21. Tú

296 41 30
                                    

Hacía un frío detestable, era un día perfecto para enterarse de un evento desafortunado. Dejó su café a un lado y observó a la mujer que estaba frente a ella. Junto con su amiga se acomodaron mejor en el asiento y luego procedieron a expresar mucha sorpresa.

Kagura estaba con el alma rota, unas grandes ojeras se marcaban debajo de sus preciosos ojos color carmín y habían pequeñas lagrimas asomándose.

-No puede ser, ¿cómo ha muerto? -La azabache menor preguntó, mostrando al mismo tiempo empatía por la muchacha entristecida que tenía al frente.

-Ellos.. dicen que se suicidó, pero yo estoy segura de que no.

Sango apretó los labios, porque ya sabía a lo que se refería. Desde que Kagome entró al bufete ella intentó convencerla de que Sesshomaru había matado o abusado de otras mujeres. Quizás iba a decir lo mismo esta vez, que a Rin la habían matado.

Kagome se hizo hacia atrás, miró a un lado pensando en qué responder.

-Yo sé que seguro vas a acusarme de que soy una mentirosa, pero ya te lo había dicho antes. No puedo permitir que Rin simplemente muera y nadie quiera justicia.

-No.. siempre te he dado el beneficio de la duda, Kagura.

Era oscuro. Un tema delicado del cual tenían que hablar. Conocer a Sesshomaru es una de las cosas más interesantes que le habían pasado y al inicio tenía miedo. Escucharía a Kagura para otorgarle seguridad, pero era probable de que fuera tarde.
Ella estaba sintiéndose ciega, como si lo que estaba al frente no podía enfocarse ni se veía con claridad. Algo extraño tenía, hasta que la tocaba, le hablaba o se dignaba a besarla.

Amaba su comportamiento obsesivo. Lo admitía. Aunque existía un límite, y aunque eso la enamorara no podría soportar el hecho de que en efecto, había matado a Rin por ella.

¿Hasta donde podría controlar sus impulsos?

¿Hasta donde llegarían sus sentimientos por él?

¿Sería capaz de dejar a Kagura sola?

No, no era así..

Pero él.. cuando pensaba en él..

-¿Qué quieres hacer? -Sango se hizo hacia adelante, mostrando importancia. Era evidente para todos que a ella nunca le cayó bien Sesshomaru. Las dos ignoraron que Kagome tenía una relación romántica con él.

-Quiero conseguir pruebas.. yo tengo algunas pero ya las usaron con anterioridad y él ha pagado para que sólo sean basura.

No diría nada que pudiera comprometerla por ahora. Kagome finalmente quiso mirarla y agarró una de sus manos. -Te ayudaremos, tanto Sango como yo. Si encuentro algo voy a llevartelo.

La recién mencionada miró a su amiga con extrañeza. No confió mucho en el tono que había utilizado, y tampoco en la sonrisa que pretendía expresar apoyo. Sabía que era muy pronto para que ella decidiera si acusar al abogado o simplemente continuar con él como si no fuera el sospechoso de tantos eventos.

Kagura se fue luego de agradecerles y de anunciar que se iría del bufete. Kagome y Sango se quedaron en la cafetería rodeadas de incomodidad.

-Siempre has sabido que Sesshomaru oculta algo..

-Sé lo que tengo que saber -Contestó con rudeza.

-Pero te falta. ¿No me pediste que llamara a Miroku por que el estaba acosándote? -Se cruzó de brazos-. Estabas asustada de que él te vigilara, eso no esta bien, no sabemos si quiera si podrías ser la siguiente.

-No es así, Sango -Aseguró y tomó un sorbo del cafe que estaba ya casi frío. Le supo amargo-. Él no tiene razones para lastimarme.

-¿Vas a justificarlo? -Abrió sus ojos impactada-. ¡Eres una abogada!

Taisho | SesshomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora