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-Vamos Cam, solo pásame ese estúpido apunte.- di vuelta mi habitación con la llamada en altavoz.
-No debiste desafiarlo, ni siquiera pidió esa mierda.- rió en burla.
-¿De que habló entonces?.- suspiré sentandome rendida en mi cama.
-Habló solamente de historias británicas negras. Comunidad, preservación e historia pública.- dijo y supongo que leyó de su libreta porque cam, cam jamás recordaría tanto.
-Bien, tengo una idea.- sonreí.
-Te dejaré, Jamie me llamara en minutos.- avisó.
-Es mayor...- le dije reprochando su comentario.
-Con razón tanta experiencia.- suspiró como tonta y luego comenzó a reírse.
-Lo conoces hace un día.- hablé seria.
-¿Ya hablaste con Bruno?.- cambió de tema.
-Emm no, yo lo haré en cuanto lo vea.- suspiré.
-Bien, ocúpate de eso y te llamo luego.- cortó el teléfono antes de que pueda replicar.
Suspiré y fuí a tomar un baño, realmente las duchas limpian mucho más que solo el cuerpo, siento que hasta te sientes más liviano. Mi madre llega tarde del trabajo, así que aún tenía tiempo de preparar la cena. Algo simple como carne al horno con algunas papas. Bajé mis libros y computadora, hice dos trabajos aunque me complique muchísimo pero, no me daría por vencida, mucho menos por él... le cerraré la boca a ese hombre.
Es tan caliente...
Borré cualquier pensamiento que estaba fuera de lugar, lo que hice estaba mal. Y pronto una llamada entrante a mi celular me hizo dejar mi bolígrafo y mirar la pantalla. Atendí, su voz denotaba que él estaba súper emocionado. Sus vacaciones aún no terminan y ese es el beneficio de ser el hijo del director de nuestra universidad.
Bruno...
-Bebé.- habló animadamente
-Hola, ¿como has estado?.- traté de responder de la misma manera
-Debiste venir, me haces falta.- se escucharon risas atrás de él, casi nunca estaba solo.
-No la estás pasando mal.- jugué acariciando la página del libro en la que realizaba los trabajos.
-Te extraño, mi bichito.- dijo un poco desanimado sin responder lo anterior.
