maldito

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En el santuario
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8:00 PM
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Los caballeros estaban todos reunidos en la entrada del templo de aries.

— ¿Que ocurre Shion? - pregunto máscara de la muerte.

— hemos encontrado a Milo chicos - informo él patriarca.

— ¿Lo está diciendo en serio Maestro? - preguntó con esperanza Mü.

— si, por lo cual vamos a comenzar a movernos - informo él.

Con Milo

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Milo por su parte caminaba en dirección al santuario, de vez en cuando bajaba su vista para ver a su bebita, la cual estaba tranquilamente durmiendo.

— no te preocupes, muy pronto llegaremos a casa bebé - fue lo que le dijo a su hija para después darle un beso en su frente.

No pasó mucho cuando sintió un cosmos peligroso aproximandose a ellos por lo cuál se apresuró para poder encontrar a alguien que le pudiera ayudar, sabía que alguien del santuario estaba en ese pueblo en esos momentos y ellos eran los caballeros de bronce.

— esperemos encontrarlos bebé - fue lo que susurró.

Con los caballeros de bronce.
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Mientras tanto en el pueblo se encontraban Seiya y Shun, los cuáles estaban viendo que cenarian esa noche.

— ¿Ya escogiste algo Seiya? - preguntó algo aburrido Shun.

— es que hay tanto por comer aquí - dijo con sus brazos extendidos.

— si, admito que todo se ve delicioso Seiya, sin embargo ya tengo hambre - dijo mientras Seiya lo vió.

— ¡Ya sé! - grito para después tomar el brazo de su compañero y comenzar a jalarlo en dirección aún restaurante, pero su acción se vio interrumpida al sentir un cosmos familiar - ¿Sentiste eso? - preguntó preocupado.

— Si, es el cosmos de Milo. ¿Estará bien? - preguntó.

— no lo creo, se nota molestó. ¿Vamos a buscarlo? - preguntó a lo que el otro asintió y ambos fueron a buscarlo.

Con Milo.
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Milo por su parte se había escondido detrás de una roca, sentía que lo seguían y efectivamente así era y se trataba de Surt. Él cuál se veía muy diferente a la última vez que lo había visto.

— ¿Milo?, ¿Eir?, ¿Dónde están?, ¿A dónde iban que no me invitaron? - fue lo que escucho Milo, no tardó mucho en sentir como su pequeña se removió incómoda en sus brazos mientras amenazaba con llorar. No le era raro, le era curioso que desde que nació al escuchar la voz de su padre siempre lloraba de forma amarga.

— shssst... Ya bebé, no pasa nada mami está aquí - le decía tratando de calmarla.

— sé que los dos están aquí - fue lo que dijo mientras se acercaba al escondite de Milo, él cuál al verlo se puso rápidamente de pie para después estamparle un golpe en la cara y salir corriendo de ahí.

— ¿Con que vamos a jugar así? - preguntó con una sonrisa para después comenzar a seguirlo.

Milo corrió hasta que llegó a una pequeña playa, se sintió frustrado, ya era de noche como para nada y más con su pequeña, eso seguro le haría daño pero ya no había a dónde huir entonces escucho como comenzaron a aplaudir.

— llegaste tan lejos Milo. Ahora ¿Qué decisión tomarás?, Sabes perfectamente que si te metes al agua a esta hora y con el aire que hay podría ser perjudicial para la bebé. ¿No lo creés? - preguntó con una sonrisa.

Milo quien había escuchado todo dándole la espalda solo se giró para después verlo seriamente.

— escucha. Yo se que tú no quieres a la bebé, así que te propongo un trato - le dijo - dámela y te dejaré ir sin detenerte - fue lo que le dijo.

— ¿De que estás hablando?. Estás muy equivocado si piensas que te voy a entregar a mi bebé - afirmó seguro.

— vamos no quieras hacerme creer que ahora te importa. Milo, tuviste la ligera idea de abortarla en algún momento - le dijo, Milo por su parte al recordar aquello paso a ver a su bebita, se sintió mal por aquello sin embargo recordó algo.

— tienes razón, pensé en matar a mí bebé una vez, y lo siento mucho, pero eso jamás paso ¿Y sabés por qué?, Por Camus. Camus fue el que me dió la voluntad suficiente para no darme por vencido y hacer algo imperdonable que me lamentaria durante toda mi vida.

— ¿Quieres saber por qué Camus no te permitió hacerlo?. Es muy simple, porque quería tener su conciencia limpia, ya mató a mi hermana y por poco se vuelve loco por el arrepentimiento, ¿Qué crees que hubiera hecho si te hubiera permitido abortar?, Entiende que solo lo hizo por beneficio personal - le dijo serio.

— eso es mentira. Camus a pesar de todo siempre la quiso, velo por su bien desde que se enteró que estaba formándose en mi vientre. Y a pesar de que esa responsabilidad no le correspondía, nos cuido y procuró por nosotros y nada de lo que tú me digas me hara dudar de él - afirmó.

— no me hagas reír - dijo para después comenzar a acercarse a él.

Para su sorpresa su mano fue detenida a pocos centímetros de ellos, Milo sorprendido siguió el camino de la cadena, para después ver a Shun. A su lado Seiya, ambos vistiendo sus armaduras de bronce.

— ¿Qué está sucediendo aquí? - preguntó serio el caballero de pegaso.

— Seiya, Shun... - susurró Milo para después sonreír con felicidad - que alegría me da verlos - fue lo que les dijo.

— también nos alegra mucho verte Milo. ¿Pero que haces aquí? - preguntó Seiya.

— lo mejor será que te alejes de él. Nosotros nos haremos cargo - dijo Shun.

Milo por su parte solo asintió nada después abrazar más a su hija y separarse de dónde estaban. Los otros dos rápidamente se acercaron al dios guerrero después de ver qué Milo se alejó.

— ¿Que rayos es lo que buscas con él?, ¿No te basto con casi romper su relación con Camus la primera vez? - preguntó Seiya mientras se ponía en guardia.

— Seiya, el cosmos de este hombre - dijo sorprendido Shun.

— es cierto, este cosmos. no es humano... - susurró mientras lo veía quitar se la cadena por lo cual ambos jóvenes rápidamente se prepararon - ¡¿Quién diablos eres tú?! - gritó al ver aquel hombre sonreír de forma siniestra.

— oh... Creeme niño. Me convertiré en tú peor pesadilla - fue lo que respondió para después tirarse a atacar.

Continuará...

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