Capítulo 11

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―Por favor―, dijo Takemichi en su mejor intento de súplica sincera. Parecía y se sentía como una pálida imitación de sí mismo, listo para desmoronarse en cualquier momento, pero al menos tenía que intentar recurrir a su sentido del decoro primero. ―Sólo quiero ir a casa―.

―Llamaremos al hospital―, anunció Ran tras una pequeña pausa, con el rostro aún más pálido que de costumbre. Takemichi no podía leer su expresión, pero parecía preocupado, lo que asustó al omega. Observó cómo Ran cogía el teléfono montado en la pared y marcaba rápidamente.

Ran habló en voz baja durante unos minutos antes de que finalmente colgara el teléfono y le diera a Takemichi una sonrisa forzada. ―Vendrán a buscarte pronto. Llamarán a tu familia cuando llegues―.

Ran extendió la mano y Takemichi la cogió y la apretó con fuerza. Estaba sufriendo tanto dolor que sólo el hecho de apretar la mano de Ran lo mantenía lúcido.

Los paramédicos llegaron antes de lo que esperaba, pero no quería soltar la mano de Ran, así que tanto Rindou como Ran pudieron seguirle al hospital en la ambulancia. Ambos se quedaron callados para dar espacio a Takemichi, y Ran permitió que Takemichi le sostuviera la mano hasta que las enfermeras se lo llevaron para tomarle las señales0 vitales, darle medicamentos para el dolor y cambiarle la ropa.

Los hermanos se quedaron fuera de la sala mientras algunas enfermeras seguían atendiendo a Takemichi en la habitación. No pasó mucho tiempo antes de que Takemichi oyera el sonido de unos pasos familiares corriendo por el pasillo, pero antes de que pudiera reaccionar, Shinichiro irrumpió por las puertas de su habitación seguido de Mikey e Izana.

―Takemichi―, Shinichiro parecía que iba a caer de rodillas de alivio. Estaba junto a la cama de Takemichi en cuestión de segundos, acariciando el pelo de Takemichi y mirándolo nerviosamente. ―¿Dónde has estado? Estaba muy preocupado―.

―Estaba con... mis amigos―, mintió Takemichi. No sabía cómo llamar a Ran y Rindou, pero amigos no parecía la palabra adecuada. Sin embargo, no quería decepcionar aún más a Shinichiro admitiendo que había sido tan estúpido como para huir con casi desconocidos.

―¿Los mismos amigos que vimos fuera?― preguntó Shinichiro. Takemichi permaneció callado y jugueteó ansiosamente con sus pulgares, haciendo que el mayor suspirara. ―Te traeré algo de comer de abajo y podremos hablar después. Parece que vamos a estar aquí un rato―.

―Yo también iré―, dijo Mikey rápidamente. Mikey había estado evitando incluso mirarle y Takemichi no podía decir si Mikey simplemente se sentía culpable o si estaba enfadado con él de alguna manera, pero era obvio que Mikey estaba haciendo todo lo posible para evitar cualquier contacto visual.

―¿Izana?―

―Me quedaré―, murmuró Izana su respuesta a la silenciosa pregunta de Shinichiro. Shinichiro le asintió y luego salió con Mikey, dejando a Izana y a Takemichi solos.

No pasó mucho tiempo antes de que se interrumpiera el silencio en la habitación. Dos pequeñas caras aparecieron frente a la puerta que Shinichiro había dejado entreabierta.

―¿Estás bien?― preguntó Ran mientras Rindou asomaba la cabeza por la puerta tras él. Una de las enfermeras se los había llevado poco después de llegar, así que Takemichi no había esperado que siguieran aquí.

Izana giró la cabeza tan rápido que Takemichi pudo oír el movimiento del pelo pálido mientras Izana miraba fijamente a Rindou y Ran. Sus ojos destellaron algo ilegible. ―¿Fueron ellos los que te llevaron?―

Takemichi no quería responder, un sentimiento de hundimiento instalándose en su estómago que sólo podía ser su intuición, pero Rindou respondió por él.

Una rosa con otro nombre [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora