Era sábado noche de mayo de 2020, en las calles no hay nadie, está en vigor el toque de queda y bares y restaurantes permanecen cerrados, así como toda actividad no esencial. El confinamiento estricto de todos los ciudadanos mantiene en casa a familias enteras, pero José, el profesor vive en su piso compartido, buscando distracción en la soledad de su cuarto. Si no hubiera pandemia estaría en un bar de esos frecuentados por personas maduritas: personas separadas, divorciadas y solteras, pero con la pandemia sus únicas distracciones eran leer, ver series y películas en el ordenador y escuchar música. No tenía sueño, se había echado por la tarde una larga siesta, por no perder la costumbre se preparó un gin-tonic con su limón y su hielo y se dispuso a conectarse a Omegle, como suele ser habitual, tardó un buen rato en que apareciese alguien con un mínimo de conversación, cuando de pronto dos chicas, que se veían jóvenes, aparecen en la pantalla.- Hola, me llamo José y soy de España, dice José sin mucha fe en que continúen la charla.
- Hola, nosotras también somos de España, responde una de las chicas, - pareces un señor mayor que podría ser mi padre, ambas ríen.
Van vestidas en pijama y a juzgar por su forma de hablar, pareciera que habían estado bebiendo ya que se notaba cierto achispamiento al hablar producido por el alcohol.
- Si lo que quieres es mostrarnos tu pene pasa al siguiente porque nosotras no estamos buscando eso.
- Tranquilas no voy a desnudarme, solo busco charla y pasarlo bien.
- ¡Bien entonces!. Nosotras solo buscamos pasarlo bien, queremos diversión... ¿puedes ponerte de pie y bailarnos algo? De nuevo las amigas se parten de risa al decirlo, ahora quedó claro que si estaban bebiendo, una de ellas sostiene un vaso y de vez en cuando bebe de él.
El profesor piensa que está mayor para hacer tonterías, pero como no quiere ser antipático accede a ponerse de pie, hace unos movimientos en lo que debería ser un torpe intento de bailar y se vuelve a sentar, las amigas se parten de la risa a carcajada limpia, evidentemente están un poco pedo.
- Bueno, no seáis crueles, lo he intentado, aunque bailar no es lo mío, respondió el profesor también riéndose, - ¡ahora os toca a vosotras!, un perreo estaría bien, se os ve muy lindas...
- ¿A cuál de las dos quieres ver bailar? Responde Lucía.
- ¿Cómo os llamáis? Respondió el profesor.
- Yo soy Lucía y esta es mi amiga Angie.
- Pues me da igual cuál de las dos quiere comenzar a bailar ¿podríais hacerlo las dos a la vez?
Ambas amigas se miran a la cara, para detectar si hay aprobación de cada una para hacerlo, ambas ríen, parece que sí, que el profesor va a poder verlas bailar. Las dos se ponen de pie, apartan la silla para despejar un poco la habitación y mueven la cámara del ordenador para que pueda enfocar bien el baile. Acto seguido, con música de Bad Bunny de fondo se ponen a hacer perreo sugerente espalda con espalda y movimientos de culo en vaivén, de nuevo se parten de risa cuando chocan sus culos entre sí, tanta risa les da que se fueron al suelo a carcajada limpia.
- Lo hacéis muy bien, pero estáis que os partís de risa ¿qué estáis bebiendo?
- Estamos bebiendo ron cola, responde Lucía.
- Pues bailáis bien, responde el profesor, una pena que lo hagáis en pijama, con otra ropa estaríais espectaculares.
- Estamos las dos de pijama party..., Angie es, además de amiga, vecina del mismo edificio, por eso se ha venido a mi casa a pasar la noche, ya que no podemos salir de fiesta, nos montamos la fiesta en casa, responde Lucía.
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La Distancia y el Deseo
Short StoryEn una sociedad global hiperconectada cada vez son más los que se asoman al mundo a través sólo de las pantallas de sus dispositivos electrónicos. La pandemia global de 2020 y 2021 incrementó este fenómeno haciendo que todo se pudiera hacer de forma...