LOS AMIGOS NO FOLLAN (MITAKE)

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Los siguientes tres dias pasaron con calma y normalidad, exceptuando el punto donde a Mikey se le dificultaba controlar sus extraños pensamientos. Porque aunque actuara y se comportara normal le habia costado como la mierda borrar los recuerdos de esa noche. Y ni siquiera lo habia logrado con éxito.

Habia hecho trios algunas veces, y follado otras tantas que resultarle dificil de olvidar esta ultima vez le parecia ridiculo. Recordarlo todo el tiempo, y no precisamente por la chica que en un principio fue su propósito.

Quería dejarlo estar, no seguir dandole vueltas al asunto, de todas formas era algo que no se iba a repetir.

Pero esta mañana, cuando estaba desayunando en la cocina, Takemichi entró medio adormilado, con el cabello revuelto, y sin camiseta, viéndose muy lindo. En pocas palabras, sintió un poco de intranquilidad/incomodidad ante esa situación que era básicamente rutinaria y no tenia nada intenciónal.

En el fondo, inclusive sabiendo que no se daría otra vez, tenía esas mínimas ganas de repetirlo. Si volviera a verlo de esa manera estaba seguro que haría algo al respecto, quizas tomarlo y joderlo.

No. En que estaba pensando.

Takemichi actuaba como si hubiera olvidado lo incómodo que se sintio metido en esa situación, teniendo relaciones con su mejor amigo (aunque no se hayan tocando entre ellos ni hubo penetración alguna) y una chica que no sabia que era gay. No obstante, él se había esforzado por olvidarlo ya que no fue para nada de su agrado, tampoco tenia motivo alguno para darle tanta importancia. Solo lo hizo para que su amigo cumpliera su objetivo con ella.

-Ten -recibió el movil que su amigo le extendia.

-¿Que es esto?

-La tienda online donde podrás comprarme la consola -cierto. Habia olvidado esa parte del trato-. Pon el número de tu tarjeta de crédito y formaliza el pago. Llegará a casa en cinco días.

-De acuerdo -suspiró resignado antes de teclear los digitos correspondientes y realizar la compra con éxito. Le devolvió el celular luego y continuaron el camino por el extenso pasillo de la universidad.

La semana comenzó otra vez, y con ella las odiosas clases. Por suerte solo quedaban pocas semanas y todo acabaría para ambos. Finalizarán una etapa importante de estudios y empezarían una completamente nueva donde debian comenzar a buscar trabajo y continuar adentrándose en la vida adulta.

-Por cierto, hoy se estrena la película que llevamos esperando hace un año -comentó Mikey mientras su mirada paseaba por las chicas que estaban a un costado del pasillo.

-¿La de los zombies?

-Si. ¿Quieres ir? -propuso.

-¿Es una cita? -preguntó con una bonita sonrisa.

-Definitivamente lo es -tomó la mano de Takemichi entre la suya, comenzando la rutina de bromas-. ¿Aceptas?

Las cosas no cambiaron, no tenía porque dejar de ser como era con él por sus estupidos pensamientos molestos. Igualmente era algo inevitable y que salía con naturalidad.

Takemichi entrelazo sus dedos y afianzó el agarre. -Claro

Mikey planeo una salida al cine luego de clases, aparte de estar ansioso por ver la nueva película tambien tenia intenciones de divertirse con Takemichi. Compartían juntos y rememorarian momentos de amistad. Porque eran eso, buenos amigos.

Llegarón hasta el salón que les correspondía para la primer hora de clases, aún faltaban algunos minutos para que comenzara asi que llegaron temprano y, como casi nunca pasa, sus amigos ya estaban dentro. Saludaron como todas las mañanas y escucharon atentamente lo que Chifuyu estaba contando sobre su sueño de la noche anterior, algo relacionado con aliens y el espacio exterior.

Luego el profesor llegó junto al resto de estudiantes para comenzar con las horas del exámen.

Justo antes de empezar a escribir en la hoja, Mikey y Takemichi chocaron puños deseándose suerte. El resultado de esto debía ser positivo si querian dar por acreditaba la materia, por eso la importancia y necesidad de estudiar diariamente.

Y como ambos lo hicieron estaban relajados completando las preguntas con simpleza.

-¿Palomitas de maíz y una barra de chocolate? -preguntó, siendo obvia la respuesta ya que conocía sus gustos.Takemichi sonrió y asintió colocándose a su lado para observar la gigantesca cartelera, que mostraba la portada del estreno, mientras Mikey hacia el pedido.

Llevaban tiempo esperando el remake de una antigua película que solian ver cuando eran niños. Estaba muy emocionado, creyó que jamás sacarían una nueva parte o un remake pero asi fue, y también se encontraba algo nostálgico por el hecho de verse aún junto a su fiel Vachirawit. El chico que siempre estuvo para él sin importarle nada, lo apoyó y acompañó toda su vida, así como lo ayudo a sorportar tantas cargas y lo cuidó con todo su amor.

-Ten, también te compré una coca-cola -Takemichi miró la lata con recelo y luego a Mikey-. Tranquilo, no tiene azúcar, lo recordé.

-Gracias -dejó un beso en su mejilla y lugo tomo el refesco, el chocolate y la bolsa de palomitas que le correspondía.

Avanzaron hasta entrar en una de las salas, el ticket de la entrada indicaba que sus asientos estaban del lado derecho, y un poco más arriba del centro.

-Debo decir que me sorprende la cantidad de personas que hay aquí. Crei que solo seríamos nosotros -confesó Takemichi, llevandose un puñado de palomitas a la boca.

-Bueno, es una remasterización bastante novedosa. Seria raro si no hubiese nadie.

-No he visto el tráiler pero supongo que estará bien, aunque la versión antigua sera siempre la mejor de todos los tiempos.

-Coincido.

Las luces de la sala se apagaron y la gran pantalla se encendió para mostrar un anuncio, y finalmente dar inicio a la película.

-Oh, dios, esto es nostálgico -dijo Takemichi cuando la primer escena comenzó, trayendole muchos recuerdos a la cabeza. Ladeo su cabeza para ver a Mikey, el se veía de la misma manera, emocionado. Sonrió enternecido y apoyó la cabeza en su hombro, para prestar atención y disfrutar de la película.

Iba a llevarse otra porción de palomitas a la boca pero se quedó estático cuando un beso fugaz fue depositado en sus voluptuosos labios. Y una fracción de segundo mas tarde sintió el calor subir hasta su rostro y centrarse en sus mejillas y orejas.