Entre abro los labios sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos mientras niego hacia Arán con la cabeza.
No le creo, me niego a creerle...
― No... Tu me amas, Tú dijiste que amabas ― susurro incrédula con un nudo en el pecho sintiendo como las extremidades de mi cuerpo se congelan.
Mis dedos estaban sobre su pecho, sus manos toman de mis muñecas regalandome de nuevo esa frívola mirada de cuando nos conocimos, su agarre no es amable, es duro, dañino.
― Ayleté, eso era antes ― expresa con gelidez sin una pizca de empatía o remordimiento.
Aferró mis dedos a su camisa negandome a sus palabras.
― ¿Qué cambio? ― interroga dolida sintiendo una lágrima resbalar por mi mejilla.
Observo como sus ojos se desvían a esa lágrima tensando la mandíbula y su agarre en mis muñecas duele, no es un toque como el que acostumbramos esto no se siente como el deseo sino el desprecio.
― Muchas cosas, no somos de la misma clase Ayleté...
Frunzo el ceño negando.
― ¿Que? Tu nunca habías... dijiste que eso no es problema para ti, hay algo más, tú me amabas ― sollozo tensando la mandíbula.
― Cambien de opinión... Verás... Tu no eres suficiente para mi Ayleté ― expresa fríamente apretando más mis muñecas hago una mueca de dolor.
Me empuja la suficiente para alejarme de él.
― Mientes ― expreso dolida, me niego a creerle.
Mis lágrimas ahora lastiman la piel de mi rostro que se siente hinchada.
― No no lo hago...
― ¡¿Porque esas palabras entonces?! ¿Porque ya no me amas? ― lloro sintiéndome peor que la misma mierda ― apenas ayer...
― ¡Por que existe otra carajo! ¡¿Mejor?! Existe alguien que si vale la pena, alguien que si amo, que si deseo.
Sus palabras llegan como una fría bofetada, cierro los ojos sintiendo mi corazón desconectarse de mi cuerpo en este mismos momento, mi cuerpo se siente frío y débil, casi caigo pero me sostiene y no se si es peor, me sangolotea logrando abra los ojos.
― Existe otra mujer en mi vida que provoca todo lo que tu no, que es todo lo que tu no, es mejor de lo que tu y yo somos...
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DEBACLE © PRÓXIMAMENTE
Bilim KurguLas cuchillas afiladas aún rozan mi piel, sus gritos aún se oyen en mi cabeza, los golpes están grabados en mi cuerpo, la destrucción son una imagen mental en mi cabeza y mi salvador está impregnado en mi instinto. Puedo ver el mundo arder sin mover...