11; Divine THIS

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Tw: escenarios ficticios y explícitos.
Se recomienda discreción.
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Todos dentro de lo que cabe tienen secretos, en su mayoría dentro de un cofre que no desea ser abierto por el momento, o tal vez nunca.

Parte de estos secretos es mejor mantenerlos en el mismo anonimato, o bien, sin que nadie más sepa exceptuando a los involucrados en este. En caso de que se llegue a saber, más que obvio pedirán explicaciones, el ambiente se tensará dependiendo de cómo se lo tomen las demás personas, pero eso es para un cierto tipo de secreto, ¿No? Los secretos que dañan a las personas, por ejemplo...

Varios, o bien, literalmente todos los agentes dentro del protocolo VALORANT tienen sus secretos para mantener una identidad oculta, una segunda vida también a salvo, o simplemente porque no tienen necesidad de expresar sus más grandes deseos con los demás, bueno... En presencia de los demás.

Yoru estaba hasta atrás de la sala viendo como los demás platicaban, reían, compartían anécdotas interesantes y graciosas para pasar el tiempo.

Phi estaba con ellos, era una mujer que reía con lo que contaban sus compañeros y, sobretodo cierto francés que parecía ser el más cercano a ella.

El de mechón azul notó un acercamiento por parte de Chamber hacia la anterior mencionada, poniendo su mano en su hombro llamando la atención de la mujer, sonrieron ambos y volvieron a integrarse a la conversación.

“—Vamos, pelusero... Al único que le tengo ojos es a vos, nadie más.—” se repetían en la cabeza del hombre con ojo de alcón.

Sonrió antes de tomar del vaso que tenía entre manos, y pensar cuál sería su siguiente jugada.

Pasó el tiempo, Yoru se levantó para “hacer algo” y al poco tiempo regresó a esta misma sala.

—Eh, Phi.— dijo llamando la atención de la mencionada, viendo como volteaba a verlo.—¿Puedes venir un momento? Tengo que revisar unas cosas y, creo que eres tu quién más sabe de esto, por favor.—

—Ah, seguro son esos papeles. Si si, ya voy.—dijo la mujer antes de pararse de su asiento, y seguir al japonés.

Pasaron de la sala y caminaron, Phi se estaba haciendo la idea de lo que quería Yoru al decir Ayuda pues, cierto es que hace poco llegaron unos papeles de laboratorio y él los tenía, nadie sabe porque, si es el menos indicado, pero eso es tema aparte.

Llegaron al lugar, Phi se dio cuenta que era su habitación, se perdió un poco.

—Oye pero... ¿No dijiste que-.— antes de que ella pudiese terminar su pregunta, unos labios encarcelaron los de ella formando un beso.

Yoru como pudo (y por altura y fuerza también) encarceló a Phi contra la puerta de su habitación, siguiendo ese beso que iba subiendo de tono peligrosamente. El japonés metió sus manos por debajo de la blusa que traía la contraria, para acariciar su espalda, su cintura... Jugar con el borde de su sostén. La argentina por otro lado estaba algo ansiosa, tomó a Yoru por los hombros y lo separó, empezó a agarrar aire.

—Vos tarado... ¿Qu-querés que alguien nos vea? No podés hacer eso así por así... —dijo algo agitada mientras trataba de recobrar la postura.

Yoru chasqueó la lengua, y sacó una de sus manos para agarrarle el mentón.

—El francés quiere algo contigo, y prefiero mil veces que nos vea a que te ponga una sola mano encima.—dijo en un tono tan bajo, dominante, que hasta a Phi casi pierde el equilibrio.

No pudo terminar de responder, pues el japonés abrió la puerta y tomó a Phi de los muslos. La contraria soltó un leve sonido de sorpresa y lo que se escuchó afuera de la habitación fue un portazo de su puerta.

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El hombre la tiró a la cama, se quitó la camisa y se abalanzó hacia ella, besando su cuello y pasando sus manos peligrosamente por sus muslos y su cadera. Ella simplemente se dejaba llevar por el placer, sonreía levemente mientras pequeños suspiros salían de su garganta.

—Arriba.— dijo el japonés mientras miraba a su presa.

Ella sin dudarlo alzó un poco su torso, y extendió sus brazos para arriba. Había algo ¿raro? No, una costumbre entre ellos dos al momento de tener sexo, sí. El siempre tenía que desnudarla a ella, no importaba la ropa, pero siempre tenía que hacerlo él.

Agarró la blusa y se la quitó, viendo la divinidad de mujer que nuevamente se ponía frente a él. Tiró la blusa para algún lado de la habitación, y volvió a atacar a su presa. Yoru empezó a repartir besos y caricias por el cuello y el torso de Phi, ella se mordía su dedo índice mientras pequeños gemidos salían de ella al sentir zonas sensibles en ella. Se posó entre sus piernas, y jaló de sus caderas para tener una mejor vista de ella. La examinó con la vista y se mordió el labio.

—Eres perfecta... Siempre lo serás.—dijo el japonés mientras pasaba una de sus manos por la cintura y el abdomen de su contraria.

Phi se sonrojó, no se acordaba cuántas veces se lo había dicho, pero siempre tenían el mismo impacto en ella. No contó las veces que se ha metido con él de esta manera, pero de algo que estaba segura era que era la única, es la única y probablemente sea la única en su vida.

Nuevamente sintió la mirada de Yoru en ella, sintiendo su mano sobre su cuerpo, examinandolo nuevamente como hacía todo el tiempo. Su contrario se encorvó, y posó su rostro en medio de los dos pechos de la chica, ella soltó una pequeña risa.

—Eres mía, solo mía... Tu sensualidad, intimidad, tu ser es mío. Solo mío.—escuchó decir a su contrario.

Ella sonrió, soltó un suspiro antes de moverse levemente al sentir como repartía besos sobre el sostén, y sobre su piel desnuda.

Es fascinante como una sola persona lograba hacerte sentir este tipo de sentimiento, de las famosas mariposas en el estómago. Y en cómo reclamaba lo que es suyo con tan solo palabras, o solo acciones... O un poco de ambas.

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Aiskaksmammdmafmmscinsjclakfkwdlosientodiositomio no estoy preparada pa hacer smut todavía ai 😔😔

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⏰ Última actualización: Oct 25, 2022 ⏰

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