Capítulo 2

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Relacionarnos no es precisamente lo que hacemos y estamos casi seguros de que apestamos en ello, pero por alguna razón, y Louis estaría de acuerdo conmigo si no fuera un terco de primera para admitirlo, era muy fácil con Harry. Claro que no puede ser perfecto, quiero decir, en el poco rato que llevábamos de viaje habíamos sido víctimas de chistes terribles de los cuales solo Harry mismo se había reído, pero incluso su mal sentido del humor era algo que encajaba con nosotros, nivelandonos hasta cierto grado.

Su voz baja y lenta contrastaba la aguda y alta de Louis, su espontaneidad evitaba mis bloqueos de conversación y su paciencia infinita controlaba nuestra desesperación colectiva, sin contar la destreza con la que por diversión mataba zombies. Pero había algo con Harry que no nos tomó tanto averiguar.

–Tienes que estar bromeando.– Espeta Louis con el ceño fruncido en una mueca de asco. Los tres mirando en la misma dirección, Harry con admiración, Louis y Zayn con desagrado.

–Sorprendentemente no lo estoy.– Responde Harry con una claridad en la voz que da a entender lo mucho que está involucrado en esto.

–¡Es un puto cadáver, Harry!– Razona Louis señalando el cuerpo en el suelo con ambas manos.

–Es versace.– Se encoge de hombros, refiriéndose al saco rojo que el cuerpo lleva puesto y los ojos de Louis se estrechan, mirándolo con incredulidad.

Estaba obsesionado con la alta costura y era completamente cínico al respecto, justo como lo era con todo lo demás.

–Is virsici.– Imita Louis con burla. Harry lo mira con aburrimiento. –Bien, suponiendo que me convenzas de robarle un maldito saco a un muerto, no hay manera de que siquiera logres sacar las manchas de esa cosa.

–Más me vale intentar.– Dice emocionado, ganándose una mirada desaprobatoria por parte del castaño.

–Santo cielo, estás enfermo.– Exhala irritado antes de dirigir su mirada a Zayn, quien los observa con una mezcla de entretenimiento y crítica. –Encargate tú, yo me voy a dormir.– Y con eso se da la vuelta y se dirige a la camioneta, ambos miran su espalda mientras se aleja. Zayn suspira negando levemente con la cabeza y regresa su mirada a la prenda en cuestión.

–¿De verdad lo quieres?– Pregunta Zayn mientras sacude el cuerpo ligeramente con la punta del pie. Harry coloca una mano en su hombro.

–Zayn, lo necesito.– La seriedad en su voz lo desconcierta y frunce la nariz.

–Pero es asqueroso.

–Te vi comer un sandwich de mermelada mientras apaleabas a un zombie hace 5 minutos.– Debate sacudiendo sus manos frente a él para probar su punto. –Ahora, eso es asqueroso.

–Sí.– Concede alargando la vocal antes de encogerse de hombros y pasar por su lado siguiendo el camino que Louis tomó antes. –No voy a tocar eso.

–Pero, ¡Zayn!

–Zayn no sobrevivió durante meses solo para terminar contrayendo una enfermedad y morir por un saco feo.– Objeta sin detener su paso y añade antes de que Harry, quien lo sigue no muy detrás, pueda protestar. –Me importa una mierda que sea de sastre.

–Versace.– Lo corrige. Zayn lo mira con irritación, haciendo que Harry se contraiga sobre sí mismo. –Bien, pero esto no ha terminado.– Cede a regañadientes y ambos trepan a la camioneta.

Parecerá tonto, pero poseer la menor cantidad de cosas infectadas ni siquiera es una regla, es maldito sentido común, sobretodo cuando no pueden ser desinfectadas de inmediato. La higiene tiene mucho que ver con evitar convertirse en un costal de intestinos come cerebros y yo no tengo planeado convertirme en uno solo porque Harry, al parecer, tiene muchos deseos de serlo.

Doble TapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora