19. Un cambio

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El tiempo que debía de quedarse en el hospital terminó. Finalmente, Kagome pudo volver a su casa junto con Sango para tener a alguien que la cuidara. Su incapacidad se había alargado bastante, ya que la herida en su cabeza había tenido problemas para cerrarse. Su cara ya no estaba inflamada y podía comer y moverse con más facilidad, aunque aún sus pasos eran lentos.
Estuvo casi un mes encerrada en esa habitación y estaba exhausta. Quería tener privacidad y ya no quería ver a su madre quien hablaba mal constantemente de Sesshomaru.

Que por cierto.. él había estado enviando flores y algunos regalos, con cartas que le deseaban que se recuperara pronto. Además, se disculpó por lo que había pasado con Rin aunque no fuera su culpa. Ella lo aceptó, sintió sinceridad en cada una de sus palabras.

Sopló un poco los fideos que estaban enrollados en los palillos y luego los probó con muchas ganas. Amaba la soledad de vez en cuando, Sango había estado como un parásito durante días. Agradece su esfuerzo por querer ayudarla, pero ya es un adulto. Y ya había sanado lo suficiente. Por esa razón estaba viendo una película sola mientras comía un delicioso ramen que estaba listo en diez minutos.

Quería creer que esta vez estaba libre de problemas, pensó que era mejor cambiar su actitud y su personalidad ante algunas personas. Había sido muy confiada, muy buena y muy abierta a brindar ayuda o a resolver problemas a personas que ni siquiera se lo habían pedido. También por eso, había estado apreciando el trabajo desde casa. Aunque estaba incapacitada quería terminar algunos casos pendientes, y no tenía que charlar con nadie. Por ahora, quería aislarse un poco.

Terminó la comida y dejó el envase por ahí, apagó el televisor y fue a buscar los medicamentos que le tocaban. En esos días estuvo evitando el espejo, odiaba como esa zona en la que le habían cocido le faltaba un poco de cabello, se veía horrible y no podía peinarse sin lastimarse.

Resignada, tomó su medicación y luego se acostó a ver su celular. Al rato cayó dormida.

Los días avanzaron de esa manera, muy repetitivos pero le ayudaron a aclarar muchas cosas.
Kagome aún sentía miedo de que a la hora de querer acercarse a Sesshomaru, Rin apareciera de nuevo para volver a lastimarla pero imaginó que de otra forma tampoco podría hablar con él sobre todo lo que había pasado hasta ahora.

No se le olvida que se habían besado en dos ocasiones, estuvieron muy cerca de algo más a la segunda vez y nunca sale de su mente.

Pero bueno, eso lo resolvería después.
Tomó su bolso para ir a hacer unas compras a la tienda de conveniencia que estaba cerca. Hacía un día maravilloso, y ya se sentía muy bien como para ir por su cuenta.

Sólo rezaba para que no hubiera sorpresas.

Mientras caminaba, recordó también que al inicio sentía curiosidad por la extraña atracción que Sesshomaru sentía hacia ella. Lo había olvidado por completo porque quería darle una oportunidad, sin embargo él seguía sabiendo todo sobre ella. Sabía todo lo que sucedía a su alrededor.

Sonaba un poco turbio. Pero, eso le gustaba. Significaba que él era capaz de hacer cualquier cosa siempre y cuando pudiera quedarse a su lado.

Un cosquilleo se instaló en su abdomen, la verdad era.. que deseaba verlo. Hace mucho que no pueden estar cerca y aunque había sido su decisión alejarse de él hasta que Rin desapareciera de su vida, ya le provocaba algo de ansiedad. Una parte de sí misma temía encontrar algo que no quería.

Jamás olvidaría todas las cosas que Kagura le había dicho, pero confiaba en que todo era falso.
Era un breve repaso de todo lo que había pasado, quería saber si debía dejarlo irse y no volver a involucrarse con él o si debía de seguir intentando.

Taisho | SesshomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora