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II. Segunda cita no tan cita.

Ambos tomaron rumbo hacia la única heladería en el pequeño Hawkins luego del cierre de Starcourt. Al llegar al lugar se bajaron del auto y entraron.

— Buenos días señorita, ¿me podría vender dos helados?. — Dijo Steve amable hacia la joven chica tras el mostrador.

— Claro. ¿Qué sabor querrían? — Respondió de la misma manera la joven.

— Yo quiero de chocolate y... ¿Eddie?... Eds, ¿Que sabor quieres? — Le dijo bajo lo último al pelinegro, quien volviendo su vista a los sabores eligió uno de vainilla.

Con sus helados en mano, pagaron por estos y salieron del local para sentarse en la banca del bonito parque que se encontraba del otro lado de la calle. Al sentarse en la banca de color blanco con aspecto antigüo comenzaron a comer sus respectivos helados. Una vez terminaron se miraron a la cara y el castaño no pudo evitar reír en voz baja al ver al pelinegro.

— ¿De te que ríes? ¿Tengo algo gracioso? — Preguntó Eddie con una graciosa mueca de confusión ante las risas del menor. Este saco un pañuelo del bolsillo de su pantalón para acercarse a él y limpiar los restos de helado al rededor de la boca del mayor.

— No, solo tenías helado en tu preciosa carita. — sonrió levemente el castaño, las miradas de ambos delataban amor por dónde las vieras, diría Dustin en ese momento que está orgulloso de que sus dos mejores amigos mayores sean ten cercanos, que son como sus padres y que eso le encanta.

— Sabes Harrington... Jamás me ví en una situación así, menos contigo. — Dijo Eddie con la mirada más empalagosa y enamorada acercándose peligrosamente al rostro contrario.

— Yo tampoco Munson, somos tan opuestos que se me dificulta creerlo a este punto. Pero hemos visto y pasado muchas cosas este año así que, comienzo a ver la imposibilidad como solo una expresión para algo difícil. — Agregó Steve devolviéndole la Mirada pero separándose lentamente, seguían en público, tenían que recordar eso. Aún era algo nuevo, para ambos y no querían tener problemas con los habitantes del pueblo simplemente por ser ellos mismos, Eddie recién salía de su reputación como un supuesto asesino serial y Steve no quería que su chico volviera a ser señalado por algo de lo que no tiene la culpa. — Volvamos al auto, vamos a ver cuál es la verdadera razón de la reunión en la casa de los wheeler. Eso de que quieren pasar tiempo juntos no me cuadra mucho. — Terminó antes de tomar la mano del pelinegro para ponerse de pie y caminar hacia el auto aparcado en el otro lado de la calle.

ELIPSIS

Eran las tres de la tarde, luego de haber tomado rumbo hacia la residencia de los wheeler se toparon con su "hijo" favorito, si, Dustin Henderson. Este les pidió el gran favor de que lo llevaran a comprobar una teoría al bosque, y como bien sabemos, a el chico no se le niega nada, pues insiste e insiste hasta que están de acuerdo con sus locuras. Llegaron al bosque y al bajarse del auto el chico de rizos castaños salió corriendo hacia cualquier parte haciendo que los dos mayores fueran destras de él. Vieron que el chico se detuvo en un lugar bastante muy lejos del lugar donde se habían estacionado. Ambos adultos se detuvieron a tomar aliento pues correr de manera imprevista los dejo algo cansados, se tiraron al suelo para sentarse y mirar al joven gritar a su Walkie-talkie de manera insistente.

—¡Mierda! Maldito Sinclair. ¡CONTESTA POR AMOR A QUIEN SEA! — gritó fuertemente Dustin Al no encontrar respuesta del otro lado de la conexión.

— ¿QUE QUIERES POR DIOS? Deja de estar gritando por favor. — Respondió Max tomando el control de la radio de Lucas, con un tono de fastidio.

With You - Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora