Capitulo 10

101 14 2
                                    

— Y yo también te quiero a ti, pero... algo me dice que no de la misma forma que tu piensas — el agarre de Miguel se había debilitado ante las palabras de su amigo, dejó caer sus brazos a los costados de su cuerpo y sonrió o al menos hizo el intento. —

— Entiendo, claro — dentro de su sonrisa se escapó un suspiro, estaba cansado de todo y solo quería ir a dormir ante tantas decepciones, su sonrisa poco a poco se fue apagando mientras agachaba la cabeza. — sabes que, ya es muy tarde y mañana tenemos clases temprano... no quiero llegar tarde.

Javier asintió sin discutir, esa respuesta  era más que suficiente para saber que el menor no estaba interesado en él en lo más mínimo, ambos se estaban dirigiendo a sus habitaciones cuando de pronto escucharon el timbre del apartamento sonar, Javier rapidamente se dirigio a la puerta al escuchar unos golpes bastantes insistentes sobre la puerta y uno que otro grito detrás de esta.

— ¿Quién está tocando de esa forma? — preguntó Miguel desde la puerta de su habitación, se mantenía curioso ante quien podría ser pero sin acercarse a la puerta, espero a que Javier lo hiciera. —

Javier ya estando frente a la puerta pudo ver de quien se trataba, gracias a la mirilla de la puerta. Con un gran suspiro abrió la puerta, recibiendo a nada más ni nada menos que a su ex novia.

— ¿Qué haces aquí?

— Necesito tu ayuda...

En cuanto abrió la puerta,pudo notar el estado desalineado de la chica, sus ropas se encontraban desordenadas y su maquillaje corrido. También había notado unos cuantos rasguños en su piel que sin duda lo habían preocupado. Sin más, se hizo a un lado para que lograra pasar dentro del apartamento y la llevó hacia el sofá para que se pudiera relajar ya que se veía bastante agitada. Miguel al verla entrar, no tardó en rodar los ojos, esa chica lo único que atraía eran problemas, problemas que Miguel más que nunca quería evitar.

— ¿Miguel, puedes traerle un poco de agua?

— Claro que puedo pero el problema es que no quiero. — Javier fulminó al menor con la mirada, haciendo que el contrario volviera a voltear los ojos mientras se dirigía a la cocina por el dichoso vaso de agua. —

— Ahora si, puedes explicarme el porqué estás aquí y de esta forma?

La contraria no dijo nada, no se veía capaz de responder.

—-  Yo... tuve unos cuantos problemas con unas personas y... — pronto sus lágrimas no se hicieron esperar, viéndose obligada a cubrir su rostro, no duró así por más de 20 segundos para después volver a hablar mientras se acercaba cada vez más a Javier. — no tengo a donde ir, esas personas estan vigilando mi apartamento y mis padres salieron de la ciudad, la policía no me hace caso y necesito quedarme aquí por unos días.

Javier la miró incrédulo, se sentía preocupado pero creía que el vivir juntos después de terminaría traería varios problemas, no solo por su ex novia y él, sino también por Miguel.  No podía simplemente aceptarla porque sabía que a Miguel no le agradaría para nada la idea. De alguna forma él y su ex novia no se llevaban bien, era algo que no entendía ya que antes solían ser buenos amigos. Con cansancio suspiro, poco después Miguel apareció y le entregó el vaso a la chica para después sentarse al lado de Javier.

— ¿Escuchaste todo?

— La cocina está al lado y sus lloros son muy ruidoso — Javier lo pellizco mirándolo mal — en fin, es muy tarde, dile que se vaya.

— Miguel...

Por quinta vez, el menor rodó los ojos  cruzándose de brazos, se veía incapaz de convivir al lado de esa bruja, que de por si la convivencia con Javier se estaba haciendo difícil de igual forma, todo estaba jodidamente difícil cada vez.

— Por mi que se joda, ella no se puede quedar aquí y si lo hace yo me voy. —dicho esto no faltó mucho para que abandonara la sals, dejando con la boca abierta a ambos chicos presentes. —

— hablaré con el pero, en dado caso de que logre hacer que te quedes... Estefani,como me enteré de que esto es otro de tus jueguitos de manipulación, querrás jamás haberme conocido ¿entiendes?

La chica asintió temerosamente y vio como Javier entraba en la habitación del castaño, dejándola sola por completo.

———————-

— ¿Y bien?

Al entrar en la habitación del castaño, pudo notar que este se encontraba parado frente a la ventana dándole la espalda, sin esperar mucho se dirigió hacia el y colocó sus manos sobre su cintura mientras se inclinaba y dejaba su mentón sobre el hombro del menor.

— ¿Q-que haces, bobo?

Javier no respondió y hundió su nariz en el cuello del menor, aspirando y oliendo suavemente mientras su agarre sobre la cintura del contrario se hacía más fuerte, por otro lado, Miguel se mantuvo quieto sin saber cómo reaccionar.

— Hueles delicioso. — mencionó en un susurro sobre su cuello, causándole así un escalofrío al menor, que aún no reaccionaba por completo.  —

— Basta, quítate. — Miguel soltó un suave suspiro mientras se revolvía entre los brazos del contrario. —

— Javier no dijo nada y simplemente se apartó abriendo por completo sus ojos, se encontraba un tanto perplejo por lo que acaba de hacer y algo avergonzado. — Unos días, solo déjala quedarse una semana. —

Miguel lo miro incrédulo sin saber que decir, esto hice que girara su cuerpo para así quedar frente a frente con el mayor.

— Ya te lo dije, si se queda yo me voy. —

— Miguel, porfavor... no seas tan inmaduro. —

Miguel suspiró con pesadez, sabía que quizás sus palabras podrían sonar inmaduras sin un mínimo contexto pero dar contexto no sería muy bueno para el castaño en estos momentos.

— Está bien, que se quede. — una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en los labios del mayor, más sin embargo Miguel volvió a hablar. — Por otro lado, yo me voy. —

Dicho eso, Miguel pasó al lado de Javier que ya había borrado su sonrisa y rápidamente tomó la muñeca de su amigo para así detenerla.

— ¿Porque te niegas tanto a ayudarla? Nunca te ha hecho nada malo más sin embargo la tratas cómo basura, solo serán unos días, no hace falta que te vayas. —-

Miguel apretó su puño, sentía como un enojo comenzaba a brotar de su interior más sin embargo esto iba acompañado de una tristeza muy profunda, sus ojos se cristalizaron ¿acaso iba a llorar?

—- Tu no lo entiendes, ella... —- la voz se le rompió haciendo que Javier se preocupara. — ¿soy una mala persona? — ¿soy una mala persona por no querer ayudar a alguien que me traiciono y causo daño? esa fue la pregunta que realmente quería hacerle, más sin embargo quería ahorrarse el tener que explicar todo y más que todo recordar. —-

—- No, para nada —- Javier aflojó el agarre en su muñeca y sonrió suavemente para atraer al menor en un abrazo. —- ¿cómo podrías serlo, bebé? —-

Miguel sonrió débil, nuevamente su mayor deseo era dormir y no despertar nunca, todo se había complicado y el hecho de que la ex novia de Javier tuviera que vivir con ellos lo ponía peor.

Mikellino (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora