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La casa de Harrington se encontraba totalmente en silencio, ni un solo ruido.

TOC, TOC, TOC.

El sonido de la puerta siendo golpeada interrumpió el silencio (todos sabemos quién es), pero nadie atendió el llamado.

La castaña probó girar el pomo de la puerta, tirando a la suerte y acertando. La casa se encontraba sola, pero Robin no se iba a quedar quieta esperando a que por arte de magia se apareciera su mejor amigo frente a ella, por favor, era la una de la tarde de un domingo, sabía que no tenían que trabajar por que ese día trabajaba solo Keith por la pequeña cantidad de gente que llegaba ese específico día. Pero Steve le había prometido ayudarle con unas cosas para su próxima cita con Vickie (no se como escribí su nombre en otros capítulos perd0n).

Subió las escaleras rápidamente, para dirigirse al cuarto que sabía era del dueño de la casa, lo que era, no se esperaba ver lo que vió dentro de la habitación.

- ¡AY, MIERDA! -Exclamó la chica.

Un adormilado y despeinado Steve abrió los ojos para ver a su amiga.

-¿Eh? ¿Buenos días? - Dijo con duda, no tenía ni idea de que hacía Robin Buckley un domingo a la una de la tarde en su casa.

- ¿Hola? ¿Steve? ¿Tú y Eddie? - Dijo Robin ahora intentando aguantar la risa.

La cara del castaño enrojeció al darse cuenta de la situación, pero aún así se las arregló para responder. - Te sorprendes como si no lo supieras ya.

- Claro, pero ¿ya peinaron la coneja? - Robin mencionó, riendo fuertemente lo que despertó a un Eddie hiper confundido.

- ¿Que quien peinó la que? - Dijo Eddie quitando el cabello de su cara. - Oh, buenos días Rob.

- Buenos días Eddie. - Respondió la chica sin apartar la mirada de la pareja. - Los voy a dejar levantarse y vestirse, mientras tanto bajaré a preparar café para ustedes, dormilones. - Finalizó Buckley para salir de la habitación.

- Buenos días corazón. - Dijo Eddie hacia su novio.

- Ahora es corazón, pero anoche... - Steve río levemente.

- Cállate idiota. - Eddie río en voz alta para levantarse a buscar un suéter de Harrington. Al ponérselo se dio cuenta de que le tapaba la mitad de los muslos así que se quedó de esa manera para caminar hacia el baño a lavarse la cara y los dientes.

...

Ambos chicos bajaron de manera calmada, sintiendo el olor a café proveniente de la cocina. Al menos Robin sabía preparar café.

- Ahora si, buenos días tortolitos. - Dijo Robin mirándolos entrar a la cocina. - Parece que tuvieron diversión anoche.

Ambos jóvenes la miraron extrañados. ¿Tanto se notaba?

-No hagan esas caras, Eddie tiene tres chupones en el cuello y clavículas y, Steve tiene la espada totalmente rasguñada. - Ambos chicos se miraron frente al espejo de la sala de la casa, el mayor vió los enormes chupones que adornaban su cuello y en seguida saltó a darle pequeños golpes a su amante.

- Eres un idiota sabes, ¿Que le diré al tío Wayne ahora que llegue a casa y el vea los hermosos y rojos hematomas que tengo en el cuello? - Dijo Eddie cruzándose de brazos frente al otro chico.

- No lo sé corazón mío, pero tienes que lidiar con ello pues, no será la última vez que sucederá. - El menor río y Eddie se replanteó el tipo de hombre con el que se había metido.

ELIPSIS

Una brisa movía suavemente los cabellos castaños de Steve, las manos de este se encontraban reposando sobre una de las piernas de su novio quien apreciaba el alba desde la ventana de la habitación del mayor de ambos.

With You - Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora