Manos ⚠️

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Nuestros cuerpos eran empujados por un pasillo, estaban desenfrenados y mi vestido comenzaba a molestarme por como el calor subía en mi.
En medio de mis muslos sentía como se formaba la humedad y él aspiraba el aroma de mi cabello mientras tenía mi firme mi brazo, estaba demasiado pegado a mi espalda.
Abrió una puerta para nosotros y nos adentramos, la vergüenza apareció en mi haciendo que el color rojo se apodere de mis mejillas y no supe cómo seguir ahora, miles de cosas pasaron por mi mente al ver desprendidos los primeros tres botones y ver el inicio de su pecho.

-Solo tienes que decirme que estás de acuerdo y yo no perderé el tiempo- dijo ronco tomándome de la cintura, su frente se pegaba a mi cabeza.

-No voy a negarme, quiero sentir todo lo que quieres hacer en mi- solté un jadeo al sentir que su gran mano me apretó cuando ronronee aquella frase.

Sonrió girandome contra el lavabo, por fin dimensioné donde estábamos y el espejo frente a mi me dejaba observar las pupilas dilatadas de aquel hombre mayor que yo, tragué pero sentía la boca demasiado seca en estos momentos. Quiero, necesito besarlo pero mis pliegues húmedos demandan más atención ahora.
Sus manos subieron la tela negra encontrandose la ropa interior del mismo color, rió un poco jugando con las tiras hasta que levantó una de ellas y la dejó caer, me azotó un poco el material y solté un suspiro.

-Eso te gusta?- susurró en mi oído y lo miré por el espejo

-Fué leve- le sonreí atrevida

-Me dejas marcar mi mano?- paso su lengua por mi cuello ahora y solté un gemido

-Hazlo, por favor- siguió chupando mi cuello y dejó caer el peso de su mano en mi

-Mmm- miró dónde su mano había golpeado y mi espalda se arqueaba un poco. Volvió a golpear

Fué parejo con ambos glúteos, me ardían y de pronto comenzó a masajear apretando duro, solté un quejido.
Tomé la decisión de voltearme y él me subió sobre el pequeño mármol donde estaba el lavamanos, el frío alivio un poco aquel picor de sus nalgadas. Agarré su camisa y lo acerqué a mi envolviendo mis piernas, me sentí determinada ante esto pero dado a lo que pasó momentos antes, no me importó. Puse mi mano en su cuello y rocé nuestros labios, acto que lo hizo cerrar los ojos y apretar sus manos, pude ver su autocontrol sobre esto y como se resistía.

-No que mi lenguaje corporal te decía que necesitaba besarte?- susurré y pasé mi lengua sobre su labio inferior -Y tú querías hacer algo más que besarme- ahora lo mordí y el gruñó.

Busque fricción entre nosotros hasta que lo encontré, estaba duro y yo demasiado mojada para él pero aún quería besarlo, quería que él me bese.
Su mano fue a mi pierna y de a poco subía mientras yo jugaba con nuestras bocas, corrió la tela y yo abrí las piernas un poco más para él, un suspiro salió de su boca al deslizar sus dedos por mis pliegues, yo solté un gemido porque tocó mi nervio sensible con su yema.

-Vas a gemir mi nombre o vas a llamarme profesor?- enterró sus dedos en mi

-Mierda- mis caderas balancearon un poco sintiendo sus dedos moverse de a poco

-La boca- sentenció y reí un poco -Crees que es momento para reírte?-

-Fue chist...- gemí al sentír su ritmo acelerar

-Termina la oración, nadie te lo impide- dijo tranquilo mientras sus dedos se movían desesperados y tocando el punto justo en mi

-Fue chistoso, chistoso que te quejes de mi vocabulario- dije apenas sin soltar un gemido

-Bien, aunque tu risa me tenga hipnotizado al igual que tu belleza- apretó mi pierna y acercó su cara a mi boca -Ahora solo quiero escucharte gemir por mi- unió nuestras bocas

Le dí paso a su lengua para entrar en mi boca, mordía de vez en cuando mi labio y yo gemia adentro de su boca por los movimientos de sus dedos, el sonido del líquido juntandose dentro de mi lo hizo sonreir con picardía y me miró sin parar.
Dos dedos dentro de mi y su pulgar dándole atención a mi clítoris, en su brazo se marcaban las venas y me pregunte cómo es que no está cansado.
Un remolino en mi interior amenazaba con mojar el exterior, él lo sabía.

-Oh oh, estás apretando más de lo común cariño- dijo y yo gemia fuerte, desesperada

-Asi, si por favor profesor- mordí mi labio -Joder-

-Que insolente- sacó sus dedos en forma de castigo pero se arrodilló frente a mi

Sentí frío por su respiración sobre mi piel mojada, no tardó demasiado en comenzar a lamer y luego ser más duro, su lengua entraba y salía para luego arremolinar sobre mi botón hinchado por la falta de liberación.

-Vamos linda, libérate por mi- continúo -miré entre mis piernas y se veía jodidamente excitante, quería que no se detuviera nunca -Hazlo para ti, te mereces esto y más- gemí ante sus palabras y comencé a correrme

Me sentí vulnerable, nunca en mi puta vida me había corrido de esta manera porque mis piernas se encontraban en una lucha por mantenerse firmes, él salió luego de chupar todos mis jugos, eso lo hacía más excitante y fue hasta mi boca, su barbilla aún se encontraba húmeda.

-Eres adictiva- tomó mi cuello y me besó -Pruebate- su lengua aún tenía mi sabor

En otros momentos de mi vida esto me hubiera dado asco pero se sentía bien con él, nos separamos por falta de aire y pase mi lengua por su barbilla, luego bajé un poco más a su cuello y su agarre se fue.

-Vamos- dijo y lo miré confundida

-Por que?- pregunté

-Quiero cogerte en un mejor lugar y cuando no hayas tocado una sola gota de alcohol para que al día siguiente recuerdes porque tu cuerpo duele- me besó

Profesor// Joseph Quinn +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora