II

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Era ella, Sana era la que no la había mirado. Estaba muy concentrada dibujando que ni siquiera se molestó en mirar a la directora o al profesor.

Nayeon la observó unos momentos, la estaba admirando. Sana levanto la mirada y la vio directo a los ojos, Nayeon quedó tan encantada que se ruborizó al contacto visual. Jamás había visto una chica tan hermosa y perfecta, algo le dijo que sería su perdición; espera a poder hablar con ella. sana le regaló una de sus amables sonrisas y volvió a sus asuntos.

Nayeon fue y se sentó justo a lado de Jeongyeon quien la miraba con ternura. Se le hacía linda y una parte de ella quería conocerla más a fondo.

-Hola, bienvenida Nayeon.- saludo Jeongyeon.- soy Yoo Jeongyeon mucho gusto.

-Mucho gusto Jeongyeon y gracias- estrecho la mano de la chica.

-¿De que otra escuela vienes Nayeon?- continuó la plática.

-Pues vengo de...-

-Señorita Yoo.- interrumpió el profesor.- ¿tiene algo que compartir con la clase?

-No.- contesto apenada.- Lo lamento profesor.

-Bueno entonces guarde silencio y dejé de interrogar a la joven Im.- al decir esto todo exclamaron un típico abucheo y burla hacia Jeongyeon. Sana noto eso y volteo a ver a su amiga quien estaba toda roja.

-¿Por qué todos te abucheaban?- susurró en forma de pregunta después de que todos se callaran.

-Luego te cuento.- respondió apenada.

Sana sonrió por la actitud de su amiga se le hacía demasiado tierna ya que usualmente ella no se mostraba apenada, Sana recordó que la chica estaba a un lado de su amiga, se inclino para verlo y noto como esta la miraba con ojos enamorados. Ya se le hacía costumbre que las chicas la mirarán así pero al mirarla bien sintió que esa mirada ya la había visto antes. Sabía a qué mirada le recordaba y al recordarla quiso gritar y saltar hacia la castaña para herirla pero se contuvo y esbozo una amable sonrisa. Una llena de odio.

Nayeon suspiro encantada. La chica de sus sueños la miro detenidamente y le sonrió. Sana parecía perfecta para ella y ella sabía que no sería fácil ya que muchos de aquí la miraban con deseo. Nayeon no la veía de esa forma, ella la veía con amor y quería conocerla. Lo que se le hizo algo extraño es que a pesar de ver el brillo en sus ojos sintió que estos no decían nada. Era como si hubiera un muro en ellas. Un muro que ocultaba la entrada para ver la verdadera personalidad de Sana. Tal vez Nayeon estuviera mejor si no hubiera destruido aquel muro...

Pasaron tres clases y después tuvieron un descanso. Unos salieron del salón hambrientos para poder ir a la cafetería y poder comer y charlar al mismo tiempo.

Sana moría de hambre pero Jeongyeon le dijo que esperarían a Nayeon y la japonesa no tuvo más remedio que aceptar.

-Hola Nayeon.- Jeongyeon se golpeo la frente mentalmente al recordar que ya la había saludado.

-Hola Jeonguie.- contesto tiernamente Nayeon. Jeongyeon casi se desmaya al escuchar el apodo dicho por por la chica. Nayeon notó a Sana pero ella estaba mirando su teléfono sin darle importancia a la chica.-Hola amm...

Jeongyeon se dió cuenta de que Nayeon quería saludar a Sana pero aún no se habían presentado. Jeongyeon codeo nuevamente el brazo de su amiga haciendola reaccionar, Sana la miro y se dió cuenta de la chica.

-Oh, lo siento.- se disculpó Sana y extendió su mano de manera educada.- soy Sana un gusto Nayeon.-; Nayeon aceptó alegremente la mano de Sana y casi quería gritar al ver que sabía su nombre.

Se quedó estrechando su mano por unos segundos más hasta que Sana se apartó. Ella sabía que tenía que tener cuidado con ella.

-Oye Nayeon ¿Quieres venir a comer con nosotros?- propuso alegremente jeongyeon.- Tal vez podriamos platicar más a gusto, ¿No lo crees Sana?

-Sip, me parece una buena idea.- contesto con una gran sonrisa.

Las tres chicas se dirigieron tranquilamente a la cafetería. Todo el camino estuvieron hablando de dónde venían y le explicaban a Nayeon las reglas de la escuela. Jeongyeon estaba muy contenta mientras que Sana fingía mucho el sentimiento de estar "feliz"

-Esta es la cafetería.- Jeongyeon dijo abriendo una puerta de acero azúl.- Es algo pequeña pero la comida es buena.- explicó Jeongyeon. La cafetería aproximadamente tenía 12 mesas y en cada una había un grupo distinto

-Ese es nuestro lugar.- señaló Sana la mesa que tenía solo cuatro estudiantes más. Caminaron hasta ese lugar y se sentaron, Nayeon procuro sentarse junto a Sana y ella no tuvo más opción que aceptarlo.



















Perdonen el cap corto estoy escribiendo el tercero también.

Por cierto, se hará mención de otros grupos.

LOS JUGUETES DE SANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora