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—Te dije que eso pasaría —Taehyung le recordó a Jimin, quien empezó a reír contagiado de la risa del otro.

—Lo siento, es que nadie me dice que hacer —continuó riéndose en compañía de su ahora amigo.

Taehyung rodeó el mostrador para acercarse a Jimin y comenzar a hacerle cosquillas.

—¡Para! ¡No soy tolerante!

Jungkook los miraba al otro lado de la habitación, tenían diez minutos hablando bajito y riéndose estruendosamente. No entendía de qué, pero se sentía raro.

Esperaba que sólo fuera el hecho de sentirse feliz de ver a Jimin tan alegre las últimas semanas.

Decidió acercarse a ellos para tratar de integrarse en la plática, al menos entender qué les divertía tanto, Jimin le murmuró algo inaudible para él a Kim y este se separó inmediatamente para voltear a ver al recién llegado.

—Kim, ¿Estás distrayendo a mi recepcionista? —fingió molestia enarcando una ceja.

—Lo siento, ya me iba —suspiró una última sonrisa mientras se arreglaba el cabello y caminaba fuera del lugar de trabajo de Jimin.

—¿De qué se reían? —preguntó curioso y sonriente.

Jimin lo miró desde su sitio, con ese característico brillo en los ojos que poseía cada vez que el pelinegro aparecía en su vista y acaparaba su atención.

Taehyung volvió a notarlo.

—Jimin me estaba contando que no pudo dormir anoche por haberse comido dos platos de fideo —le contó su viejo amigo.

—¿Por qué comiste dos platos de fideo? —preguntó curioso.

—Tenía mucha hambre, después me arrepentí.

—Yo se lo advertí —señaló Taehyung —. Bueno, tengo que irme porque estoy esperando unas cartas y me gustaría estar en casa de tu tía para eso.

—Sí, ve con cuidado.

—Nos vemos. Adiós, Jimin, te hablo más tarde —se despidieron con un gesto de manos y miraron la silueta del doctor salir del local.

—Su relación ha mejorado —comentó el tatuador a su mejor amigo, a quien inmediatamente se le borró la sonrisa cuando lo escuchó decir.

—Sí, bueno, hemos salido últimamente —confesó fijando la mirada en la pantalla de la computadora.

—¿En plan de amigos y de algo más? —se atrevió a preguntar. Jimin lo miró con los ojos entrecerrados —¿Qué? No me cuentas nada, tengo que preguntar.

—En plan de amigos, Kook. ¿Te urge que me empareje con alguien?

Jungkook se sintió mal de haber preguntado, últimamente se sentía un intruso en la vida de Jimin cada vez que le preguntaba algo y éste le respondía así. Antes creía que tenía derecho de saber lo que pasaba con su mejor amigo, ahora ya no estaba tan seguro.

—No, solo quería saber, pero creo que va siendo hora de que cierre la boca y deje de molestarte con mis preguntas—en cuanto lo dijo se arrepintió, pero estaba dolido y confundido, ¿Cuándo había empezado a molestar tanto en la vida de Jimin?

Negó para sí mismo y amagó con irse de ahí hacia su oficina, pero Jimin lo detuvo.

—Espera, Kook —se levantó rápidamente del asiento para ir tras él —. ¿Por qué dices eso?

Jungkook se giró en su dirección y suspiró.

—No lo sé, Jimin, tal vez porque siento que cada vez que quiero saber de ti me atacas como si no quisieras que me entrometa. Si ya perdí ese derecho en tu vida dime para dejar de humillarme y preocuparme por la persona equivocada —mordió sus labios nervioso por expresar cómo se sentía, no quería que Jimin se enojara más con él o lo que fuera.

𝐋𝐎𝐒𝐓 ⎯ 𝐊𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora