Tú, eres mía (Scorpion x tu)

(P.8)

Me senté en mi lado de la cama, colocando una mano sobre mi estómago. Sonreí mientras me encontraba acostaba, sintiendo la suave cama debajo de mí. Mis ojos se movieron hacia la puerta cuando Hanzo entró y cerró la puerta detrás de él. Levanté una ceja, confundida de por qué había cerrado la puerta. Sabía muy bien que Koda no podría abrir la puerta en caso de que despertara.

-"Sé que estar embarazada te hace ver grande, hace que te duela el cuerpo. Y sé que piensas mal de ti misma por no poder hablar, pero saldremos adelante juntos, con los niños a nuestro lado. Les enseñare a leer los labios. Pero ese no es el problema. No tenemos intimidad desde hace 5, dentro de 6 meses y no lo soporto... Sé que cuidas a los niños y que te cansan, pero Yo... no me siento tan importante como ellos. Por supuesto que nunca seré tan importante como nuestros hijos, pero también disfruto mi parte de tu atención. Necesito saber si esto te parece bien. Por supuesto, seré gentil. Sé que has sido gravemente dañado... y lamento no haber podido salvarte. Debería haberle dado a Kano ese maldito amuleto..."

Cuando Hanzo pronunció sus últimas frases, se me subió. No me había sentido nada mal últimamente, y no me he sentido como yo mismo. Bajé la mirada hacia mis manos, la confusión revolviéndose dentro de mí. ¿Por qué no me había dado cuenta de esto antes?

-"Ustedes dos iban a morir, y lo único que se me ocurrió fue ponerme en contacto con Quan Chi. Ustedes... no están muertos, pero están vivos. Su voz también debería estar de regreso en unos días. Yo, lo siento mucho, (t/n), pero ibas a morir..."

Mis ojos viajaron sobre mi mano oscurecida y las venas anaranjadas, mientras mis cejas se fruncieron. ¿Estaba soñando? ¿Me había vuelto loca?

-"Recién ahora se te empieza a notar. Quan Chi dijo que cuando tus órganos internos dejaran de funcionar, comenzarías a mostrar señales como estas, y podrías volver a hablar... Lo siento mucho por hacer esto" dijo Hanzo, y luego se echó a llorar. Se derrumbó en el suelo, claramente lamentando lo que había hecho.

¿Él hizo todo eso por mí? ¿Le dio el amuleto de Shinnok a Quan Chi, para salvarme? ¿Realmente significaba tanto para él? Me levanté de la cama y me dirigí hacia Hanzo. Me senté de rodillas, colocando una mano sobre mi estómago. El otro lo puse debajo de su barbilla, obligándolo a mirarme.

Cuando sus ojos llorosos se encontraron con los míos, no pude evitar sonreír. Él me había salvado la vida. No importaba si era un retornado o estaba bajo la magia de alguien. Estaba viva, eso es lo que importaba ahora.

Me incliné más cerca de Hanzo, y pronto mis labios estuvieron sobre los suyos. Lo besé apasionadamente y un segundo después me devolvió el beso. Me aparté del beso, dejando que mis ojos se encontraran con los suyos. Señalé hacia la cama, insinuándole lo que había dicho anteriormente.

-"¿De verdad quieres tener intimidad conmigo, después de todo lo que te he hecho?" Hanzo susurró. Yo como siempre, casi me pierdo en sus ojos. Eran tan hipnotizantes, tan hermosos. Asentí a su respuesta, sonriendo con orgullo hacia él. Todo lo que ha hecho es haberme salvado. Él era la razón por la que estaba sentada aquí. "Te prometo que seré amable. Puedes subirte a la cama y ponerte cómoda, ¿De acuerdo? Solo me aseguraré de que los niños estén dormidos".

Asentí mientras me ponía de pie al mismo tiempo que Hanzo. Cuando salió de la habitación, me dirigí hacia la cama. Me senté y me empujé hasta el centro de la cama. Agarré el dobladillo de la camisa de Hanzo y me la quité. Lo tiré al suelo, sin perder el tiempo. Me miré las manos una vez más, sacudiendo la cabeza. Era tan raro parecer una retornada y sentirme diferente, pero no podía quejarme. No después de todo lo que Hanzo había hecho por mí.

No pasó mucho tiempo antes de que Hanzo reapareciera en la habitación, con algo que realmente nunca le importó en sus manos. Levanté una ceja, mirando el condón.