Oh, mi amor [J.J.K]

03|Cómo mantener una relación de esposos oculta del mundo.

Actualidad:

26 de Mayo, 2022.

Corea del Sur, Seúl.

8:30 a.m

—Hoy debemos portarnos bien —dije para mi esposa.

—Lo dice quién me amor-

—Quien te ama, sí —interrumpí para su bien.

Pero Yeseul odia que la interrumpa mientras habla, así que se molesta;

»—¡Oh! —sonreí para Yoongi hyung, quién se encontraba a las espaldas de mi esposa— buen días, hyung.

Frunció el ceño. —¿Estás lo...? —y volteó tras suyo— Oh, buen día, Yoongi oppa.

—Buen día, parejita —con tal de evitar saludar a los dos por separado, nos saludo juntos.

Típico de Yoongi hyung..., pensé. Ya estaba resignado;

—Hay cereales en la alacena, oppa —señaló mi esposa.

—...Okay —hyung aún no sabía bien como tratar con mi esposa, y a veces es taaaan obvio.

Pero ahora soy yo quien está molesto;

—A mí no me dices oppa —recalqué con recelo. Yoongi hyung ya se había ido con su tazón de cereal.

—Por dios, JungKook —mi esposa suspiró con cansancio— ¿qué más cercana quieres que me muestre a ti si hasta compartimos la misma cama?

—Muchísimo más que lo actual, Yeseul —dije—. Soy tu esposo.

—Ya para con tus celos, por favor.

La mujer siempre tiene la última palabra.

...Y en los años que tengo de conocerla, siempre lo reconfirmo.

—En fin —dejé en paz el otro tema—, hoy es el día de la ascención.

—¿Qué?

Señalé mi teléfono. —Según el calendario, lo es.

—¿Desde cuanto tú tan creyente? —inquiere por diversión.

—Desde que los votos de el padre nos unieron —le respondí.

—A otro perro con ese hueso —dijo.

La miré raro. —Deberías dejar de ver tantas telenovelas venezolanas que últimamente no se te entiende nada.

—Ya quisieras —dicho eso, se fué dejándome con la palabra en la boca.

—¡Eres muy descortés! —le grité para que me escuchará.

Sin embargo eso sólo la hizo reír.

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7:00 p.m

—Hola, guapo —mi esposa entró al living— ¿A qué hora pasas por el pan?

¿Por qué decía eso con picardía?...

—¿Qué? —fruncí el ceño. No entendía— ¿quieres pan?

Yeseul río fuerte.

»—Ya, en serio —le dije—. Esas novelas venezolanas hacen que no te entienda nada.

—Hasta que la muerte nos separe, dijo el padre —se burló divertida.

—Ya Hoseok hyung te daño —me lamente. Sabía que no debía dejar que hyung la empezará en ese mundo de las telenovelas.