10; Secretos (I/III)

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“—¿Cuáles son las posibilidades? Todos están bailando...—”

Los ojos mieles de cierta agente estaban perdidos en la bebida que tenía en frente. Sus compañeros de trabajo estaban en una pequeña reunión de bienvenida por el agente número veintidós del protocolo, cuyo apodo ahora sería Harbor.

Todo eran risas, buenos momentos, recuerdos de misiones pasadas... La única diferencia era que Phi no estaba con el grupo de amigos profundizando las experiencias, dando puntos claves para hacer de aquellas historias únicas y entretenidas de escuchar.

Desde aquel accidente ciertamente parte de su personalidad había cambiado, no sólo era más de mente fría y claro, más centrada en su quehaceres de la base he información, sino que aparte por las noches se escapaba para comprobar ciertas cosas, el por ejemplo, su ahora nuevo estado físico: una persona vivamente muerta.

Esto se puede explicar más tarde, en su momento del incidente con cierta duelista de la base, Phi fue secuestrada y expuesta a varias fórmulas químicas y radioactivas las cuales, hicieron efecto a lo largo del tiempo y de cierto modo le convirtieron en una especie de vampira radiante para ser más específicos. Pero claro, sin la necesidad de sangre o de un suplemento como tal, lo único que la hace distinta al resto de historias vampiricas que hay de popularidad. Tampoco tiene velocidad, ni se convierte en murciélago, simplemente regenera, su piel palideció, tiene una fuerza y una resistencia brutal, y... Claro, no tiene un corazón bombeante como tal.

Por la noche, sin tener una necesidad de dormir, en su dormitorio se hace miles de pruebas, esto con fin de recaudar información de lo que ella es hoy en día, y claro, sin hacer falta de que en algún punto tiene que decirles a sus “fieles” compañeros sobre bueno, eso.

Regresando al tiempo actual, ella se encontraba sumida en sus propios pensamientos, estaba viendo aquel cóctel rojo con esa cereza al fondo de la copa, desvió su vista a su brazo y, alzó un poco la manga de aquel vestido corinto que cargaba, viendo las cicatrices que ese día le dejó, pasando su pulgar contrario contra estas, los lunares y el reloj que traía los podía destacar porque claro, estaban en ese brazo.

Una mano se posó sobre su hombro, era Sage quien, le veía con una sonrisa.

—¿No irás a comer nada? Tomar sin tener algo en el estómago puede causarte problemas por la mañana.— dijo con la misma sonrisa cálida que siempre le daba.

Ojalá volver a sentir aquella calidez por ella misma.

—No te preocupes, creo que esté será el primer y el último trago que tomo, gracias.— contestó de una forma amigable la contraria mientras se devolvía a su ambiente.

Sage quería, tenía la intensión de invitarle a que se uniera al grupo, pero simplemente asintió y se regresó. Phí miró de reojo, y se dio cuenta que el ambiente se apagó un poco por aquella conversación, tomó la copa y tomó de aquel trago, dejando el recipiente vacío. Phi se levantó de su asiento y, con una pequeña sonrisa hizo una leve reverencia, procediendo a retirarse.

Harbor obviamente notó aquello, le causaba inquietud, misterio aquella agente, se le quedó viendo como se iba de la habitación hasta que sintió una mano por su hombro, era Killjoy.

—Lo siento, hubo una situación hace tiempo ya que tensaron las cosas con ella...—miró de reojo al francés, este simplemente desvió la mirada algo triste. —¡Pero esta bien! Si quieres hablar con ella, siempre se encuentra en los laboratorios más... Lejanos a los míos por las mañanas y la tarde.—dijo aquello último con una leve sonrisa nerviosa.

Harbor rió por lo bajo, y miró la copa que esa mujer había dejado en la barra.

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La reunión siguió a un paso normal y alegre, dieron las doce de la noche, levantaron los vasos, las copas y el alcohol, y cada agente se retiró a su respectiva habitación, aunque claro... La curiosidad mató al gato.

Harbor en vez de ir a lo que sería su nueva habitación, se desvió hacia el otro lado, buscando la puerta de aquella agente. Viendo los nombres, dio con una cuyo nombre era PHI, viendo por debajo de esta la respectiva luz del mismo. Tocó un par de veces, nada, volvió a tocar nuevamente cuando la puerta se abrió vagamente.

Harbor se alarmó, y preparó su habilidad, dando paso ahora a la habitación de aquella mujer. Viendo que aquella luz realmente eran velas, examinó la habitación era una investigación completa, y no lo podía creer.

—¿Qué haces aquí?—se escuchó la voz de la mujer, dueña de esa habitación.

Harbor saltó del susto, viendo hacia la ventana como la mujer saltaba a la cama, y caminaba hacia el bajando de esta misma.

—¿No has escuchado el término de La curiosidad mató al gato?— volvió a hablar la mujer mientras entrecruzaba sus brazos.

Harbor aclaró la voz mientras volvía a tomar un semblante relajado y tranquilo.

—La puerta estaba medio abierta, estaba esperando un NO como respuesta pero, no escuché nada.— se excusó mientras volteaba a ver la pizarra y varias notas he impresiones de páginas he investigaciones.

Phi chasqueó los dedos, volviendo a captar la atención de Harbor.

—¿Eres... Una radiante?—cuestionó mientras le miraba de pies a cabeza.

—No, ¿Te puedes ir ya de mi habitación? —dijo con una voz seca y neutra.

Harbor soltó una leve risa y entrecerró los ojos. Phi hizo un sonido de irritación y le empujó hasta su puerta.

—Oye, me debes explicaciones.—le dijo Harbor mientras veía a la mujer cerrar la puerta.

—Y tú me debes tu silencio y tu falta de educación por entrar así por así a una habitación ajena. Buenas noches.— dijo antes de cerrar la puerta ahora con llave.

Harbor rió levemente y se dispuso a retirarse, sin saber que alguien le observaba desde lejos. Un francés que escuchó y vio todo lo ocurrido.

≡;- ꒰ °One-Shots / VALORANT ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora