Fin del mundo

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Uno pensaría que el fin del mundo sería por causas del calentamiento global, alienígenas o por una guerra echa por un país del "primer mundo".
Pero no fue así.

Ese día iba normal para todos nosotros.
Tan normal y aburrido para mí, un escritorio desbordando una ciudad de papeleo.

Mis ojos se cerraban en contra de su voluntad, no había dormido bien con tantos documentos que revisar y firmar.

Frote mi cara con frustración, pero el ruido y gritos histéricos del exterior me hicieron detener. Ví por la ventana que las personas estaban corriendo a todas direcciones despavoridos, empujandose para no ser alcanzados.
A lo lejos se alcanzaba a ver unos seres extraños, lo primero que se me vino a la mente fue que era algún tipo de experimento que se escapó de algún laboratorio.
Active la alerta inmediatamente en cuanto lo ví.
Si esa cosa, había sido creada en mi territorio me perjudicaria.

Llamé a Moscú lo más rápido posible y también a mi gobierno para que cerraran fronteras inmediatamente.

La FSB llego para auxiliar a la población y detener al extraño ser.
FSO llegó para protegerme, me llevó junto con mi presidente a un cuarto especial para salvaguardarnos.

Esperamos por demasiado tiempo, no se escuchaba el ruido del exterior, eso extrañó en demasía; mi presidente estaba enojandose. A mi simplemente me dio igual el como se sentía el.

Al poco tiempo, un ruido estremecedor se escuchó, la puerta del lugar estaba tirada en el suelo y uno de esos seres estaba encima de la puerta. No pudimos reaccionar a tiempo, cuando el ser ya estaba encima de mi presidente abriendo su pecho y comiendo su corazón.

El ser era de color gris, parecía una persona del torso, brazos y piernas, su rostro era de tonos verdes, sus ojos parecían los de una serpiente del mismo tono que su rostro, su cabello le llegaba a los hombros.
Me volteó a ver, dejando de comer las entrañas del que solía ser el presidente. Se acercó a mi lentamente; un grito que no era humano se escuchó, el ser salió corriendo, sin olvidar agarrar el cuerpo con la mano de su cola.

Un rastro de sangre yacía en el suelo.
Salí del "lugar seguro". Fui a la ventana más cercana, había cuerpos sin vida, las calles estaban desoladas.

No esperé más, fui a una habitación y saqué todas las armas que pude cargar y salí de esa casa, sin dudar lo que iba a hacer.

Ya habían pasado meses, estaba pilotando un jet; debido a las investigaciones que hice, esos monstruos habían salido de México. Y todo parecía concordar. México desapareció después de ese día, no se había comunicado con nadie.

Sobrevolé lo que se suponía era la capital mexicana, pero solo era agua, unas cuantas casas se divisaban, también había demasiada vegetación.

No podría aterrizar sin estrellarme. No había opciones, más que saltar del jet a una altura baja.

Así lo hice, el avión se estrelló en la copa de un árbol y cayó al agua. Nade hasta que pude tocar el suelo con mis pies.

Caminé por días sin descansar. Siguiendo a esas bestias, llevaban personas vivas amordazados y amarrados de pies y manos.

Llegamos a un lugar extraño, los árboles eran enormes, y hacían función de pilares, la vegetación estaba muy bien enredada, tanto que parecían paredes, entraron moviendo las hojas.

Entré con cautela, el lugar era enorme por dentro, parecía una sala del trono, pero en el techo había capullos de raíces y flores con personas adentro.

Los seres salieron del "cuarto"; preparé mi arma y apunte hacia el "trono" de raíces y flores. En el estaba sentado una persona de piel aperlada, su vestimenta consistía solo en una manta amarrada de un hombro, tenía unos collares largos hechos de jade, tenía aretes enormes de forma circular de Jade, obsidiana y un pequeño toque de oro.
Portaba una corona echa de raíces, flores llamativas, de ella colgaban pequeñas bolitas de oro y obsidiana.

La persona levantó la cabeza, sus ojos se abrieron con sorpresa e ilusión, de ellos se deslizaron lágrimas, su boca tenía una enorme sonrisa, estiró su brazo, parecía que poco le importaba que yo le siguiera apuntando con la pistola.

-Ven Rusia, por favor- su voz salió en un hilo débil. Yo obedecí.
Me acerqué a él, hasta quedar a unos pocos centímetros. Me inque para poder estar cara a cara. El me jaló hacia el, solo para abrazarme.

Sentí que mi hombro se empapaba, solo me quedó apretar más el abrazo.
Se separó de mí, con una sonrisa apenada. -Perdona ya te empape el hombro- yo negué, pues no me importaba ensuciarme, total ya estaba más que eso. -Hace mucho que no veo a otro country o persona que esté conciente o en un capullo-

Lo miré con tristeza -Mex tengo que sacarte de aquí- sus ojos se abrieron con terror, negó bruscamente.-Tienes que matarme.-

Lo miré con terror-No puedo hacerlo México-, el me tomó del rostro, con un aire comprensivo - Si puedes - no podía hacerlo, él, aún que no lo notara siempre fue mi todo, me apoyó en momentos difíciles, tal vez no lo hizo económica o políticamente, pero si moralmente.
No podía, además estaba vivo y no parecía estar débil, eso significa que su gente a sobrevivido a esas bestias.

- No México, no lo voy a hacer, no quiero hacerlo- apartó la mirada y solo asintió.
Estaba apunto de llamar a alguien que nos viniera a sacar de aquí, cuando uno de esos seres apareció en la "entrada". No lo pensé y le apunté con mi arma. Pero no parecía haberme visto; México tomó mi mano e hizo que guardara el arma.

Habló en un idioma que no comprendía, entrelazó su mano con la mía, el monstruo hizo algún tipo de reverencia, levantó su rostro verde escamoso y dió un alarido ensordecedor.
Levantó sus brazos largos, abrió sus manos, en ellas había una piedra de un tamaño considerable. México tomó la piedra con ambas manos, la azotó en su trono, la piedra se partió y varias joyas cayeron al suelo.

México sonrió entristecido, tomó la mano del ser, cortó una pequeña flor de su corona y la puso en la palma del monstruo, después la cerró y besó el puño.

El ser se retiró del lugar sonriente.
Active mi ubicación y la alarma de búsqueda sin que México se diese cuenta. -Es hora de irnos México- el me miró asombrado y asintió. Estiró sus brazos, dándome a entender que lo cargara. Lo miré extrañado, el no me volteó a ver a los ojos, mire sus piernas, no se veían nada bien, parecían fracturadas. Me acerqué, entrelazó sus brazos alrededor de mi cuello, lo tomé de la cintura, pero cuando estaba a punto de levantarme, el sonido de un arma se oyó, aturdiendome.

Sentí el cuerpo de México sin fuerza, su pulso disminuyó, entonces entendí lo que pasó.

Un fuerte temblor se hizo presente, sentí mis rodillas húmedas, el nivel del agua estaba aumentando rápidamente. No me importó llevar el cuerpo inerte de México encima mío, yo quería que los demás países vieran a México, más que nada su familia y amigos cercanos. Ellos le darían el respeto que merece.























Al poco tiempo de la muerte de México, comprendí que esos monstruos eran su población, algo había pasado para que se convirtiera en esas cosas, pero por mantener la paz en el mundo se decidió no continuar con las investigaciones. Lo que antes era territorio mexicano, ahora era mar, al que se le llamó "Mar Mexicano" en honor a él.

El mundo ha cambiado, algunos de los países centroamericanos cayeron,pero lograron recuperarse. Estados Unidos es más serio, ya no hace chistes sarcásticos, ni molesta a otros, el dólar cayó aún más, pero sigue estando dentro del "primer mundo".

Y yo solo lo extraño, lo extraño demasiado, pero eh recordado todos los consejos que me dió y gracias a ello me esfuerzo cada día más, para superarme a mí mismo.











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Imagen sacada de Pinterest, es Rusia.
9/30

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