Hay Milo ツ

434 36 47
                                    

Tiempo después.

Narra Milo.

Después de a verme encerrado en mi templo y ponerme a pensar un poco sobre mi pasado me quedé dormido por una hora aproximadamente, desperté al sentir una pequeña mano acariciando mi cabello y para cuando pude despertar pude ver a la diosa Athena.

- ¿señorita Athena?, ¿Qué hace aqui? - pregunte una vez me senté en la cama.

- Camus me comentó que volviste a evitarlo y me pidió ayuda por milésima vez para que viniera a hablar contigo - respondió ella mientras me veía.

- hay Camus...

- ¿Que sucede Milo?, Creí que ya habíamos acordado que intentarias perdonar a tus compañeros, ¿No es así?.

- le juró que e intentado hacerlo señorita pero hay algo que me atormenta y mucho.

- y ¿Se puede saber que es? - pregunto.

- tengo miedo de que en uno de mis impulsos terminé matando a alguno de mis compañeros, ya tomé la vida de alguien muy importante para mí en un pasado y creo que lo mejor será quedarme sólo.

- hay Milo, ya te dije que lo que ocurrió con tú maestra no fue culpa tuya, tú mismo vistes que ella se sacrificó por tú bien, no fue tú culpa tú no la mataste - respondió ella un poco afligida ya por aquel tema.

- mí hermano la mato al enterarse que me había convertido en caballero, ¡Si fue mi culpa!. La asesino en mí propia cara.

- Milo no es correcto que te sigas culpando por cosas de las que no tienes que culparte, ¿Ya?, No puedes seguir aislandote así, Camus te ama y...

- Camus no me ama, sólo soy un juego para él, desde el principio fue así y yo tontamente voy y me lo creó.

- hay Milo, ¿Quién te metió esas tontas ideas en la cabeza? - pregunto mientras tomaba sus mejillas.

- por cierto señorita Athena, ¿Cómo logro entrar?.

- por la puerta quite tú barricada para poder permitirle a Camus hablar contigo - dijo a lo que rápidamente dirigí mí vista hacia la puerta de la habitación, dándome cuenta de que Camus estaba ahí parado observando me, rápidamente me escondi detrás de Athena mientras lo escuché suspirar.

- Milo por favor ya no sigas con esas tontas ideas - suplicó mientras se acercó a él.

- déjame tranquilo, ¿Quieres? - pregunte.

- ¿Señorita Athena me permite unos momentos a solas con él? - pregunto a lo que la diosa suspiro para después poco a poco separarse de mi yo le suplicaba que se quedará.

- estaré en la sala por cualquier problema, ¿Está bien? - pregunto para después irse.

Suspiré cansado para después irme a sentar en un lugar lejos de Camus él cuál suspiró.

- Milo ya no puedo seguir así contigo, así que por favor dime, Si quieres que vaya de tú vida o quiere que cambie algo en mi sólo dilo, ¿Cuál es el problema?.

- no eres tú Camus, eso te lo puedo asegurar, él problema aquí soy yo, hay algo que me impide estar cerca tuyo.

- ¿Y que es?, ¿Surt?, Ya dejé de ser su amigo Milo lo juró.

- no es eso, no se como explicarlo, es una sensación extraña de sentirme sucio, vacío, asustado.

- ¿hay algo de lo que deba enterarme entonces?.

- no lo sé...

Eso fue lo que susurré, pero de ahí no hubo respuesta, por lo cual dirigí mi vista hacia dónde se encontraba Camus al cual ví verme seriamente, su rostro estaba en sombrecido, confundido lo ví para después ver como él lentamente comenzó a aproximarse a mí. Me quedé petrificado en mí lugar, por alguna extraña razón sentía ya a ver vivido esto antes y era espeluznante está sensación y cuando menos me lo esperé sentí como él me tiró en la cama para seguidamente subirse encima mío. En ese momento sentí un gran terror por lo cual cerré los ojos asustado, pero cuándo los volví a abrir pude notar que quien se encontraba sobre mí no era Camus. Era Surt. En ese momento me quedé sin habla.

Fin del sueño.

Desperté en mí cama, para después darme cuenta de que tenía una sábana encima, me levanté un poco para después suspirar con tranquilidad al ver que estaba solo en mi templo. Aunque no pude evitar sentir un escalofrío y sentir una muy mala y asquerosa sensación sobre todo mi cuerpo, negué rápidamente para después escuchar la puerta de mí templo abrirse, cuándo dirigí mi vista hacia allá pude ver a Camus.

- a... Estás despierto, que bien la comida ya está lista.

- em... ¿Cómo entraste?.

- por la puerta. ¿Por dónde más?.

- ¿No había puesto una barricada?.

- ¿otra vez estás teniendo esos sueños raros amor? - pregunto preocupado para después ingresar hasta sentarse a mí lado en la cama.

- ¿Sueños raros?.

- ¿Lo volviste a olvidar?, Shaka ya me había advertido de esto, Shaka dijo que tú subconsciente estaba intentando decirte algo, algo que te había afectado mucho pero por alguna razón bloqueaste - dijo mientras comenzó a acomodar mí cabello.

Por mi parte sentí eso bastante extraño y hasta cierto punto asqueroso por lo cual me aleje de él rápidamente.

- a eso es lo que me refiero.

- perdón pero es incómodo Camus.

- si lo sé, y prometí tenerte paciencia sea lo que sea que te suceda podremos resolverlo juntos ya verás - me dijo para después dejar un beso sobre mi frente.

- gracias por comprender me - le dije mientras lo abrazaba - ¿oye?, ¿No dijiste que tenías algo en la cocina? - pregunte para después ver cómo él dió un salto hacia atrás.

- ¡la comida maldita sea! - grito para después irse corriendo de ahí. No pude evitar reírme un poco por eso, para después ver mis manos. Camus intentaba ayudarme en lo que podía y yo había prometido hacer lo posible por recuperar la relación estable que teníamos antes de que las guerras estallaran, aunque no recuerdo exactamente como fue que llegué a enojarme con él en primer lugar. Voltee mi vista hacia un lado encontrándome con aquella caja de nuevo dónde estaba la foto la cuál tome.

- oh vamos cariño, ¿No sigues culpandote por eso o si? - pregunto haciéndome dar un pequeño salto en la cama mientras él me veía de forma triste.

- lo siento pero creo que sí es mi culpa.

- y fue por eso que me dejaste de hablar por cinco meses atrás, por favor ya no te mortifiques por eso Milo. No fue tú culpa, no quiero decirte esto pero si sigues así me veré en la obligación de decirle a Athena que traiga aquí a Aiacos para que te dé una disculpa.

- eh... No creó que sea buena idea molestar a mí hermano por eso más por tú bien.

- si eso quieres, por cierto amor, lamento mucho preguntar esto pero... ¿Ya recordaste algo?.

- lo mismo de siempre, a ver peleado contigo y hablar con Athena.

- no te preocupes todo estará bien - dijo sonriendo mientras acariciaba mí cabello, aunque sentía que me estaba ocultando algo.

Continuará...

¿Milo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora