HUESPED. H

Nueve

Sus verdes ojos vagaban con aburrimiento a su alrededor, se encontraba en una celda mal oliente frente al escritorio de la policía, pensando que sus padres iban a matarlo cuando se enteraran.

Por eso decidió pedir ayuda a Zayn, quien apareció quizá una hora después, uno de los uniformados caminó hasta él sacudiendo las llaves mientras el morocho lo seguía.

— Ya te vas de aquí, muchacho, pero más vale no ocasiones más problemas, por suerte esos golpes no le causaron nada grave — Negó con su cabeza el oficial mientras abría la celda.

El rizado suspiró poniéndose de pie y salió en total silencio, maldiciendo internamente por la noticia que el hombre le dió, Zayn tiró de su brazo hacia afuera de la comisaría, no traía una buena cara.

— ¿Que carajos te pasa, Styles? — Frunció el ceño confundido. — Tuve que pagar tu maldita fianza.

— Te lo pagaré — Murmuró con simpleza.

— ¿Por qué te encuentras así? ¿Por qué golpeaste a ese hijo de puta? Quiero decir, Joder yo también deseo hacerlo pero... ¿Que tratabas de conseguir? — Preguntó confundido.

— En ese momento — Hizo una pausa ante el primer pensamiento en su cabeza pero aún así lo dijo — Matarlo.

— ¿Por qué? — Lo miró aún más confundido.

— ¡Porque es el maldito culpable de lo que le pasó a Louis! — Habló frustrado. — Louis no quería que lo supieras, no quería preocuparte, insiste en que no importa, nada lo regresará a nosotros —Tiró de su cabello con frustración.

Zayn se quedó en total silencio por algún tiempo, procesando lo que Harry le estaba diciendo, sus ojos se cristalizaron seguido de aquello y cubrió su boca ocultando un sollozo.

— ¿Cómo lo hizo? — Susurró tembloroso.

— Louis dice que toda vía no cruzaba la calle y sintió un empujón de pronto, entonces el auto apareció y el resto ya lo sabes.

— ¿Y QUE MIERDA LE PASA AL CONDUCTOR? ¿POR QUÉ NO DECLARÓ? — Habló histérico.

El morocho inhaló profundo intentando calmarse al observar a las personas a su alrededor, le miraban con curiosidad y confusión.

— Tenemos que hacer justicia, Zayn — Frunció el ceño el rizado. — Volveré con Lou ahora, ya es muy tarde, gracias por pagar mi fianza, te lo pagaré la próxima semana.

El morocho no respondió, aún en shock por la reciente noticia, así que Harry procedió a caminar hasta la parada de autobuses para dirigirse a su casa, totalmente frustrado y cansado.

***

Sus manos parecían ser la cosa más entretenida del planeta mientras se encontraba sentado en su cama, en un silencio detestable después de salir de la ducha, apenas y estaba notando los cambios en su cuerpo, sus manos estaban mucho más delgadas, sus ojos más cansados pero anímicamente nunca se había encontrado mejor, así qué tal vez por eso no prestaba atención a otras señales.

Cuando la silueta iluminada de Louis se mostró por fin en la habitación, el rizado suspiró y encendió la grabadora.

— Gracias por golpearlo, espero al menos que haya ido al hospital — Murmuró el castaño alejado de la cama.

— Lo llevaron — Asintió sin mirarlo.

— No quiero que te metas en problemas, no porque ese hijo de puta me interese, no — Negó rápidamente. — Tengo miedo a que no vuelvas a casa, tengo miedo a no volver a verte porque estoy atrapado en este estupido lugar, pero veo que quieres irte de todos modos, así que ya no importa.

— ¿No importa? — Levantó la mirada con tristeza.

— Vete si quieres — Se encogió de hombros fingiendo que no dolían sus propias palabras.

— Quiero quedarme para siempre — Susurró.

— ¿Para siempre? Se a lo que te refieres con eso, estás loco, Harry — Negó rápidamente.

— ¿No quieres que estemos juntos? — Murmuró con un punzante dolor en el pecho.

— No es lo que trato de decir, Hazz, me gustas mucho, demasiado y eres un chico tan malditamente increíble, eres un sol, lo que siempre desee en vida — Se acercó a él por fin, se sentó a su lado y colocó su mano sobre las del rizado. — Pero tienes una gran vida por delante ¿si? debes cumplir tus sueños y hacer justicia por los míos — Dejó un beso en su mejilla al ver sus lágrimas caer.

— No quiero que me digas eso, Louis, quiero que me digas que debo quedarme contigo, eres lo más hermoso que me ha pasado — Sollozó con frustración.

— Por ahora se que no lo entenderás, pero cada vez que te entregas a mi estas perdiendo más y más vida, cielo, yo no quiero eso para ti, no seré el culpable de acabar contigo — Negó rápidamente.

— ¿Y qué pasa si por un accidente muero? ¿Que pasa si me resbalo en la ducha, me parto la cabeza y muero? ¿Te enfadaras? —Murmuró limpiando sus lágrimas.

— No podemos evitar que los accidentes sucedan, pero podemos cuidarnos al menos —Acarició sus rizos. — Ya es muy tarde, por favor descansa un poco ¿podrías hacer eso por mi?

El rizado asintió sintiéndose sumamente dócil ante su voz y sus caricias, se recostó en la cama soltando un suspiro mientras Louis continuaba acariciando su cabello y su pecho, el castaño comenzó a tararear adormeciéndolo.

— Me iré a dormir, pero deseo que podamos hacerlo una última vez, quiero sentirte al menos más unido a mi — Susurró con los ojos cerrados.

El castaño suspiró quedándose en silencio aún sabiendo que cumpliría sus deseos, había descubierto qué tal como un incubo, solo podía tocarlo de aquella forma mientras el cuerpo de Harry dormía y su consciencia continuaba alerta, su energía era más alta al descansar y por lo mismo se consumía más rápido.

Además que al tratarse de su mera energía, el rizado también podía sentirlo en ese momento, tocarlo de la misma manera, hacerlo suyo también, jamás se habían sentido tan cómodos en su vida, tan amados.

Cuando el rizado por fin se durmió, Louis suspiró mordiendo su labio, esperando a que Harry o más bien su consciencia le permitiera abrir sus ojos, cuando lo hizo este le regaló una sonrisa que lo tranquilizó.

— Por favor, Lou — Continuó suplicando mientras acariciaba su mejilla.

El castaño cerró sus ojos al sentir sus caricias y besó la palma de su mano con un asentimiento, lo complacería una última vez.