¡No!

269 29 27
                                    

Ocho meses y medios cumplidos.

Narra Milo.

Estaba conciente de que estaba a tan solo dos semanas más de dar a luz, genial un poco más y podría tener a mí bebé entre mis brazos, aún no sabía que era pero estaba emocionado por descubrirlo, cerré el libro que tenía entre mis manos, Camus me lo había dado momentos antes de irse de mi templo, por lo cual estaba sólo, eran las 12 del medio día y a nosotros ya nos había dado hambre otra vez, así que con cuidado y esfuerzo me levanté de la cama. Aprovechando que Camus no estaba me levantaría porque después de lo que sucedió no me dejaban levantarme si no era estrictamente necesario.

- con una vez que lo haga no hará daño, ¿Verdad?, Tú eres muy fuerte - le dije a mi bebé mientras ponía una mano en mi vientre, como respuesta me dió una patadita aunque me había dolido un poco.

En fin me levanté y antes de salir de la habitación me asegure de que no hubieran dorados a la vista, cuando estuve seguro sonreí para después con mucha más calma salir de mi habitación y dirigirme a mi cocina, se me había antojado una tortilla de pollo con queso, Si... Definitivamente después de mi embarazo me tocaría hacer ejercicio para volver a estar en forma. Antes de entrar comencé a escuchar voces fuera de mi templo, extrañado por aquello me dirigí a paso lento a la salida del templo pero antes de salir me escondí en un pilar, para después reconocer aquellas voces una era de Shura y la otra de Camus.

- ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? - pregunto serio capricornio.

- claro que sí - afirmó seguro acuario.

- Camus, un bebé es una gran responsabilidad y tienes que entender una vez este paso este dado no podrás dar vuelta a atrás, no dudo que lo harás bien pero piensa, ¿Que harás cuando sea él momento de la verdad? - pregunto - Em... Me hice cargo de tí por lástima de dejar a tú madre a su suerte, ¿Esa sería una repuesta correcta?.

Al escuchar aquello salir de sus labios tan sinceramente lo único que pude hacer fué suspirar para calmar mí tristeza, ¿Y si era verdad?, Camus sólo estaba conmigo por lástima. Pensando en aquella posibilidad solo me fui pero no a mi habitación, salí de mi templo en búsqueda de un lugar donde pensar correctamente.

- ¿Eso era lo que querías oír Shura? - pregunto serio.

- nombre, tampoco así, perdón si no me di a entender, lo que te pregunté es que ¿Que harás cuando llegue el momento de revelar la verdad? Ese niño o niña tiene el derecho de saber la verdad ¿O no? - volvio a preguntar.

- supongo que tendré el tiempo suficiente para pensar en mi respuesta durante sea un bebé. Además ¿Quien le va a decir la verdad de su origen?, ¿Quién sería tan malvado para decirle aun niño que es producto de algo forzado? - pregunto al aire - en fin... Iré a ver como están, Milo ya está a pocas semanas de dar a luz estoy emocionado ya quiero conocerlo - dijo feliz.

- No se te nota - dijo sarcásticamente - Camus, ¿En ningún momento te sentiste confundido con todo lo que había pasado?, Porque digo que una persona normal hubiera pensado las cosas - comento él.

- no te negare que al principio no sabía que hacer, sin embargó gracias a la señorita Athena pude pensar bien y aquí me tienes - le respondió.

- realmente Milo tuvo mucha suerte de encontrar a alguien como tú. No cualquiera hace lo que tú haces por ellos.

- yo diría que es al revés, Milo me a tenido mucha paciencia a pesar de mis estupideces, Realmente me sorprende que me haya aguantado tanto. Si yo hubiera sido no hubiera cedido al perdón - respondió para después ver hacia adentro del templo.

- ¿Que ocurre?.

- siento el templo vacío - respondió confundido - ¿Será posible que se haya levantado de la cama aprovechando mi ausencia? - pregunto serio.

- es una posibilidad. Es de Milo quien hablás, al gran santo de escorpio nadie le va a decir que hacer jajaja - se rio al ver al santo de acuario negar.

- iré a buscarlo. Adiós Shura - dijo para después irse.

Camus no noto que aquella persona con la que había estado hablando, no era Shura si no que era una sombra negra y oscura la cual después de verlo desaparecer tomó su forma original mientras se iba arrastrando por el suelo con dirección al templo del patriarca.

Horas después.

En Libra.

En la casa de libra, bueno en su techo se encontraba Milo sentado, ya era de noche, pasaban cinco minutos de las ocho de la noche y él seguia ahí arriba pensando en lo que había escuchado, suspiro mientras pensaba en Camus, escucho algunos pasos a su espalda, escondió su rostro entre sus piernas mientras escuchaba como aquella persona se sentaba a su lado, lo escucho suspirar para después hablar.

- Camus te está buscando desde hoy en la tarde - hablo el mayor.

- ¿Dónde está ahora? - pregunto sin levantar su rostro.

- supongo que buscándote en las afueras del santuario - indico el con una sonrisa. Lo vio por breves momentos para después suspirar y con una sonrisa pregunto - ¿En qué tanto piensa él caballero de escorpio? - pregunto con una sonrisa.

- nada en especial maestro Dohko, sólo estaba contemplando el hermoso cielo azul y el santuario - le dije mientras veía hacia abajo en dirección de los demás templos del zodiaco.

- las estrellas son... Hermosas - fue lo que él me dijo mientras veía al cielo - tenemos un cielo más estrellado de lo normal - comento para después verme.

- mj... Tiene razón - le respondí.

- a ver Milo. ¿Qué sucede?, ¿Por qué lo evades?, ¿Por qué no le quieres hablar ahora?, ¿Hizo algo malo para que te alejaras?, ¿Te hizo algo?, ¿Te insulto?, Sabés que puedes contar conmigo - dijo mientras tomo mis manos - ¡Hey!, Que grande está - dijo sonriendo mientras ponía una mano en mi vientre mientras yo lo veía.

Cuando iba a responder sentimos un fuerte temblor, él maestro se levantó con cuidado y me alejo un poco de la orilla de su templo para después comenzar a empujarme mientras caminaba conmigo, bajamos despacio de ahí.

Volteamos a ver hacia arriba en dirección de las casas de ahí, vimos como los templos de arriba comenzaban a venirse abajo, sólo vimos unas luces pasar rápidamente, por lo cual un poco más calmados seguimos bajando hasta aries.

Tiempo después.

En la salida de aries.

Él patriarca ya se encontraba abajo, dando instrucciones a los demás caballeros.

- muy bien chicos, por favor salgan en orden y con calma - pidió.

- ¿Allá arriba ya no había nadie? - pregunto él viejo maestro mientras me ayudaba a caminar. Como si no pudiera hacerlo solo.

- si los saque a todos - indico él patriarca para después dirigirse a mi y verme con una sonrisa - muy bien Milo, tranquilo vamos a estar bien todos - dijo para después ayudarle a Dohko.

Antes de poner un pie fuera del templo de aries escuché algo. ¿Un llanto?. Pero no cualquiera llanto, era como el de un bebé por lo cual bruscamente me separé de ellos y sin pensarlo comencé a correr hacia adentró, escuché que Dohko y Shion comenzaron a llamarme a gritos pero después escuché que el primer templo comenzaba a destruirse, seguidamente de eso escuche la voz desesperada de Mü, pero yo no me detuve en ningún momento pero pare de golpe al sentir como un líquido comenzaba a escurrirse entre mis piernas, y un dolor comenzó a presentarse en mi vientre por lo cual me arrodillé frente al templo de Tauro, justo en ese momento el llanto ceso y él segundo templo comenzó a caer justo frente a mis ojos. Sin que yo pudiera hacer algo para moverme.

Continuará...

¿Milo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora