Ésto fue fácil, demasiado

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Con Milo.
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Después de correr un poco para poder esconder a su pequeña para poder ir a ayudar a los caballeros de bronce se encontró con la agradable sorpresa de encontrar a Athena también ahí, por lo cual rápidamente se acercó a ella.

— señorita Athena, ¿Pero que le pasó? - preguntó confundido mientras veía a la diosa la cuál tenía el cabello cortado por arriba de los hombros.

— no te preocupes no es nada grave, ¿Pero dime qué estás haciendo tú aquí? - preguntó para después ver a la bebé - ¿Es tuya? - preguntó sorprendida.

— así es señorita.

— ow... ¿Tanto me tarde en el Olimpo?, Me perdí todo tú embarazo - se reprochó ella molesta - bueno eso no importa, lo que importa ahora es llevarte al santuario cuánto antes no es seguro que la bebé este desprotegida ahora - afirmó ella.

— ¿Supo algo entonces? - preguntó.

— lo sé todo Milo. Pero es muy peligrosos que ambos sigan aqui ahora - respondió preocupada, pero no pasó mucho cuando vieron a los caballeros de bronce aparecer todos golpeados.

— ¿Chicos?... - preguntó sorprendido Milo.

— pensé que ya estabas lejos Milo - reprochó serio Seiya.

— logramos acabar con el dios guerrero - afirmo Shun

— fue muy fácil - dijo Seiya.

— demasiado - afirmó confundida - en fin, tenemos que irnos - dijo Athena para después alzar a Nike, un brillo dorado cubrió el báculo para segundos después aparecer en el templo del patriarca.

— ¿Entonces mataron a Surt? - preguntó Milo.

— así es...

— eso no importa ahora - dijo ella para después ver al bultito que Milo tenía en sus brazos.

— ¡Señorita Athena! - se escuchó la voz del patriarca, al estar cerca no pudo evitar verlos con sorpresa a todos pero al ver a Milo corrió a abrazarlo sumamente feliz para después ver bien a la diosa - señorita Athena, ¿Que le pasó a su cabello?, ¿Cómo fue que llegaste aquí Milo? - preguntó.

— la señorita Athena me trajo, por cierto ¿Cómo fue que llegó allá? - preguntó confundido.

— acaba de llegar al santuario cuando sentí tú cosmos muy inquieto por lo cual me teletransporte hasta dónde te encontrabas.

— espere, esperé... ¿Cómo que acababa de llegar al santuario? - preguntó confundido Shion.

— así es Shion. Acabo de venir del Olimpo y a todo esto Milo. ¿Qué hacías tú con esta criatura hasta allá?, El frío de la noche les puede hacer daño deberías estar descansando.

— un momento, si usted acaba de venir, ¿Quién era la que?... Sabe que mejor olvídelo, los tres están en el santuario ahora es lo único que importa - dijo el aunque tenia más dudas que respuestas ahora.

— Milo lo mejor será que tú y tú hija vayan a descansar, mañana explicaremos todo - le pidió a lo que el santo de escorpio confundido asintió para después irse del lugar siendo seguido por los de bronce por cualquier problema.

Cuando Athena y el patriarca se quedaron solos, llamaron a los demás dorados para que regresarán al santuario mientras ellos se quedaban conversando sobre lo que estaba pasando. Pero sobre todo la verdad acerca de todo eso.

Horas después...

Templo de acuario.

— me disculpó por no haber estado aquí cuando todo pasó, de haber sabido jamás me hubiera apartado de ustedes - fue lo que dijo Camus sentado aún lado de la cama con la bebé en sus brazos la cuál estaba sonriendo.

— no tienes nada de que disculparte, fue muy imprudente de mi parte moverme de dónde me habías dejado en primer lugar - fue lo que respondió Milo recostado en la cama, mientras veía de forma curiosa a su hija - que extraño - dijo al aire.

— ¿por qué? - preguntó Camus.

— no a llorado desde que te la di - respondió mientras se sentaba en la cama.

— ¿tenía que hacerlo? - preguntó con bastante curiosidad mientras veía a la bebé quien estaba jugando con un mechón de su cabello que había encontrado.

— digo, cuando se la daba a Surt, lloraba por alguna extraña razón - afirmó.

— a... será porque no lo quería - respondió simple para después dejar un beso sobre la frente de la niña.

— ¿Cómo puedes decir eso?.

— a veces pasa Milo. Hay veces en que los bebés prefieren sólo a uno de sus padres, no te sorprendas tanto - le dijo mientras le sonreía.

— oh... podrá ser que se acostumbró más a ti y tú voz - dijo mientras Camus lo volteo a ver - digo, desde que nos enteramos que venía en camino siempre estuviste a mi lado y le hablabas de vez en cuando y le repetias muchas veces que la querías - dijo mientras Camus sonrió.

— entonces reconoces que yo soy tú papá ¿verdad? - le pregunto a la bebita que solo sonrió.

— ¿Por qué?.

— ¿hm?... ¿de que hablas? - preguntó Camus.

— ¿Por qué haces todo esto?, ¿por qué la quieres a pesar de saber que no es tuya? - preguntó mientras vio al acuariano sonreír.

— ¿Por qué?, ¿realmente quieres saberlo? - preguntó mientras vio a Milo asentir - bueno eso es muy fácil. Porque es tuya Milo - fue lo que respondió mientras Milo lo vio sorprendido - esta bebé se formó durante nueve largos meses dentro de ti amor. Es tuya y yo amo todo de ti y todo lo que venga de ti, eso la incluye a ella y digan lo que digan mientras tú me lo permitas ella será también mi hija, ¿si?, esa es la razón - fue lo que respondió haciendo a Milo soltar una pequeñas lágrimas - te amo Milo y amo cada cosa que haces por más mínima que sea - fue con lo que finalizo para después acercarse a él para darle un beso en la frente.

— muchas gracias Camus... gracias por todo - fue lo que dijo Milo para después abrazarlo.

— no hay nada que agradecer Milo, yo daría mi vida por ti de ser necesario - afirmó para después darle un beso casto en los labios - muy bien, ya es tarde así que los dos a dormir - ordenó mientras se ponía de pie para permitirle a Milo recostarse con más comodidad en la cama, dejo un beso en la frente de la niña para después entregársela a Milo.

Él por su parte se fue al otro lado de la cama para acostarse y así poder verlos a ambos dormir, realmente estaba feliz y aliviado de que ambos hubieran regresado con bien y también estaba molesto por saber quien era el responsable de toda su desgracia pero algo tenía muy en claro.

— Surt. Te juro que cuando te encuentre vas a lamentarlo - fue lo que susurro para el mientras veía a Milo y a la bebé dormir - mañana iremos a comprar algunas cosas para ti, bienvenida a casa hija - fue lo que susurro viendo a la pequeña dormir - eres muy obediente, no cualquier niño se duerme cuando se le dice - afirmó sonriendo para después acurrucarse al lado de ellos y poder dormir también.

En el templo del patriarca
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En las afueras del templo se encontraba Athena, la cual veía de forma calmada el santuario en el cual se respiraba una gran tranquilidad, suspiro contenta para después ver al cielo viendo en dirección a la luna.

— mañana le diré todo a Milo. Mientras la tengamos aquí estará a salvó y con mi ayuda podrá manipular su poder, ella no se volverá una amenaza lo juró, la mantendré controlada - afirmó viendo a la luna, sabiendo que su hermana Artemisa la vigilaba.

Continuará...

¿Milo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora