Capítulo 10

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–¿Estás jodiendome?– Dice Niall sin aliento. Zayn a su lado con la misma expresión de asombro que él, con las bocas tan abiertas que es ridículo.

La cocina y el salón principal eran grandes, sí, pero nada comparado al sótano o mejor dicho, el maldito paraíso. Y es que no sólo era una habitación, era un piso entero bajo tierra. Las paredes de un azul brillante, el techo cubierto de guirnaldas de luces y el piso entero era de alfombra color crema.

Sin embargo, lo que los tenía extasiados eran la inmensa pantalla en el fondo con un gran equipo de sonido y rodeada de vitrinas con películas y videojuegos, el gran sillón blanco en forma de L frente a esta y la mesita en medio, un tocadiscos con su propia vitrina de cds y vinilos, un minibar repleto de alcohol que abarcaba casi un cuarto de la habitación con cuatro taburetes, la mesa de billar justo en medio y las dos máquinas de videojuegos pegadas a las escaleras.

–¿Acaso Louis logró matarnos sin que nos dieramos cuenta y estamos en el cielo?– Zayn piensa en voz alta al sentir la suavidad del cojín bajo él.

–Definitivamente estamos muertos.– Confirma Niall desparramado sobre el sillón.

. . .

La habitación principal es como un costoso cuarto de hotel, cómoda, extensa y con un pequeño balcón. La cama suave y azul colocada en medio y la cabecera contra la pared, a su lado se encuentra una puerta que lleva a un inmenso armario y del otro una cajonera de madera blanca y la puerta que lleva a un baño del que ni siquiera van a discutir porque es absurdo, en serio lo es.

Hay un librero pegado a la pared junto a un pequeño escritorio y un tocador con un hermoso espejo en la pared opuesta. El balcón es la vista que se tiene al abrir los ojos por la mañana y al cerrarlos por la noche y es simplemente abrumador.

–Entonces, ¿Zayn, cierto?– Indaga Louis desde la silla del escritorio, su codo contra este y su barbilla sobre su palma.

–¿Qué hay sobre él?– Pregunta Liam sin quitar los ojos del libro que está hojeando.

–Está bastante bueno, ¿no es así?

Liam alza la vista para ver la sonrisa juguetona de Louis y luego a Harry, que está muy ocupado lanzando pelotas de golf por el balcón como para escucharlos, antes de regresar al libro.

–Supongo que sí.– Dice casualmente, el libro cubriendo su rostro de los ojos juzgones de Louis.

–Sí, tiene estos ojos. ¿Has notado que tiene una peca en uno de ellos?

–No lo había notado.

–¿Qué hay de su cabello? ¿Te gusta?

–Está bien, creo.

Un sonido molesto sale de la garganta de Louis al no lograr reacción alguna en el chico. Trata de ayudar a Zayn, pero al parecer Liam no tiene interés alguno en cooperar y Louis no quiere ahuyentarlo y arruinar esto para Zayn, ya le ha dado suficientes problemas.

Al levantarse resignado de la silla, puede ver finalmente el rubor tenue en las mejillas de Liam e iba a detenerse, en serio, pero al carajo la discreción. Quiso ser gentil, pero quizás sepa un mejor modo de quebrarlo, así que camina hacia Liam y se recarga contra el librero a unos pasos de él. A esta cercanía el color rosado es aún más notorio.

–Tiene esta pinta de chico malo que me hace sentir como si debiera arrodillarme frente a él y hacer todo lo que me pida.– Su voz es más oscura y baja a propósito.

–Al parecer te gusta mucho, ¿no es cierto?– Indaga Liam, pero ahora Louis puede notar lo mucho que se esfuerza para sonar indiferente y sus cejas ligeramente fruncidas.

Doble TapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora