El nuevo día trajo consigo una sensación de vida nueva, de nuevos inicios.
Yein se levantó temprano, tomó un baño y se sintió pronta para correr y saltar.
Pero estaba la rutina del hospital, que era obligada a seguir. El obstetra vino a verla, ella comió un saludable desayuno y conversó con las enfermeras. Tenía que esperar hasta las nueve, cuando Yoongi llegaría para llevarla a casa.
Namjoon estaba en el garaje cuando el Mercedes pasó por el portón, y abrió sin demora la puerta de pasajeros, mientras Yoongi daba la vuelta al vehículo.— Es bueno verla en casa, sra...
— Yein. Si osas llamarme por otro nombre, no sé lo que haré contigo.
— Muy bien.
Ella continuó mirándolo, esperando la respuesta.
— Sólo Yein—reafirmó, gentil.
— Perdiste tu armadura, Namjoon. —Yoongi lo precedía puertas adentros.
El mayordomo escondió una sonrisa desanimada.
— Entonces deberé reencontrarla.
— ¿Está todo en orden por aquí?
Namjoon inclinó la cabeza.
— Sólo falta que Yein verifique qué más quiere en la maleta.
Ella paró en medio de la escalinata.
— ¿Maleta?
Yoongi la enlazó por la cintura y la condujo para arriba.
— Vamos a pasar algunos días en la casa de la playa.
— ¿Pero puedes dejar la oficina?
— El mundo no se parará si no aparezco algunos días.
No, no lo haría. Pero Yoongi hasta entonces nunca percibiera eso.
Entraron en la espaciosa suite, y Yein se sintió feliz por apreciar la familiaridad del ambiente. Las dos maletas estaban recostadas en la cama. Una cerrada, la otra vacía. El laptop de Yoongi se encontraba en el piso.
Yoongi la giró en sus brazos e inclinó la cabeza al encuentro de la de Yein, besándola.
— Yein quedó excitada, pero él interrumpió las caricias.
— Arregla tus cosas, pedhaki mou. Sino no iremos a ningún lugar tan temprano.
Yoongi estaba en lo cierto, y Yein sabía que tenían mucho tiempo por delante. Así, escapó de sus brazos y se encargó del equipaje.
En menos de una hora, llegaban a la casa de la playa, en verdad un magnífico solar, construido a apenas algunos metros de la arena.
Las paredes externas eran hechas de vidrio templado, y las palmeras y los arbustos garantizaban la privacidad de la propiedad al mismo tiempo que decoraban la vista maravillosa y tranquila del océano.
Namjoon estuvo allí poco antes, y dejó provisiones en la heladera, leche fresca, jugo pronto y todo el lugar limpísimo.— ¿Qué te parece de caminar por la playa?
Yein se volvió hacia él y le tomó la mano, para, juntos, salir a recorrer el camino entre las palmeras, siguiendo hacia la arena blanca, que se encontraba con el agua salada.
El día era espléndido. Caliente, el sol brillando, poquísimas nubes en el cielo. Encontraron la playa vacía y, para Yein, parecía que sólo estaban ellos dos en el planeta.
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Secret Of Love | Min Yoongi ﷼ ©
RomansaYein siempre había tenido la esperanza de que su matrimonio de conveniencia con Min Yoongi acabara convirtiéndose en algo de verdad. Sin embargo, un año después de haber intercambiado los votos, él parecía seguir rendido a los encantos de su antigu...