Un nuevo hogar

7 4 0
                                    

Llegamos muy cansados al departamento del dueño de casa, el chico era de nuestra edad, y a simple vista sea veía una persona con bastante sobrepeso, el cabello negro, era  medianamente corto pero, tenía un flequillo largo y desaliñado.
Le dimos un apretón de manos, nos presentamos, su nombre era Gabriel, y yo avergonzando le pedí una ducha y agua, ya que luego de nuestros escapes y largas salidas a pie fuera de la ciudad, estábamos sucios y sedientos. Tomás solo hacia lo mismo luego de mi, mientras el chico se fue a refugiar en su computadora. Nosotros pusimos la mesa para comer, arreglamos nuestras camas e hicimos bastante aseo, ya que el lugar estaba totalmente desordenado, el suelo estaba lleno de papeles sucios y migas de comida, daba asco entrar al baño y aún más cocinar, pero gracias a nuestra limpieza y esfuerzo, todo quedó mejor. Y Gabriel seguía en su computadora, me preguntaba si vendría a comer con nosotros, habíamos puesto también servicio para él, pero por su antisocial personalidad, lo dudaba, cuando en un momento, se sentó en el sofá y a secas comenzó su breve charla dirigida a mi acompañante.
—Tomás, tú me ofreciste una buena suma de dinero por tenerlos, tienes hasta mañana para darme el dinero en bitcoins, obviamente para que la policía no sospeche sobre las transferencias. Lo otro, les enseñaré el departamento y el sótano, el sótano lo usarán en caso de que la policía sospeche de mi, ustedes tendrán que esconderse allá. Y tú Félix te vas a encargar de eliminar de las cámaras del edificio todos rastro de ustedes para evitar que esto suceda.
—Entendido.
Gabriel nos dió un recorrido y, por lo qué pude observar, tendré que compartir el mismo cuarto con Tomás, también que el sótano no es cualquier sótano, a la vista se ve como un ascensor en la pared, y en la parte de al medio a la derecha con nuestras huellas digitales se abre el ascensor, o, bueno más bien con las huellas de Gabriel y ya, próximamente con la de nosotros, luego se baja por este ascensor de vidrio, circular, y en esta segunda parada te pide un código que solo Gabriel sabe y ese código se cambia a cada tres días, Gabriel debe registrar también su voz mencionando el código, y en caso de que diga el código mal o la voz de él no sea reconocida por el sistema, se comienza a llenar el ascensor de gas con el objetivo de ahogar y dormir a la persona en el encierro.
Gabriel nos comentaba que no era mortal, porque la idea era que mientras la o las personas estaban inconscientes, se debía darles pastillas para la pérdida de memoria y llevarlos lejos de su departamento lo antes posible.

Y si todo salía bien, luego de pasar la prueba del código, se llegaba al refugio, refugio que tenía todo lo necesario para sobrevivir unos días; comida enlatada, agua purificada por botellas grandes, las pastillas para la pérdida de memoria y también para resfriados, sacos de dormir sin almohadas, y un baño sin ducha y alcantarillado, solo el water, ya que nosotros teníamos que construir un alcantarillado e implementar más productos de necesidad básica como almohadas, cepillos de dientes, shampoo, bañera, ya que el refugio era para nosotros, según Gabriel, y que no podíamos estar gratis en su hogar pues, entonces teníamos que aportar con lo que faltaba en el refugio aparte de lo qué Teodoro ya le iba a dar y que no sería poco.

Realmente no me molestan las condiciones, lo que me molesta es que Gabriel quiere que hagamos todo rápido, o sea de un día para otro, y pues el alcantarillado debe tomar mínimo tres meses, y él quiere que esté la próxima semana listo, eso me molesta, más encima no tenemos mucho dinero a mano estos momentos, y me siento bajo presión por este gordo que lo único que sabe es sentarse a comer y a tener el pene aplastado frente a una computadora.

Pero también Gabriel tiene razón sobre las cámaras, necesito pensar bien sobre el tema de las cámaras, el como llegar a ellas, de una forma inteligente, y para eso necesito  silencio y pensar con razón .

Y también tengo que conversarle a Tomás sobre un plan que tengo en mente, es la bomba, sí que sí.

Y también tengo que conversarle a Tomás sobre un plan que tengo en mente, es la bomba, sí que sí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
FÉLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora