Cuatro

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El fin de semana había llegado por fin, Harry esperaba ansioso por sus amigos, la casa se veía impecable y había un silencio que al rizado ya no le agradaba, se estaba acostumbrando al azote de puertas cada vez que comía en la sala, a los ruidos en la cocina cuando no lavaba los platos.

Louis sin duda era estricto, al rizado le parecía gracioso decir que se había vuelto el fantasma de una madre y eso solo ocasionaba más azotes en las puertas.

Cuando finalmente terminó sus deberes el viernes por la tarde, preparó alguno snacks y entre tarareos acomodó todo en el garage, observó la caja con pertenecías de Louis nuevamente y la abrió con curiosidad. Durante los días posteriores a la pequeña charla con Zayn, ya no lo había visto nuevamente y nadie sabía darle alguna explicación sobre lo sucedido con el castaño de ojos azules.

Apartó el trofeo de fútbol y frunció el ceño al observar una fotografía, en ella se encontraba claramente Louis y junto a él abrazándolo un chico alto y rubio, lucia pálido y con mejillas ahuecadas, sus ojos parecían perdidos, su mirada no demostraba nada, pero la sonrisa de Louis robaba toda la atención en la fotografía.

Caminó rápidamente dentro de la casa y suspiró sin saber exactamente donde estaba Louis, debido a su extraño silencio ya no podía encontrarlo con facilidad.

— Uhm, Louis, encontré otra fotografía y me da curiosidad saber quien es el tipo junto a ti, no es Zayn, es un rubio raro — Hizo una mueca observando la fotografía. — Si me lo preguntas no es para nada mi tipo, quiero decir, supongo no te lo había mencionado pero soy gay

Al no obtener respuesta alguna solo soltó un suspiro sentándose en el sofá, observó la fotografía nuevamente y terminó por dejarla en la mesa de centro, tan solo un minuto después la foto fue arrojada al suelo.

— Sabía que estabas cerca, lo sentí —Sonrió.

El lado del sofá junto a él se hundió un poco así que Harry se giró buscando al menos una ligera sombra pero no la encontró.

— ¿Te molesta la fotografía? ¿Por qué la arrojaste al suelo así? —Preguntó con curiosidad. — Bueno creo que no me puedes responder ese tipo de preguntas.

Un escalofrío recorrió la mano del rizado cuando sintió ligeramente el tacto de Louis, tragó saliva observando sus dedos levantarse mientras el castaño los manipulaba.

— Esto es tan increíble, Louis —Susurró sorprendido. — ¿Puedes tocar más? Oh cielos eso no sonó nada bien ¿no es así?

Pronto un tirón de cabello hizo al rizado quejarse, con una mueca en la cara comenzó a frotar su craneo.

— No seas grosero, Lou, intento ponerte de ánimos por que estos últimos días no te has manifestado tanto ¿estás triste? Toca mi mano si es un si —Un nuevo jalón de cabello lo hizo bufar. — Te dije mi mano.

Cuando el rizado iba a continuar hablando el timbre le interrumpió, se puso de pie rápidamente y sonrió emocionado.

— Son mis amigos, son agradables, espero te caigan bien para que no los asustes demasiado —Hizo una mueca.

Caminó hasta la puerta mientras frotaba el sudor de sus manos en su pantalón, abrió con una sonrisa para recibir a ambos chicos, Niall chilló con emoción abrazándolo.

— Oh cielos, Hazz, te extrañé demasiado —Se quejó haciendo un puchero.

— Solo ha pasado una semana, Niall —Liam suspiró con una sonrisa de diversión.

— Permíteme ser sensible, Liam —Rodó los ojos.

— Yo también me alegro mucho de verlos, es difícil no hablar con nadie en la universidad —Asintió. — ¿Quieren algo de beber?

— Una cerveza está bien — Murmuro el castaño de ojos miel.

— De acuerdo, iré a la nevera por ellas, deberían ir saliendo antes de que Louis haga alguna travesura — Hizo una ligera mueca.

— ¿Louis? ¿Quien es Louis? ¿Tu amigo fantasma? — Preguntó Niall con curiosidad.

— Si, es él.

— No sean ilusos, los fantasmas no existen — Suspiró el castaño.

El rizado y el chico rubio le vieron con indignación y sorpresa, Liam se limitó a ver hacia otro lado.

— Retráctate Liam James ¿no olvidas nuestro equipo? — Murmuró el rubio.

— ¿Lograste armar la mesa de juegos, Harry? —Preguntó curioso cambiando el tema.

— Si, está en el garage, pueden ir yendo, prepararé botanas — Asintió.

Ambos chicos dejaron sus pertenencias en la sala de estar y caminaron hasta el garage mientras Harry acomodaba algunas frituras en un tazón y sacaba tres latas de la nevera, caminó con todo hasta sus amigos quienes intentaban jugar Hockey de mesa.

Le entregó una lata a cada chico y soltó un suspiro observando desde el portón abierto la noche alumbrando la calle, la zona era algo tranquila así que había bastante silencio.

— ¿Como te está yendo con tu chico, Liam? — Preguntó Harry entablando una conversación.

— Supongo que bien, él es genial, si — Murmuró aún jugando.

— Apenas y me textea ahora — Recriminó Niall.

— Eso no es cierto — Frunció el ceño.

— Si.

— No.

— Que si.

— Que no.

— ¡Zayn! — Gritó Harry hacia la calle.

El rubio y el castaño se giraron solo para ver la silueta de un chico cerca de la acera, parecía querer marcharse pero Harry continuó insistiendo, el morocho se giró soltando un suspiro y caminó hasta ellos.

— Me alegra que hayas podido venir — Sonrió más entusiasmado.

— Solo pasaba por aquí — Metió las manos a sus bolsillos al llegar dentro del garage.

— ¿Quien es él? — Preguntó Liam con curiosidad observando al morocho.

— Es Zayn, es amigo de Louis — Asintió el rizado.

— Lamentamos mucho tu perdida — Murmuró el castaño.

— Gracias — Respondió con simpleza.

— ¿Quieres una cerveza? — Ofreció el rizado.

Zayn se lo pensó por algunos segundos pero terminó por suspirar, quizá lo necesitaba, regresar a esta casa lo estaba haciendo temblar.

— De acuerdo — Asintió.

De pronto los focos en el garaje y la energía de la mesa de juegos parpadearon, una extraña corriente de aire heló los huesos de todos los presentes mientras Zayn era atacado por una extraña sensación.

Había un peso sobre el suyo que no le permitía moverse o mover sus brazos, sus ojos se cerraron ante la tranquilidad que aquella fuerza le trajo.

— Creo que Louis está aquí — Susurró Harry.

HUESPED. HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora