Pasó un mes, un mes horrible y desesperanzador. Ya el clima estaba volviéndose frío y las hojas estaban comenzando a caer de los árboles. El otoño estaba ya sobre sus cabezas y en todo ese tiempo Sesshomaru y Kagome no se volvieron a ver.
O al menos Kagome no volvió a ver a Sesshomaru.
Durante el mes que pasó, todos los días había alguien siguiéndola discretamente para enviarle fotografías e información a él. Kagome estaba bien, había pasado por un cuadro depresivo, su madre se había enterado de absolutamente todo y al parecer no tuvo la reacción deseada. Estuvo así unos días pero se recuperó cuando la contrataron en el juzgado de Tokio. Dejó a su familia y decidió que viviría sola en un bonito apartamento que había conseguido cerca de la ciudad. Los comentarios, memes e insultos en internet hacia ella habían cesado hasta llegar al punto de volverse un tema olvidado.
Le hacía bien saber que Kagome no estaba sintiéndose tan mal en los últimos días. Ya pronto eso se terminaría.
Cerró la llave de la ducha y agarró una toalla para secarse. Faltaban unos minutos para verle la cara a Rin de nuevo, pero era un sacrificio que debía hacer para poder verse con Kagome sin ser señalados. La mayoría del tiempo odiaba ser alguien tan reconocido, había cometido hazañas y lo sabía. También era consciente de su increíble atractivo, pero habían muchos tipos igual o más que él y nadie los perseguía.
Estaba un poco aburrido de eso ya..
Salió del baño y caminó a su cuarto, en donde se topó a su sirviente acomodando la ropa que usaría en ese día.
-¿Guardaste todas las fotos de Kagome que habían en la habitación?
-Sí, señor. Las he guardado en el ático.
-Bien, es posible que pidan un procedimiento in situ.
El viejo asintió y luego salió de la habitación para asegurarse de que no quedara nada sobre la jovencita de la que Sesshomaru no había dejado de pensar en todos esos años. Había sido su sirviente desde que tenía doce años, lo vió atravesar la adolescencia de una manera un poco dolorosa por la constante ausencia de sus padres pero de alguna formó logró que confiara en él. A pesar de su apariencia y su comportamiento frívolo no era malo, lo único extraño que le había descubierto era lo ceñido que estaba con conseguir que esa chiquilla, Kagome, se enamorara de él.
Desde su punto de vista, no era para nada del otro mundo.
Igualmente, hasta donde sabía él nunca le había hecho daño a ninguna chica. Y con la única que había sucedido algo así había sido con ella. Intentó durante un año enamorarse de Rin, pero cuando llegaba borracho murmuraba que estaba harto de ella. Evidentemente, nunca fue una buena idea.
Es una chica que puede aparentar inocencia, pero Rin Hanaka estaba trastornada completamente. Sesshomaru soportó agresiones verbales y amenazas constantes en las que estuvo presente, por eso mismo iría a ser su testigo más preciado.
Al estar listos, ambos salieron del apartamento. Jaken sería su chofer.
Sesshomaru fue estudiando las acusaciones que el padre de Rin había hecho hacia su persona y lo destructivo y peligroso que eso estaba resultando.
Mentirle en la cara a un juez es un castigo que a veces se paga con cárcel, la difamación no era una buena idea si la idea era rebajar su presencia en el ojo público.Suspiró y dejó las hojas a un lado, ansiaba escuchar las mentiras que su ex novia tenía para decir.
Se morirá cuando se entere de que será transmitido al ser un juicio de interés público. Su imagen como abogado estaba decayendo por su culpa, ahora quedaría grabado que ella es no sólo una mentirosa, también una loca.
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Taisho | Sesshome
FanfictionSiendo una pasante de derecho, Kagome conoce a Sesshomaru Taisho, uno de los abogados más reconocidos del país. Compartir tiempo con él no parece malo, hasta que ciertos sucesos la involucran en su vida y en un oscuro secreto. ¿Hasta donde llegarí...