02; Yes Sir

1K 42 9
                                    

Phi había estado fuera casi toda la noche, conociendo gente, coqueteando con estos... Había sido una semana muy complicada para ella, y solo quería despejar su mente.

Su estado de ebriedad era aceptable, pues no estaba tan ebria como para tomar malos caminos y tal, pero si se le notaba muy contenta.

Esta semana fue casi un infierno, terminó con su novio, la mayoría de sus amigos terminó con su relación porque "ocultaba muchas cosas" y no tenía la capacidad de serles sincera. Había separado perfectamente su vida privada con su vida profesional, pues ser parte del protocolo Valorant era algo complicado para una joven de 23 años.

En resumen, se sentía bastante sola, la compañía de sus amigos del cuartel no era la misma que la de sus amigos de toda su vida, era evidente. Varios de ellos, Sage y Killjoy más que todo, trataron de ayudarle, pues había entrado en una pequeña depresión por ellos, pero nada, hasta que ciertamente se cansó de sentirse triste y tal, y decidió tomarse el día para renovar su estado.

Fue a cortarse el pelo, fue a comprar prendas nuevas para ella, y a la noche iba a salir con una de las pocas amigas que sabían su secreto.

Y ahí estaban, una coqueteando con un tipo cualquiera y Phi ahí, sentada en el mostrador, con las piernas cruzadas y observando el trago frente a ella.

Sus oidos se bloquearon por un momento, no escuchaba nada más que sus propios pensamientos, cuestionándose el por qué le consideraban mal amiga... Eran todo tan extraño, tan doloroso a cierto modo. Una persona de repente se sentó a la par de ella, y escuchando su acento, y él tono de voz, ya sabía de quién era.

Pidió exactamente lo mismo que ella, y pagó las bebidas, todo al nombre de Vicent Fabrón.

-Boludin, tengo dinero, ¿sabes? -dijo en un tono algo bajo mientras sonreía levemente. Solo escuchó la risa del francés.

-Quería darte ese pequeño regalo por... Tu cumpleaños.- dijo, Phi alzó la mirada algo curiosa, observando a Chamber, pudo entender perfectamente.

Ya eran la 1 de la mañana, y era justamente 5 de abril, el cumpleaños de la argentina. Phi rió levemente mientras negaba.

-Siempre me llenas de sorpresas, Chamby. -dijo mientras terminaba su trago. El mencionado rió levemente ante el apodo.

-Creí haber mencionado que no me dijeras así en público. -

-Ya fue, todos saben que soy la única que te dice así. -

Hubo un momento de silencio, Chamber tomando dos tragos de su bebida, observándola.

-Y espero que siga siendo así. -

-Oh, eso tenlo por seguro. -

Rieron levemente antes de volver a permanecer callados, la compañía del uno al otro era lo mejor en ese momento, no necesitaban palabras, nada realmente, con tener ahí la mirada y la presencia del otro ciertamente era lo mejor que podía pasar.

.
.
.
.

La habiración estaba llena de pura pasión por parte de los agentes.

Ninguno sabía cómo habia llegado hasta este instante, pero no tiraban para atrás. Chamber tenía a Phi contra la pared, mientras esta entrelazaba sus piernas con su torso, y este le sostenía de los muslos para mejor soporte.

Se estaban dando el beso de su vida, tan apasionado y tan lleno de emociones de uno por el otro. Por falta de aire, se terminaron separando, más sin embargo, Chamber empezó a atacar el cuello de Phi, ella estaba acariciando el cuello del contrario, pasaba su tacto por su pelo, luego por su cuello para terminar en sus hombros.

-A-ah... Vicent... -empezó a decir el nombre del agente, cosa que aquello solamente lo prendía más.

En un acto de desesperación, Chamber cargó a Phi sosteniéndole de las caderas, ella pues ya estaba enganchada a él con sus piernas, ella aprovechó que, tal vez como se estaban cambiando de habitación, tendría la oportunidad de también probar un poco de él, entonces atacó su cuello también, dejando besos y mordidas, podía escuchar los suspiros ahogados de Chamber, eso provocó una sonrisa en ella.

Al entrar ya a la habitación, Chamber con cuidado recostó a Phi en la cama, quedando él por encima de ella, los dos tenían esa mirada de deseo, esa mirada de querer ser del otro, era una mirada tan potente que podía derretir fácilmente un cubo de hielo. Chamber al tener esa vista de Phi, con la falda del vestido algo arrugada por la posición en la que estaba ella, dejando ver aquellos muslos que lo vuelven loco, solamente hizo que su apetito se abriera más, he incrementó cuando Phi hizo un movimiento de piernas, atrayendo y chocando ambas partes bajas por debajo de la ropa, incrementando aún más el deseo lujurioso de ambos.

-Oh, Marcy... Eres muy mala. -dijo Chamber entre risas bajas mientras que con una mano iba aflojando su corbata, y a la vez, quitando los primeros botones de la camisa.

Algo intuía que hoy iban a hacer casi de todo, ciertamente Fabrón tenía ese algo que, por muy raro se escuche en este tipo de situaciones, ya no le hacían sentir sola... Ciertamente están juntos físicamente, dándose de todo, claro que sí, pero hablando más internamente, de corazón y alma, aquel sentimiento de soledad se iba cuando Chamber podía hacerla sentir única y asombrosa, y no sólo de manera sexual (está ocasión porque ambos se pasaron un poquito de tragos pero estaban perfectamente cuerdos) sino que también pasaban momentos tan cálidos que, de cierto modo por tener a las personas de ahora, eran suficiente.

Con forme pasaba el tiempo, la habitación se llenaba de gemidos, de gruñidos graves, de mucha pasión (DEMASIADa) y, sobre todo, de amor, amor que muy poca gente comprendía...

.
.
.
.

A la mañana siguiente, Phi estaba observando la ventana desde la cama que compartía con Chamber, quien estaba dormido.

Phi estaba abrazando sus piernas, tenía puesta la camisa de botones que su pareja usaba ayer por la noche. Estaba observando la ventana desde lo alto del apartamento, viendo los coches recorrer su ruta, una que otra ave volar en frente suya. Soltó un suspiro cuando vio pasar una pareja de aves por ahí, yendo tal vez hacia su nido o a algún árbol.

Sintió algo moverse a la par suya, ya sabía de quién se trataba, por ello no volteo a ver ni nada. Chamber soltó un bostezo, observó el reloj, y luego se volteó para ver si ella continuaba en cama, al verla en la posición que estaba, se sentó, y desde la cama, se acercó a ella, abrazándole por la espalda.

-Buenos días, Chamby. -dijo la mujer en un tono suave y bajo.

Chamber desnudó uno de los hombros de la fémina, y soltó un beso de buenos días con una ligera sonrisa. -Buenos días, mon cœur. -

Al hacer esto, el hombre se levantó, y se estiró, Phi volteó su rostro para verle la espalda a su pareja, las marcas doradas siempre le parecieron muy curiosas, y sobretodo atractivas, viendo también las marcas que dejó de los leves arañazos y, un que otro morado por parte de sus besos fogosos. Ella también tenía de esos esparcidos por su cuello, su espalda y su pecho.

Phi se recostó, tomando su celular, desbloqueandolo mientras veía los mensajes sin abrir, Killjoy y Sage que no sabían dónde estaba, Yoru pidiéndole que cuando vuelva, traiga ramen en bolsa, y Phoenix que estaba igual que Killjoy y Sage. Soltó un suspiro antes de apagar el celular y levantarse, repitiendo la acción de estirarse.

Al salir de la habitación, caminó hasta la sala, y como la sala y la cocina se encontraban en una habitación, pudo ver la espalda del hombre sin ningún problema. Se encaminó hacia este, y le brindó un abrazo por atrás, Chamber no se había asustado, sino que realmente gozaba tenerla ahí, cerca suyo. Phi se puso de puntillas para alcanzar a ver desde el hombro de este, y al hacer esta acción, soltó un beso igualmente.

Realmente no se sentía sola, no debía de sentirse sola, tiene a las verdaderas personas en su vida ahora, y aquellas son las que por mucho tiempo te han dicho que no se irán, y siguen ahí, manteniendo esa promesa.

≡;- ꒰ °One-Shots / VALORANT ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora