six

321 31 10
                                    

Los días pasaban, y cada vez te sentía más lejos. Sentía frío lejos de tus brazos, ya no recibía tus caricias, y tus besos dejaron de posarse en mi piel.


Me pregunté: ¿Acaso estoy haciendo algo mal? Lleno de dudas, de incertidumbre, mi pecho dolía profundamente cuando te veía, tan radiante y lleno de vida. Lejos de mí, ignorando mi presencia.

Tus amigos no tardaron en darse cuenta; Nicolás junto a Juan me acompañaban en mi soledad, «lo siento mucho, no sabemos qué le pasa, pero ojalá se solucione todo» decían ellos, mirándome con pena y otorgándome pequeños abrazos, aún así, me sentía frío, solo y lejano. Ningún abrazo era suficiente, porque no era tuyo, no era de aquel chico del cual me enamoré tan perdidamente, aquel que me hizo tan feliz por meses.

Pero esa felicidad se acabó, y no sé por qué, dime, ¿acaso encontraste a alguien más? No puedo evitar hacerme esa pregunta, y cada día que pasa me confirma que es así, te veo junto a ella todas las mañanas, tus historias de Instagram solo se volvieron indirectas para una chica, que supongo es ella. Y en todas tus fotos sales acompañado de esa rubia tan linda.

No te culpo, es tan hermosa que incluso yo me enamoraría de ella, pero no es así, porque mi corazón solo te pertenece a ti, mi alma entera está contigo, Iván, ¿por qué no lo ves? ¿Por qué me haces sufrir tanto?

He intentado millones de veces alejarme de ti de una vez por todas, dejar ir el amor que siento por ti y dejar que seas feliz junto a ella, pero no puedo, porque te amo, y esperaré el día en que te intereses de nuevo en mí y quieras volver a mis brazos, que te esperarán siempre con la misma calidez de siempre; esa que siempre decías que te hacía feliz.

¿Por qué me siento tan mal? No lo comprendo, eres feliz, Ivi, tan feliz que siento tu sonrisa brillar, y un aura muy bonita te rodea, tan absorto del mundo exterior, siempre riendo y haciendo bromas, te ves incluso más feliz que cuando estabas conmigo. Se supone que tendría que hacerme feliz, pero en cambio, solo puedo llorar en los brazos de Tomás, sintiéndome horrible, tan reemplazable.

Tus ojitos tan profundos brillan cuando miras a esa petisa, y te ves tan lindo observándola, que incluso yo puedo sentir ese amor que sale de tu corazón. Creo que te gustan las personas pequeñas, ¿no? Porque incluso ella es tan bajita como yo, me causa gracia, ¿por qué le dices que es adorable? ¿Por qué a mí me decías que no parecía un hombre por ser tan bajo? Te burlabas siempre de mí, «pareces una mujercita siendo tan pequeño, encima con esa ropa». A veces me tratabas como una chica. Siempre lo ignoré, porque te amo, porque no me importa cómo me trates, porque, aunque me doliera, podía soportarlo con tal de estar contigo.

Tomás dijo que si hacía una carta podría deshacerme de estos sentimientos más fácilmente, no sé si en verdad funcione, espero que sí, porque ya no quiero llorar en mi cama, con los maullidos preocupados de Barry sonando a mi lado.

Quizás nunca me amaste, quizás nunca me viste realmente como un chico. Quizás, solo quizás, me usaste para experimentar, para alimentar tu morbo, «quizás» es la palabra que siempre uso contigo, porque no quiero creer que eres así, quiero seguir creyendo que me quieres, que aunque te alejaste, sigo estando en tu mente.

Te fuiste lejos, y lo entiendo, acepto que te hayas enamorado de alguien más. Alguien se adueñó de tus pensamientos, y ese alguien no soy yo.

Te amo, te esperaré siempre, mi querido Ivi, el amor de mi vida; el chico de mis sueños.

-Con amor, Rodrigo.

bad stories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora