Tú, eres mía (Scorpion x tu)

(P.9)

~P.O.V (t/n)~

Inhalé profundamente, luego dejé salir el aire de nuevo. Repetí mis acciones una vez más y luego solté la flecha. Cuando la flecha golpeó a la ardilla, exhalé.

Me dirigí hacia el árbol echándole un vistazo alrededor. Sería suficiente para un refrigerio por la noche, al menos para Kuro.

Saqué la flecha del árbol y la ardilla para guardarla en mi bolsillo y luego sostuve a la ardilla por la cola mientras arrojaba el arco sobre mi hombro. Empecé a volver lentamente de regreso al campamento en el que nos quedamos por ahora. ¿Quién hubiera pensado que sería tan difícil encontrar suficiente comida para dos personas? Siempre que consiguiera suficiente comida para que Koan la preparara, era feliz. Suspiré pesadamente, abrazándome a mí misma. ¿En qué pensé, en irme como lo hice? ¿Por qué esperaba encontrar a Quan Chi el día después de dejar mi hogar y mi familia?

No podía creer que había estado atrapado aquí durante 7 años. ¿Que se suponía que debía hacer? No podía volver al Shirai Ryu después de tanto tiempo y esperar que me dieran la bienvenida a casa. En cierto modo había traicionado a todos los que conocía, a todos en el clan. Sin embargo, me pregunto si Hanzo ha seguido adelante. ¿Había encontrado una nueva esposa, comenzado una nueva vida? Lo dudaba, pero, de nuevo, ¿Quién sabía? Era el hombre más poderoso de nuestro clan. ¿Quién no querría estar con alguien como él?

Hice mi camino de regreso al campamento, siguiendo la delgada línea de humo mientras tropezaba con mis propios pensamientos. ¿Podría esto ser deshecho, me pregunto? ¿O finalmente moriría cuando Quan Chi me quitara esta magia? Pero si moría, ¿Quién cuidaría de Kuro? Entré en nuestro pequeño campamento, caminando hacia el albergue. Me senté junto al fuego, tiré el arco al suelo y saqué mi cuchillo.

Dirigí mi vista alrededor del campamento, y finalmente aterrizaron dentro de la cueva. Pero solo por un segundo.

-"¿Estás ahí, Kuro?" Grité, ladeando la cabeza hacia un lado.

-"¿M-Mamá?" Kuro dijo, su tartamudeo era obvio.

-"¿Qué, te mordió la lengua un gato? Pensé que habíamos superado la tartamudez" le respondí, agarrando a la ardilla.

Lo que me había perdido mientras miraba dentro de la cueva, era la luz roja brillante. Lo había visto tantas veces durante las noches anteriores, escondido en el bosque, que era natural para mí verlo ahora. Pero las otras veces lo había visto fuera del campamento, no dentro.

Metí el cuchillo en el estómago de la ardilla y le abrí el pelaje con cuidado.

-"¿Siempre has sido así de desatenta y fría?"

Mientras la voz gritaba, un escalofrío me congeló. ¿Era Kano a quien había visto todas las otras noches? ¿Había estado siguiéndonos durante 3 semanas? Suspiré profundamente mientras arrojaba la ardilla al suelo, levantándome de la cabaña.

-"¿Qué quieres esta vez?" Pregunté, metiendo el cuchillo en su soporte.

-"Eso es obvio, ¿No? Vine aquí por ti (t/n). ¡No has envejecido ni un poco!" Kano dijo en voz alta, empujando a Kuro fuera de la cueva siguiéndolo detrás de él.

-"Bueno, esta es una escena bastante familiar, ¿No crees? ¿Vas a cortarle la garganta también?" Pregunté, señalando a Kuro. Kano se rio entre dientes, sacudiendo la cabeza.

-"Lo siento, amor, pero pensé que Hanzo te amaba lo suficiente como para darme ese amuleto. Pero estás viva, ¿No es así?"

-"¿Te parezco viva? Soy una maldita retornada Kano. Todo gracias a ti. Oye, ¿Sabes qué? Deja ir al niño y seré tuya" dije encogiéndome de hombros.