Él no volvió.
Pasé todo el fin de semana encerrado en mi habitación esperándolo, pero nunca vino. Me levanté, el lunes en la mañana, muy temprano y me vestí con tal desesperación que casi corrí fuera de la casa hasta llegar a la escuela.
Cuando mi madre preguntó:
— ¿Nam no te llevará hoy? —Me detuve con mi mano en la perilla, inseguro de cómo responder.
Dejé que sus llamadas fueran a mi correo de voz el fin de semana.
Después de escuchar sus suplicantes mensajes, finalmente lo llamé y le aseguré que me encontraba en la cama, enfermo.
Él esperaba llevarme a la escuela esta mañana. Me obligué a mi misma a sentarme y comer mi desayuno mientras esperé diez minutos más, a que Namjoon llegara. De alguna manera, me las arreglé para aparentar paciencia, hasta que entré por la puerta principal de la escuela.
No pude sentirlo. Él no estaba aquí.
El puchero en los labios rojizos de Jisso me aseguró que no se escondía de mí.Simplemente, no estaba aquí.
Cada clase que pasaba sin él, se sentía como un agujero negro expandiéndose cada vez más en mi mundo.
Joon me miraba con una mezcla de preocupación y frustración que sabía que trataba de ocultar. Una vez que la última campana sonó, salí de la biblioteca y me dirigía a casa. Necesitaba que él estuviera allí. Pero no estaba. Estuvo ausente por dos días más.
Para cuando entré a la clase de Literatura Inglesa el jueves, lo sentí.
El cálido hormigueo creció más de lo acostumbrado después de cuatro días de ausencia. Miré hacia el final de la clase y allí se encontraba él, dándole a Jisso su sonrisa cuadrada mientras trazaba su mandíbula con la punta de su dedo. Río, y él se acercó más y le susurró algo al oído que causo que echará su cabeza hacia atrás y se carcajeara.
Ella miró en mi dirección y sonrió triunfalmente. Mi mirada viajó de ella a Taehyung, quien parecía no prestarme atención en absoluto.
Él la observaba con una sonrisa seductora. Me besó y me dejó solo, confundido, y luego desapareció por cuatro días. Actuaba como si nada hubiera pasado.
Lo miré fijamente, deseando que me notara, que reconociera mi presencia. No lo hizo.
Incapaz de observar más la situación, me di la vuelta y salí de la habitación. Jonnie se encontraba afuera de la puerta, dónde lo dejé. Hablaba con Felix y me miró con una sonrisa de sorpresa.
—Hola, ¿Olvidaste algo? —Preguntó, alargando su mano.
Negué con mi cabeza, con miedo de que el enorme agujero que Taehyung hizo en mi corazón fuera visible para todo el mundo.
Me acerqué a Nam y envolví mis brazos alrededor de su cintura. Sus brazos me rodearon al instante.
—Hablaremos después. —Le escuché decirle a Felix sobre mi cabeza.
—¿Qué pasa? —Susurró a mi oído, mientras continuaba abrazándome.
Quería llorar porque no lo amaba.
Namjoon me amaba y sería fácil enamorarme. Nunca me lastimaría de la manera en que Taehyung acababa de hacerlo. Él era tan bueno y honesto.
¿Por qué no lo amaba a él?
Me apreté fuertemente contra su cuerpo, con miedo de que pudiera escuchar mis pensamientos y me alejara en cualquier momento. Sin embargo, él no podía escuchar mis temores.
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The Devil; VMin
RandomEnamorarse de la muerte aparenta ser una buena opción. ¿Lo es, no? ----- Historia Vmin 📖Primera Edición: "Enamorarse de la muerte no es tarea fácil"