8. Cambio de look

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Eunhyuk esperó paciente, mirando por el cristal de su ventana a Donghae pasearse inquieto de un lado a otro cogiendo algunas cosas y luego pagarlo todo. Salió de allí con una bolsa de plástico blanca y entró en el coche poniéndosela al mayor en las piernas para que la llevara encima. Eunhyuk, curioso, quiso ver lo que había dentro, pero entonces el otro chico le empezó a hablar y prefirió quedarse quieto por si acaso le regañaba.

-No podré contactar con tu abogado, ya es muy tarde para eso –anunció Donghae.

-¿Cómo? Pero me dijiste que lo harías... ¡Hazlo! –refunfuñó el mayor molesto.

-Nadie puede saber que estás conmigo ni a donde iremos –explicó el menor muy serio.

-Que lo llames te digo, o lo llamo yo –amenazó Eunhyuk buscando su móvil en el bolsillo.

-Ash... yo hablaré con él, pero le diré solo que estás a salvo, no le diré dónde ni quien soy... Así que no uses tu móvil, desde ahora tu móvil estará apagado todo el tiempo –dijo Donghae conduciendo hacia las afueras de la ciudad.

-¿Acaso quieren asesinar a mi móvil también? –preguntó Eunhyuk mirando su preciado iPhone.

-Tu móvil es un localizador, apágalo ahora mismo –respondió el menor.

No le quedó más remedio que hacerle caso. Apagó el móvil y estuvieron callados un rato hasta que Donghae activó el manos libres del coche para hablar con sus jefes y explicarles la situación. Les contó que ahora protegería al chico y que les iría informando de lo que ocurría, los jefes no tuvieron inconveniente y colgaron justo cuando Donghae llegaba a un motel un poco cutre.

-¿En serio quieres llevarme aquí? ¿Haces eso con todas las personas con las que quieres dormir? –preguntó Eunhyuk mirando el lugar.

-Duermo solo, baja –dijo Donghae bajando del coche y solo sacó su ordenador del maletero.

Eunhyuk bajó con la bolsa de plástico, no pesaba demasiado pero tenía curiosidad por saber qué era lo que había comprado. Suponía que era comida ya que si sabía que iba a ir a un lugar tan sucio y viejo seguramente la comida debía ser un espanto, aunque estaba equivocado, no había comprado nada de comer.

Caminaron hasta la recepción y Donghae se fijó en que no había cámaras, solo una allí en el recibidor. Tenían una pantalla donde se podía ver las imágenes de las cámaras y solo estaba esa imagen continuamente en la pantalla. Pidió una habitación y la mujer, una señora rubia con una verruga, maquillada como una puerta y peinada con unos rizos de peluquería, les dio la llave de una habitación que estaba en el primer piso.

Estaban en silencio, el menor vigilaba si ciertamente solo tenían una cámara en la entrada y así era, no tenían más. Entraron en la habitación, muy oscura y penumbrosa, pintada en marrón, con una maqueta oscura y sucia en el suelo y una vieja cama en el centro. Había una puerta que daba a un oscuro y no muy limpio baño. Todo era muy pequeño.

-Qué asco –dijo Eunhyuk que se había acostumbrado a la buena vida.

-Tampoco es de mi agrado –dijo Donghae y dejó el maletín a un lado de la puerta.

-¿No tienes unas sábanas por casualidad en tu maleta? –preguntó el mayor mirando con asco la cama.

-No, y está en el coche, solo traje la bolsa de mi portátil –respondió Donghae y se quitó el gorro y la chaqueta.

Eunhyuk también se quitó la chaqueta y la dejó en la silla junto a la del otro. Como vio que el menor se estaba desabrochando la camisa, él se quitó la camiseta también. Los dos se quedaron en ropa interior con una diferencia, el mayor se pondría a follar allí mismo y el otro no tenía ningún interés en tener esa relación con su protegido, así que ni lo miraba.

First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora