UNHOLY / jjk&kth.

02

El abogado Jeon Jungkook era uno de los hombres más solicitados para resolver casos en la corte, debido a que la mayoría resultaban ganados exitosamente.

Ésta vez no era la excepción.

El pelinegro pasó su diestra por su cabello peinándolo hacia atrás, liberando un poco de su estrés generado a lo largo de toda la audiencia. Después de cuatro horas llenas de sermones y un poco de labia de su parte, salió de la corte.

A su alrededor llegaron unos cuantos entrevistadores, Jungkook cubrió su rostro indispuesto a responder cualquier clase de preguntas y solo continuó hasta su automóvil, yéndose al instante a su casa.

— ¿Qué fue de la chica? —Escuchó la suave voz de su mujer al entrar a su vivienda.

— Nada que yo no pueda solucionar —Dijo quitando su enorme abrigo y colgándolo en el perchero.

— Vi las noticias, esa mujer atropelló a un hombre y aún así conseguiste que la dejaran en libertad —Eun-ji se posó en el umbral de la entrada de la sala.

— No te angusties tanto, es mi trabajo —Bufó al dejarse caer en el sofá—, si no fuera por esa gente desquiciada, no tendríamos para comer.

Eun-ji solo asintió y fue a la cocina, sirvió un plato de sopa caliente y en un vaso un poco de agua. Lo llevó en una charola hasta la sala donde Jungkook se encontraba buscando en la televisión un canal.

— Es viernes, no hay nada bueno —Jungkook asiente desinteresado—, aquí está tu comida.

El pelinegro sigue buscando entre canales algo con que entretenerse y siente como la charola es puesta sobre la mesa del centro, observa la comida y frunce el ceño.

— ¿Qué es esto? —Gruñe un poco— Te dije que quería panceta de cerdo.

— Aquí no es restaurante.

La mujer se cruzó de brazos y rodó los ojos, sabía que estaba así por lo que pasó la noche anterior.

— Te doy dinero suficiente para que compres cosas de buena calidad, sabes que las harinas me hacen daño —Con su dedo indice acarició el puente de su nariz y la miró—. Saldré a comer con Hoseok.

— ¿Ese idiota? Oh no, claro que no irás —Eun-ji cierra los puños enfurecida cuando ve a su marido ponerse de pie y tomar rápidamente su abrigo—. Ese hijo de puta es un desibligado y mujeriego, no es buena compañía para ti.

— No soy un niño, joder —Alza la voz encarándola, Eun-ji solo baja la cabeza— Perdón, no debí hablarte así...

— Lárgate.

Jungkook la observa un poco y se siente arrepentido, pero estaba harto de que su esposa lo tratara como si fueran madre e hijo, estaba cansado de que no lo dejara salir por sus celos enfermizos. Tomó su maletín y salió de la casa. Llamó a Hoseok y quedan de verse en el centro comercial.

El pelinegro jamás le había levantado la voz a su esposa, para él, las mujeres son una creación divina que merece ser apreciada. Pero joder, llevaban 5 años de matrimonio, y no sabía desde que momento su paciencia se estaba agotando.

El vivió toda su vida hasta la adultez con su madre, su padre fue un hijo de puta que los golpeaba y se drogaba con cocaína barata. Jungkook no quería ser como su padre, él quería ser la figura paterna que nunca tuvo y siempre deseó tener.

Estacionó su auto y le sonrió a Hoseok que lo esperaba fuera de su casa en la terraza mientras observaba su celular; el rubio le devolvió la sonrisa mostrando sus dientes alineados.

— No pensé que me invitarías a una cita —Dijo Hoseok soltando una risa después.

Jungkook rodó los ojos y el rubio entró en el asiento del copiloto.