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El vuelo había sido tranquilo debido a que habían partido la noche anterior y se la pasaron la mayor parte del tiempo dormidos.

Jimin estaba seguro de que no podría pegar el ojo de la emoción que sentía, pero Jungkook le insistió que debían dormir porque llegarían por la mañana y no tenían que desaprovechar ni una sola hora de su viaje deseado.

Cuando llegaron al hotel, lo primero que hicieron fue admirar lo encantador y lujoso que era, los dos se habían quedado sorprendidos de la interminable piscina que tenía y la hermosa vista frente al mar.

—No puedo creer que realmente estemos aquí, Kook —murmuró Jimin cerca de él sin dejar de ver hacia todos lados mientras que el nombrado recogía la llave de su habitación.

—Lo sé, para mi también es difícil de creer —le sonrió y le mostró ya la tarjeta que abriría la habitación donde pasarían los siguientes días —. Espero que no te moleste compartir habitación conmigo, pero es que no le veía el sentido a dormir en habitaciones separadas.

—Está perfecto así, solo espero que sea una cama grande la que vayamos a compartir porque sigues subiéndote a mi por las noches cuando estás dormido —Jimin tomó la llave de la mano de Jungkook y comenzaron a caminar hacia el elevador para subir al piso en el que se encontraba la habitación.

—Lo siento, sabes que no me gusta sentirme solito cuando estoy dormido —puchereó . —Además, tienes que aguantarme, tú también sigues teniendo la manía de abrazarme a medianoche.

—Nunca te has quejado de eso —le recordó el más bajo.

—Porque me gusta dormir acompañado —volvió a aclarar.

Ya en la habitación, lo primero que hicieron fue dejar el equipaje cerca de la entrada y observar el interior de ésta. Jungkook ya había visto imágenes previas cuando reservó el hotel, pero seguía siendo emocionante, en cambio Jimin estaba fascinado con absolutamente todo.

—No puede ser, mira que vista —su atención fue acaparada por el ventanal de la habitación que dirigía a un pequeño balcón desde donde se podía apreciar toda la playa, la piscina y el hermoso mar.

Jungkook lo miró a él primero, admirando la bonita expresión en su rostro, complacido de lo feliz que se veía desde que supo que vendrían. Jimin amaba el mar, solían visitar la playa de Galveston cuando tenían tiempo, soñando que algún día pisarían la arena hawaiana y vivirían su sueño hecho realidad. Después disfrutó de la vista que admiraba Jimin.

—Esto es perfecto —comentó Jimin enamorado, apoyado en la pared del balcón. Jungkook se puso a un lado suyo y siguió mirando hacia abajo todo lo que disfrutarían por los siguientes tres días —. Muchas gracias, Kook —agradeció desde lo más profundo de su corazón apreciando el perfil perfecto de Jungkook.

El nombrado giró su rostro para atraparlo mirándolo con un brillo en ellos precioso, Jungkook supo que había hecho una gran decisión al haber planeado ese viaje.

—De nada, Minie. Feliz cumpleaños —murmuró con una sonrisa dulce.
El cumpleañero estiró los brazos hacia Jungkook para abrazarlo en agradecimiento, porque además sentía que necesitaba un abrazo en ese momento, necesitaba sentirlo contra su cuerpo en uno de los días más felices de su vida. Necesitaba todo eso.
A esa altura, el viento soplaba fuerte y revoloteaba sus cabellos en todas direcciones, entrándoles por los ojos, haciéndoles cosquillas en la nariz y acariciando sus mejillas, el aire soplaba fuerte contra sus oídos y los absorbía en una burbuja relajante y suya, solamente suya.

—¿Tienes hambre? Tenemos todo pagado, así que podemos bajar ahora al restaurante del hotel para comer algo. No necesito decírtelo para que sepas que yo sí me estoy muriendo de hambre —terminó de decir haciendo reír a Jimin, quien asintió de acuerdo.

𝐋𝐎𝐒𝐓 ⎯ 𝐊𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora