedó a dormir conmigo nuevamente, las pesadillas no han vuelto pero si los pequeños ataques de ansiedad y las ganas de llorar me colapsan por completo que no puedo reprimirlas así que solo lloró una y otra vez mientras el me tiene en sus brazos sin soltarme, sin decir ni una palabra, solo me abraza, dejando pequeños besos en mi rostro, me ayuda al calmarme y vuelve a acostarse a mi lado. Pude dormir un poco, solo un poco, el pensamiento de que ya hoy es el funeral de mi madre no me deja si quiera respirar bien.

—Mara— Alguien toma mi rostro y veo que es Christian quien tiene una bata de baño y su cabello está mojado que  pequeñas gotitas de agua  le caen por su rostro, noto que está frunciendo el ceño y ahí noto que yo estaba viendo un punto fijo de la habitación, con los ojos perdidos y el se dió cuenta de eso.

— Me voy a dar una ducha— evito su mirada y tomo una toalla y mi ropa y entro al baño rápidamente, tomo unas que otra bocanadas de aire y me quito la pijama, entro a la ducha y abro la llave, el agua cayendo rápidamente por mi cuerpo, tomo un poco de shampoo en mis manos y masajeo mi cabello un poco la espuma cayendo por mi cuello, mi espalda y mis pechos, cierro los ojos y dejo que el agua se lleve todo, paso las manos por mis brazos y el resto de mi cuerpo quitando los restos del jabón, salgo y tomo la toalla, me quedo frente al enorme espejo que está sobre el lavamano, termino de secarme y tomo mi ropa, Christian toca la puerta y salgo,  el me mira unos segundos y se pone a un lado para que pueda pasar, se sienta en la cama y yo me siento a su lado, me coloco los zapatos rápidamente y cepillo mi cabello, el pequeño sobre esta aún sobre mi mesita de noche, al terminar de peinarme lo tomo y lo meto en la pequeña gaveta.

Un Viernes por la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora