☀️ Final

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Jungkook estaba preparando sus instrumentos para la siguiente cita del día en su estudio. Tranquilamente tarareaba una canción mientras pensaba en enviarle un mensaje a Jimin preguntándole si quería acompañarlo más noche a sacar a Bam a correr.

Estaba a punto de tomar su teléfono cuando la puerta de la habitación se abrió y su siguiente cliente hizo acto de presencia.

—Buenas tardes —saludó dándose la vuelta para encarar a su cliente.

—Hola, Kook.

Jungkook se quedó unos segundos sorprendido ante la presencia de aquella persona y el sonido de esa voz que hacían varios meses que no escuchaba.

—Madeleine —musitó.

Ella sonrió algo nerviosa, pero caminó hasta la camilla donde se recostó para ser tatuada por el pelinegro. Jungkook  miró cada movimiento sintiéndose abrumado por la repentina aparición de la chica.

—Tranquilo, solo vengo a que me cubras un tatuaje —le dijo al notar la expresión de confusión en su rostro.

Jungkook asintió y arrastró la silla en la que estaba sentado junto con el mueble donde tenía todo lo que necesitaba para tatuar.

Madeleine levantó un poco su blusa para mostrarle un tatuaje de una fecha en números romanos que tenía sobre los huesos de su cadera.

—¿Será posible que lo cubras con una rama llena de margaritas? —preguntó con pena —. Ya no quiero ver ese tatuaje.

—Sí, es posible —respondió simple.

Jungkook comenzó con el trabajo en completo silencio y demasiado serio, principalmente porque era muy profesional con su trabajo y además porque sentía que el ambiente estaba envuelto por una sensación de incomodidad que no sabía cómo ni quería intentar romper.

Madeleine lo miraba de reojo de vez en cuando, no sabiendo qué hacer o decir, no era casualidad que hubiera ido al estudio de Jungkook para taparse un tatuaje, pero el hombre no parecía querer entablar una conversación con ella. Ni siquiera la miraba.

—¿Cómo has estado? —preguntó ella finalmente.

Jungkook dudó unos segundos de su acción, ¿Por qué estaba intentando charlar con él?

—Bien —respondió cortésmente —, gracias por preguntar.

Podría haberle preguntado lo mismo por amabilidad, pero no estaba seguro si era lo correcto entablar una conversación con ella después de la última vez que habían hablado.

—Me alegra saberlo —respondió emocionada por haber recibido una respuesta de su parte, creyó que la ignoraría, pero rápidamente pensó que eso era absurdo porque Jungkook era demasiado bueno como para hacerle algo como eso —. Ha pasado mucho desde la última vez que hablamos...

—Dijiste que no querías saber nada de mi —respondió de pronto, interrumpiéndola —. No te ofendas, me da gusto ver que estés bien, pero no comprendo por qué has venido aquí.

Madeleine asintió comprensiva.

—Sé lo que dije y estoy arrepentida, no debimos terminar así. No me mal entiendas, no vengo aquí buscando otra oportunidad porque estoy enterada de tu relación con Jimin y debo aclarar que aunque me sorprendió saber sobre ustedes dos, era algo de esperarse, siempre supe que ni yo ni nadie podría compararse con Jimin jamás —admitió con una sonrisa de labios apretados.

Jungkook se quedó serio por un tiempo mientras seguía concentrado en el tatuaje que estaba cubriendo, analizando las palabras de Madeleine.

Era cierto, nadie podría compararse con Jimin ni en mil millones de años o vidas existentes. Jimin era lo mejor del mundo.

𝐋𝐎𝐒𝐓 ⎯ 𝐊𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora