LOS JUGUETES DE SANA

Final

-¿Quieres ver lo que hice..? Bien, te lo mostraré..-. Encendiendo el interruptor se mostró la verdad.

La habitación estaba forrada por un fondo azul oscuro que apenas se iluminaba la habitación la silla donde se sentaba Sana era de huesos y piel; Sana se las ingenio para convertir a Mina en una silla mesedora, la carne aún conservada, había rellenado bien los brazos y cabeza intacta.

-Mina siempre solía tenerme como un bebé... Así que decidí hacer esto para siempre recordarla.- explicó ante los atemorizadas chicas. Encendió una luz justo a lado; la cabeza de Dahyun había sido transformada en una lámpara de adorno, a través de sus ojos y boca provenía la luz eléctrica.- Dahyun siempre me ayudó con mi temor a la oscuridad era muy valiente así que esto es lo que quedó de ella.- explicó

Nayeon sintió su estómago revolverse tanto que logro vomitar. Sana se rió, se acercó hasta una pequeña mesa de juego de té y ahí se encontraba Chaeyoung convertida en lo que parecía una maceta; en su interior estaba plantado un pequeño árbol y las ramas salían de algunas heridas abiertas, Chaeyoung tenía una sonrisa cocida y ojos vendados.- con Chaeyoung no pude hacer mucho, le gustaba mucho la naturaleza y amaba tomar té, no podía verla a los ojos por qué simplemente me ponía a llorar así que los cubrí y le hice una bella sonrisa

-Dios mío...- sollozó jeongyeon.- ¿Cómo pudiste Sana..?

-¿Y jihyo? ¿Que hiciste con ella?- pregunto Nayeon.- ¡¿Que hiciste con todos?!

-Aqui está Jihyo...- dijo señalando el escritorio junto a la ventana. La mitad del cuerpo de Jihyo estaba unida hacia el escritorio, sostenía un libro bastante grande; sus ojos se encontraban cerrados junto con una expresión llena De tristeza.- A ella le encantaba leer más no pude hacer mucho con sus piernas, pero si con su torso... Siempre que estoy leyendo escucho su voz y es lo que me tranquiliza...- suspiró soltando algunas lágrimas.- A Ryujin la utilice como trofeo junto con Yeji.- señaló sus cabezas colgadas en el pedestal de la pared.- Me gustaba la piel suave de Ryujin así que decidí usar algunos pedazos para mí capa de recuerdos.- mostró el abrigo que traía puesto. Camino hasta una mesa.- Jennie tenía una linda voz así que me inspiró a hacer mi propio tocadiscos.- sonrió mientras encendía aquel terrorífico y horrido aparato; la cabeza de Jennie estaba conectada a este y uno de sus dedos era lo que hacía tocar la música como si de esos aparatos musicales antiguos se tratara.- ¿No les parece genial?

-¡No! ¡Es lago horrible!- grito Jeongyeon.- ¡Eres un monstruo Sana!

-¿Mounstro?..¡¿Quieres que te muestre LO QUE ES UN MONSTRUO?!- clavo el cuchillo justo en el pecho de la chica y con lentitud y presión bajo hasta su vientre desgarrándose los nervios y sus entrañas.- Esto es ser un mounstro querida "amiga"

Jeongyeon comenzó a agonizar y ahogarse con su propia sangre. Nayeon miraba horrorizada y con desesperación intento zafarse de las cadenas. Casi lo logra a pero parecía imposible; sus muñecas comenzaban a lastimarse y a sangrar.

-Bueno Nayeon ahora tú serás parte de mi colección..- amenazó con cuchillo en mano; algo la salvó, el sonido del timbre de la casa de Sana. La Japonesa se quejo molesta, dejo el cuchillo en la mesa y se quitó su abrigo.- No te muevas...- colocó una cinta a su boca para que no pudiera gritar. Al salir de la habitación Nayeon comenzó a mover sus manos y poder zafarse, después de unos minutos lo logro, se quitó la cinta y busco la llave para liberarse de sus piernas. Se asomo por una ventana y noto que era la policía. Rápidamente encontro la llave dentro del bolso de Sana y se libero de las cadenas.

Mientras Sana platicaba con los policías; estos le preguntaban si no sabía nada de sus amigas y como buena actriz logró convencer a los oficiales de que no había visto nada. Al final estos dos lograron irse antes de que Nayeon pudiera pedirles ayuda.