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ADVERTENCIA

no hay advertencia, se cancela el sexo.

—Vamos.— Dijo el pelinegro tomando la mano del menor quien se había levantado del suelo. Con sus manos juntas se dirigieron al auto para tomar camino.

Se encontraban entrando al pueblo y Eddie entendió que de verdad se iban a dirigir a Family Video.

— Ah, no creí que de verdad íbamos de vuelta a la tienda. — Eddie habló con un tono de decepción.

— ¿Ah sí? ¿Y que pensabas Munson? — Dijo Harrington alzando una ceja.

— Pues, no lo sé... ¿Acción? — Dijo el mayor con un tono sugestivo que hizo a Steve darse cuenta a lo que se refería.

Steve solo pudo reír levemente para mirar de vuelta al pelinegro, ese chico iba a terminar con su salud mental.

— Oh, ya veo a que estás jugando. — Steve respondió para cambiar el rumbo hacia su casa. El mayor inconscientemente (mentira, está muy consciente de lo que hace) acariciaba el muslo del castaño haciéndole perder la cabeza lentamente, Eddie Munson estaba jugando con la paciencia de Steve Harrington y lo sabía perfectamente.

Al llegar a la residencia Harrington, bajaron del auto sin decir una palabra, Steve abrió la puerta para dejar pasar al rizado y posteriormente cerrarla tras si mismo, ninguno dijo nada después de que la puerta se cerrara totalmente, simplemente se miraron unos segundos antes de que Munson cortará toda distancia entre ellos.

Steve le siguió el beso hasta que llegaron a las escaleras y lo separó a unos centímetros para acercar sus hinchados labios hacia la oreja del otro.

—No pienses que va a ser tan fácil probar la magia de Steve Harrington. — Susurró en el oído ajeno, poco a poco alejándose del rizado para subir las escaleras hacia su habitación dejando al mayor con una expresión desconcertada en su rostro... al parecer el adolescente hormonal era él (tienes veinte cara de verga que putas piensas).

Después de unos segundos de shock, subió corriendo las escaleras y se dirigió a la puerta cerrada de la habitación de Steve.

— Steve, cariño...—Tocó la puerta. — Stevie~ — Canturreó en un tono dulce contra la puerta.

—Que. — Contestó.

— Me dejarías entrar, por favorcito.— Dijo batiendo sus pestañas como si lo estuvieran viendo (estimulo visual lmao).

— No. — Contestó de nuevo.

— Porfis. — Dijo está vez con un tono rojizo en sus mejillas, no creía estar haciendo esto.

— Está bien. — Se escuchó más fuerte y la puerta de abrió dejando ver a un Steve en su famosa pijama (la de la camisa ajustada y los pantalones de dormir, esa). — Pasa Eds.

Eddie entró en la habitación dándose cuenta de que Steve le tenía preparada la ropa que usó la última vez que se quedó en su casa.

— Cambiate para dormir. — el menor dijo para guiñar un ojo y tirar un beso hacia el pelinegro.

— Solo si me haces una de esas bonitas coletas que sabes hacer. — Dijo Eddie con una sonrisa en su rostro.

— Está bien, ve a cambiarte. — Steve vio como la emoción se asomaba en los ojos de su chico y sonrió de vuelta.

Una vez el rizado se cambió, Steve le indicó que se sentará en la cama y poniéndose sobre sus rodillas agarró el cabello del mayor para peinarlo con un peine que sabrá Dios de donde lo sacó (sorpresivamente el Eddie de esta historia tiene el cabello desenredado y limpio, la verdad siento que él no se baña ;( ) luego de pasar el peine, con una mano agarró el cabello organizado mientras que con la otra acomodaba la liga de su muñeca para amarrar el pelo con ella, una vez terminada su obra de arte besó la mejilla del pelinegro y se sentó en la orilla de la cama junto a él.

With You - Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora