Un brazo rozó el mío y después rodeo de mi espalda hasta mi cintura, abrí mis ojos y aun no amanecía, lo que odiaba de haberme ofrecido a dar las clases de Sirius era levantarme a las cuatro de la mañana porque sus clases eran a las cinco en punto, gracias a Merlín hoy era Viernes y sería mi último día como suplente. Traté de zafarme del brazo de Severus pero éste se aferró más a mí y yo fruncí el ceño.
—¿Estás despierto?— susurré.
—Sí— respondió en un tono muy bajo y ronco.
Cuando Severus se levantaba más temprano que yo, solo significaba una cosa, y aunque no tenía muchas ganas de hacerlo, pues podría entrar en calor. Con una sonrisa pícara me volteé para quedar frente a él, pero mi sonrisa se borró al instante que vi como una lagrima se deslizaba sobre su mejilla.
—Severus— dije alarmada recargándome sobre los codos.
—Shh— dijo suavemente y volvió a recostarme, después me abrazó como si quisiera ser parte de mí y le devolví el abrazo y aunque estaba consternada dejé que sollozara un poco antes de hablar, acaricié su cabello y un poco su cuello, me dolía verlo así, eran contadas las veces en las que había visto llorar a Severus, ¿Le dolería algo? ¿O se sentiría mal? Pasados unos minutos, él dejó de llorar pero seguía aferrado a mí.
—¿Qué pasa cariño?— pregunté, no quería que mi voz sonará quebrada, cada vez que alguien lloraba, pues... yo también lloraba.
Él simplemente negó como si no quisiera escucharse a él mismo.
—¿Te sientes mal?... físicamente— aclaré y él volvió a negar.
No volví a preguntar nada hasta minutos después que Severus se apartó de mí, limpié sus lágrimas y le quité el cabello del rostro, luego le di una sonrisa cálida pero él solo veía y jugaba con mis manos. Su boca se abría de vez en cuando como si estuviera listo para contarme lo ocurrido pero la cerraba después. Mi cabeza me empezaba a engañar y me mostró varios escenarios donde Sirius había tenido un accidente durante el viaje o Regulus no hubiese sobrevivido.
—Es...— comenzó y después se le cortó la voz, tomó una respiración profunda y después continuo—. Es Lily...
Traté de disimular como mi mandíbula se caía y miré nuestras manos, y aunque inconsientmene hubiera gritado que ese nombre no debía ser mencionado ante mí, me aguanté las ganas ya que era algo delicado.
—¿Empeoró?— pregunté de una manera más fría que cálida, y me arrepentí de no haber preguntado otra cosa.
—Sí— afirmó con la cabeza dando otro suspiro—. En San Mungo dijeron que el veneno entró ya a todo su cuerpo y que ahora es muy difícil hacer que sobreviva...
No sabía que pensar, y quería evitar notar el agudo dolor que crecía en mi cabeza, quería salir de la cama, mi cuerpo se había puesto caliente como si hubiera entrado en un ciclo de adrenalina. Después sentí como Severus me veía, con una mirada que yo muy bien conocía, y el pánico entró en mí.
—No hay cura— me excusé.
—Jane...— volvió a susurrar, y ver su rostro y su voz tan quebrados me partía el alma.
—No puedo, lo siento.
—Jane, no hay cura para el veneno de un kelpie, tú eres la única bruja en la faz de la tierra que ha podido salir de eso.
—Es que no sé cómo pasó, no sé qué hice, quizás fueron los tés de Poppy, pero no lo sé, lo siento Severus pero no puedo ayudar, no puedo replicar algo de lo que ni siquiera estoy consiente de cómo pasó—me senté sobre la cama dispuesta a salir de ésta pero él tomó mi brazo.
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Only Love Can Hurt Like This ||Snape Y Tú||
FanfictionSeverus y Jane Snape han sido esposos por 12 años, ambos son maestros en Hogwarts, colegio de magia y hechicería, tienen una vida bastante tranquila junto a sus amigos, «Quienes también trabajan ahí» Hasta que llega la generación del año 1991, mucho...