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Las bolsas del supermercado pesaban más que de costumbre pero era lógico cuando llevaban días sin hacer las compras y la alacena, que comenzaba a quedar vacia, debía ser repuesta. Y para su mala suerte, esta vez le tocaba a él encargarse de eso.

Asi que allí estaba, Takemichi, cargando cuatro bolsas repletas de alimentos mientras salia del ascensor y caminaba con dificultad hacia la puerta de su departamento.

El esfuerzo que estaba haciendo le recordó que sería conveniente regresar al gimnasio. Hace dos meses que habia dejado de ir utilizando la excusa de que debía concentrarse en los exámenes finales para poder graduarse, pero la realidad era que le daba demasiada flojera. Solo iba para ver y hablar con su fuerte y sexy entrenador, que por cierto le encantaba.

Colocó la llave con un poco de torpeza pero consiguió abrirla, aunque se llevó un gran susto al momento de poner un pie dentro y ver una chica desconocida que a la vez intentaba salir. Pero ese susto solo duró un segundo ya que no podia sorprenderse siendo que solia pasarle seguido.

Ella ni se molestó en hablarle o siquiera despedirse y continuó con su camino hasta subir al ascensor.

Cosa típica de todos los días.

Sin darle tanta importancia cerró la puerta detrás suya y corrió a depositar cada una de las bolsas sobre la isla de mármol blanco que estaba en la cocina. El departamento no era precisamente chico, digamos que al ser un edificio nuevo y economicamente no tan accesible para cualquiera, el piso donde vivia era bastante amplio y moderno.

-Buenos dias -oyó detrás suyo la voz ronca de su amigo que evidentemente indicaba su reciente despertar.

-¿Buenos dias?, son las dos de la tarde, Mikey -volteó a verlo mientras este abria la nevera en busca de algo refrescante para beber.

-Es sábado, puedo despertar a la hora que se me plazca -objetó-. Oye, de casualidad compraste...

-Ten

Takemichi le lanzó una lata de cerveza que Mikey atrapó ágilmente con una mano.

-Gracias, ¿qué sería de mi vida sin ti? -se acercó hacia él para abrazarlo por detrás y dejar un beso en su mejilla.

Acto que era muy común entre ellos, pues la relación de amistad que mantenian desde hace años estaba llena de confianza como para hacer este tipo de cosas. Ambos eran muy demostrativos cuando se trataba de cariño y estaban totalmente acostumbrados que incluso cuando lo hacían en público, a los ojos de los demás, parecian pareja.

A ninguno le molestaba oir ese tipo de rumores, hasta les llegaba a parecer gracioso. Ellos solo eran buenos amigos, jamás podrían llegar a ser pareja, porque a Mikey le gustaban las mujeres, y a Takemichi no le gustaba su amigo en ese sentido.

-Era bonita, pero apuesto a que no sabias su nombre -hablo Takemichi a medida que vaciaba el contenido de las bolsas y acomodaba todo en su respectivo lugar. Mikey se sentó en uno de los altos taburetes y lo observaba mientras bebia.

-No, y tampoco es como si me importara de todas formas no volveré a verla -se encogió de hombros y dio otro sorbo.

-Lo sé, pero aún no te comprendo -confesó sincero-. Quizas deba hacer lo mismo que tú, acostarme con un chico diferente cada fin de semana

-Inténtalo, te sentirás de puta madre -rio poniendose de pie-. Por cierto, esta noche saldremos, el estrés de los exámenes está consumiendome y necesito beber.

-¿Y porque me involucras?

-Porque tú eres mi mejor amigo y siempre salimos juntos -justificó tomando las cosas que quedaban en la isla para alcanzarcelas.

LOS AMIGOS NO FOLLAN (MITAKE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora