Mira El Infinito Dividirse

Capítulo 31

24 de Diciembre 2009

Es nochebuena, y este año la paso sola. No por que no haya nadie que me haya invitado a pasar esta noche con ellos. Pero, solo seria un estorbo. Además, me prometí a mí misma que tengo que acepta la soledad como una nueva amiga.

Emma se fue de vacaciones con su padres a Barbados. Y sí, se llevó a Simon con ella. Muy amablemente sus padres me invitaron, pero yo decliné la oferta. Mercedes se fue a Cuba a pasar las fiestas con su familia también. Y sí, también me dijo que me fuera, pero también la rechacé. Luke se fue a una de esas playas exóticas de Grecia o de Portugal, o España. A pasar las fiestas con su nueva conquista. Lana está aquí en Estocolmo, junto con su prometido y su familia. Y ella tambien me invitó lo cual le dije que le iba a pensar, pero ella sabe que mi respuesta es un no.

En cuanto a Sebastian, me dijo que iba a pasar la noche buena en Linköping. Y obvio me dijo que me fuera con él.

–¿Con quién vas a pasar la navidad? –me dice al otro lado del teléfono.

–En casa con mi nuevo gato pestañas–le digo.

–¿No quieres pasar las fiestas conmigo? –me dice.

–¿En dónde? – hago zapping en la televisión.

–Linköping –dice. Hay un silencio. –Le prometí a mi hermano pasar el cumpleaños de sus hijos con el.

–Pues que te vaya bien –le digo.

–Vamos Lyn Lyn –me dice. –No quiero que estés sola.

No tengo nada en contra de esos bebés, y lo digo enserio. Pero odio el hecho de que fueron el motivo de todo lo que estoy pasando.

–Mira vamos hacer una cosa –le digo en lo que me levanto del sofá. –Hoy pasó la noche en mi casa, y mañana muy temprano me voy a Linköping a pasar la navidad contigo ¿de acuerdo?

–Lyn Lyn... prométeme que vas a estar bien –me dice.

–Lo prometo –pongo los ojos en blanco.

–Se que estas poniendo los ojos en blanco –me dice. Yo siento una risita. –Te veo mañana. No faltes.

–¡Nooo papá! –le digo en tono de burla.

Termino la llamada. Sebastian Forge siempre saca una sonrisa en mi. Pero al mismo tiempo pienso en mi padre. Lo extraño, extraño pasar la navidad con el.

De niña siempre se aseguraba de no romperme la ilusión de creer en Santa Claus.

Sin pensarlo marco el número de la casa de mis padres.

Suena una vez...

Dos veces...

Treces veces...

–Residencia Milch –la voz de mi padre suena acalorada, probablemente corrió para coger el teléfono.

Solo siento como mis lagrimas salen con facilidad.

–Papá soy Lyanna –digo tratando de no llorar.

–Lyanna –solo dice eso, y yo me suelto a llorar.

–Papi te extraño –digo entrecortadamente.

–¡Ah! Mi niña –dice mi papá. –Lo siento tanto, siento mucho todo lo que hicimos pasar.

Ya no puedo hablar, el llanto me ha ganado.

–Te extrañamos mucho Lya –dice papá con un tono con el que quiere que me calme. –Mamá está muy arrepentida de todo lo que te dijo aquella vez.