Oh mi amore

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Estábamos Thomas y yo tomándonos un helado, le recomendé que probara algo nuevo, cómo lo era aquella salsa transparente que estábamos viendo y le dí a Thomas para que probara un poco, yo por mi parte , me serví una salsa de frambuesa natural, no se porque, pero aquello me recordaba a la sangre, aunque  era un poco más clara, pero me daba curiosidad hervir la sangre y echarle azúcar, me pregunto si se parecerá a la salsa de frambuesa, pero debería intentarlo para comprobar, así que mientras caminábamos a nuestros asientos, comimos nuestro helado y hablamos, y con el pasar de nuestra platica, Thomas me dijo que su salsa solo sabía azúcar, y qué no le había gustado, porque para él era muy dulce.
Yo le confesé que me gustaría hacer una salsa de sangre y echarle a mis helados, haciéndola pasar por salsa de frambuesa, a lo qué el río y comentó que yo estaba un tanto obsesionado con la sangre, y ¿será tanto así? pero decidí guardar aquel cuestionamiento para mi, como también guardé aquella grabación del primer día que nos conocimos cuando lo ayudé con las cámaras, pensando que me sería de ayuda pero probablemente ahora un extraño está o estuvo ganando mucho dinero gracias a mi video, por venderlo a los medios noticieros o a la policía, pero ya eso no es relevante para mi porque sinceramente no contiene nada que ya no se haya transmitido y comentado ya en las noticias chilenas acerca de nosotros, aquel video solo lo confirma aún más de hecho, por lo que no me importa puesto que ahora estoy en un país diferente al nuestro, con ganas de seguir haciendo crímenes, con el anhelo de pasar más tiempo junto a Thomas, conocer este linda nación con él, pasar tiempo de calidad, sentirme por primera vez vivo, y quizás hasta sentirme feliz de una forma diferente a la de beber sangre.
—¿Qué tal si vamos a la torre de Pisa? Siempre quise conocerla, claro que no podremos tomar fotos porque no tenemos móviles y no podemos comprarnos unos aún.
—¿Por qué?
—Félix, porque debemos esperar mínimo tres meses para que la gente olvide nuestros rostros que aparecen en las noticias, además aún no sé si nos buscan internacionalmente, o si caerán en nuestro hogar en cualquier día de estos.
—Si quieres puedo averiguarlo cuando lleguemos.
—Gabriel está ya en eso, pero gracias igualmente... así que ¿Qué me dices por lo de la travesía?
—Si si, vamos, yo también quiero conocer la torre de pisa y muchos más lugares bonitos de Italia.

Porque cada país y su cultura, me parecen hermosos, cada lugar de Italia posee su arte, así que nos miramos decididos y tomamos un tren hacia la estación más cercana del lugar, y cómo no podíamos tomar fotos, se sentía aún más lindo el pisar aquel lugar, pues, se apreciaba más, antes mis ojos era así, podría decir que era más lindo ante nosotros  que ante a una cámara de un celular, así que con Thomas rodeamos la torre de pisa completamente disfrutando su vista, aunque ya luego de un rato, mis ojos se enfocaron en él, aún mantenía su cabello sujeto a una coleta, claro que ahora con un toque más desordenado, por el transcurso del viaje, junto al sol y al viento que transformaban nuestros aspectos a un poco más desaliñados , incluyéndome, aunque ahora que lo pienso nunca lo he visto con el cabello suelto, pero supongo que aquel privilegio lo podría tener en un momento de más intimidad junto a él, en el que mis manos acariciarán su cabello y agarrará su coleta y la deslizara suavemente por mis manos, también me fijo en que sus ojos se siente pesados, quizás sus enormes ojeras lo hacen parecer así, pero también posee su toque atractivo, y bajando aun más la mirada me fijo en sus brazos anchos y fuertes, lleno de tatuajes que probablemente tienen un significado especial para el, y en la blusa negra que traía puesta, con el sudor se le marcan  los abdominales y más abajo los oblicuos, y no puedo evitar pensar en que es un hombre masculino y atractivo.
—¿Me juzgas con la mirada?
—Práctico mi análisis físico de las personas.
—¿ah sí? Y qué me cuentas sobre mi.
No sé qué contestarle, porque no quiero mentirle pero, me da un poco de vergüenza decirle la verdad y en mi interior también reside aún el miedo, pero no miedo por su rechazo si no más bien por su aceptación, miedo a que yo le atraiga, miedo a sentirme observado, a qué me mire y me trate de una forma morbosa, maldita sea.
—Analizó que tienes una mirada cansada, una mirada que pide a gritos consumir droga para que aquellos ojos brillen y crea por unos minutos, que se le disolverán todos los problemas y cansancio que te agobian ¿o, me equivoco?
—Interesante, y sí, acertaste.
Así que luego de aquella visita nos fuimos a casa, no sé si a Thomas le molestó lo que le dije o simplemente quería descansar, o se sentía observado por mi y eso le molestaba, porque no me habló en todo el trayecto, miraba hacia el frente solo pendiente de los cruces peatonales y el cambio de los semáforos a luz verde, y velando solo por la seguridad de él, porque a mi ni me volteaba a ver, y por primera vez me sentí incomodo a su lado, sentía que el necesitaba comunicarse conmigo, o quizás me sentía conmigo mismo mal, por sacar especulaciones de él sin preguntarle pero también me sentía desesperado y mi mente creaba otro y otro y otro del porque del silencio de Thomas, no podía parar de pensar en aquello, solo quería saber realmente ¿que le sucedía?

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2022 ⏰

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