Eirene

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Tiempo después.
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Templo del patriarca
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Camilo y Eir habían llegado al templo del patriarca en donde él santo pontífice había salido a recibirlo.

- niños, ¿que están haciendo aquí? - preguntó Shion.

- papá nos envió hacia aquí, un hombre extraño llegó al templo de acuario - dijo Eir.

- ¿Un hombre extraño? - preguntó confundido.

- parecía que papá estaba muy molesto con él - respondió Camilo para después ver a Shion comenzar a caminar fuera del templo pero antes de irse dijo.

- por favor niños vayan con la señorita Athena y quédense con ella, ahora vuelvo tranquilos todo estará bien - les pidió para después irse.

Ambos jóvenes se vieron a los ojos sin embargo decidieron no hacer preguntas y hacer lo pedido por lo cual rápidamente fueron en busca de Athena.

En acuario
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Milo había sentido la presencia de aquella persona una vez más, por lo cual y a pesar de no aguantar el dolor en su cuerpo se puso de pie y escondió a su hijo en el baño de la habitación.

- escucha Albert, no vayas a salir de aquí a menos que alguien del santuario, tú padre o yo vengamos por ti, ¿entendido? - preguntó a lo que el menos asintió - te quiero amor - fue lo que dijo para después dejar un beso en su frente y salir del baño, sin darle tiempo al menor de decir algo.

No pasó más de cinco minutos cuando de golpe Camus entró a la habitación y de forma brusca fue a impactarse a la pared junto a la cama.

- ¿Camus? - dijo preocupado mientras se acerco rápidamente a él - amor, estás bien, responde - pidió preocupado.

- Milo vete de aquí, tienes que ir con los niños - fue lo que Camus respondió, para después ambos ver hacia al frente.

- Milo, que alegría volver a verte - dijo el peli naranja mientras ingresaba a la habitación.

- ¿Pero cómo es posible?, te mataron - intentó afirmar confundido.

- pues veras que regrese en una sola pieza - le respondió.

Camus por su parte intentó ponerse de pie por si solo, pero no le fue posible hasta que Milo le ayudo para después ambos ver con dirección a Surt, esperando cualquier movimiento de este.

- Milo. Necesito que me devuelvas lo que me robaste - fue lo que dijo mientras los veía de forma sería.

Con Athena.
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Los jóvenes permanecían al lado de la diosa que por su parte ya había recuperado el conocimiento sin s² cuerpo paralizado para su desgracia, tampoco podía hablar para advertirle a Eir que tenía que huir, no tardo mucho cuándo una brisa comenzó a sentirse en el lugar que para su desgracia Athena ya sabía de que dios se trataba.

- ¿Cómo estará papá?, ese tipo no se veía que fuera alguien que él apreciará - dijo Eir.

- lo que a mi me preocupa es... ¿saber de que estaban hablando?. ¿a que se refería con lo del "juguete sexual"? - preguntó Camilo.

- se a lo que sea, creó que lo mejor seria no saberlo hermanito - le dijo ella. Mientras el viento sopló agitando el cabello de ambos.

No tardo mucho cuándo ambos jóvenes sintieron como aquel viento comenzaba a elevarlos hasta dejarlos levitando en el templo, en el cual en el centro un tornado comenzaba a verse mientras parecía a ver una persona en medio de este. Cuando el viento se disipó se vio a alguien entrar, era un joven el cual traía sandalias aladas, un sombrero que en Grecia se le conocía como petasos el cual era sutilmente adornado con dos alas a cada lado, un monedero y también traía un bastón alado sobre el que se enroscaban dos serpientes enfrentadas cara a cara.

- ¿Que acaso ese no es?... - Eir prosiguió.

- Él dios Hermes, ¿él mensajero de los dioses? - preguntó Eir.

- hum... así que tú eres esa chica a la que están buscando - dijo el dios mientras se acercaba para verla a la cara - esta bien. Si creo que eres tú... - dijo sonriendo para después con su bastón abrir un portal por el cual empujó a la joven para después verlo cerrarse inmediatamente.

Después de eso Camilo cayó de golpe al suelo mientras vio al dios ver hacia los aposentos de Athena, donde la diosa también parecía verlo, el sonrió para después hablar.

- perdón por eso, ya puedes moverte - le indico para después ver como la chica rápidamente se sentó en la cama dónde estaba para después ponerse de pie, donde rápidamente tomó su báculo para hacerle frente a su hermano.

- ¿a dónde la enviaste? - preguntó sería.

- la joven fue mandada a llamar por nuestra hermana Eirene, Athena, ella estaba intrigada por conocerla - dijo sonriendo.

- ¿Eirene?.

- la pequeña semidiosa será puesta a prueba por las tres horas hermana mía, Eirene, Diké y Eunomía quieren recuperar el orden natural de las cosas como estaban antes de su llegada y para eso hay que ponerla a prueba... adiós - fue lo último que dijo para después retirarse mientras Athena se quedó... ¿calmada?, si así parecía, aunque se veía confundida.

- ¿las tres horas?, ¿señorita que pasa?, ¿Dónde está mi hermana?, ¿que esta pasando?... - preguntó el muchacho mientras la diosa lo pasó a ver.

- no es nada, tú hermana estará bien Camilo. Solo se le hará un pequeño examen - fue lo que respondió para después activar su cosmos, en un intento desesperado por expulsar a Loki de su santuario. Se había descuidado y eso le había salido caro, sin embargo si las diosas del orden natural de las cosas estaban interviniendo eso quería decir que tenían esperanza de salvar a la pequeña Eir... - Eirene, hermana mía, te la encargo - fue lo que pidió por medio de cosmos.

En otro lado.
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Eir por su parte confundida abría sus ojos, encontrándose con un lugar, algo extraño, parecía el mismos paraíso y también aquella ilusión que su tío Shaka podía hacer, se levantó del suelo para después comenzar a caminar explorando su entorno hasta que llegó a estar frente a un templo en el cual sin pensarlo mucho ingreso al llegar a aquel lugar se sintió intimidada pero en ningún momento sintió la necesidad de irse, siguió adentrándose en aquel extraño lugar hasta llegar aún salón principal en el cual habían tres mujeres sentadas en tres tronos. Las cuales la veían de forma sería...

- ¿Hola?... - dijo Eir.

- pequeña diosa... ¿hasta donde estas dispuesta a llegar por tus semejantes? - preguntó una de las mujeres.

- ¿Que?... - preguntó confundida.

- un dios sin bondad, es lo mismo que un demonio sin cadenas, por lo cual debe ser inmediatamente destruido - dijo otra.

- ¿Un dios?, ¿de que están hablando? - preguntó la más pequeña.

- pequeña humana, dinos algo, ¿estas dispuesta a perder tú divinidad o tu humanidad?, responde con sinceridad - preguntó la otra mientras la menor estaba confundida.

Continuará...

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