"Cuitaplaton / Centlapachton"
Había llegado a la casa de México hace dos horas, le había "caído" de sorpresa, ya que le había dicho que mis vacaciones comenzaban hasta el próximo mes.
Casi se atraganta con su cena al verme entrar a la cocina, y algunos de sus hijos; como gusta de llamarle a sus estados; se pararon a abrazarme o a ayudarle a su padre.Al caer las doce de la noche, México llevó a sus hijos a sus habitaciones y contarles una historia para "dormir"; una leyenda mexicana para nada grata de escuchar por cualquiera que fuera nervioso o supersticioso en extremo; fuimos a su habitación, yo acomodé mi maleta cerca del ropero y México se fue a bañar.
Después de unas horas México ya se había dormido abrazado a mí. Yo no podía dormir; supongo que era el cambio de horario; pero me sentía observado; el ruido de un vaso de vidrio que cayó al piso me alertó y a México lo despertó. El se estaba levantado cuando lo detuve y me ofrecí para ver que había sido, acepto de mala gana y volvió a acostarse.
Ya en la planta baja, caminé hacia la cocina pero antes de poder entrar, un coyote se atravesó en mi camino, se me quedó viendo con esos brillantes ojos negros, me dió escalofríos, pero solo siguió su camino.
Odiaba a ese coyote, era de Durango, pero siempre me seguía con la mirada como esperando que algo me pasara.Entré a la cocina y descubrí que Guerrero y Yucatán estaban robando las galletas que México había preparado. Prendí la luz de la cocina, espantandolos al instante. Cuando vieron que era yo, se relajaron. Los dejé irse con su botín.
Recogí los últimos pedazos de vidrio del vaso y los tiré a la basura. Robé otro poco de galletas para mí y México, y volví a subir a la tercera planta y entrar en la habitación.
Dejé la mitad de las galletas en un pequeño plato que México siempre tenía en su mesita de noche.
Yo comía mi parte, pero México volteó a verme; más dormido que despierto; y preguntó con una voz rasposa, bastante tierna a mi parecer-¿Qué era?- le acerqué una galleta a su boca, la mordió y sonrió -¿Guerrero y Yucatán?- me asombraba el conocimiento que tenia acerca de sus estados- Si, eran ellos.-
Solo soltó una pequeña risa. Se hizo a un lado y palmeo el colchón, como indicación a que me volviera acostar en la cama.
Acomodé el cobertor para taparnos bien, pero se me vino a la mente ese coyote, tenía que decirle a México- Méx- un asentimiento de cabeza me fue dado- El coyote de Durango está suelto- se separó de mi pecho exaltado- Hace meses que soltamos a ese coyote en su hábitad, ¿no te habrás equivocado?- la duda creció en mí - No, yo lo vi antes de entrar a la cocina- frunci el ceño.La cara de México cambió drásticamente, en sus ojos se veía la preocupación, como si hubiera recordado algo, y volvió a hablar -Rusia, escúchame bien, si vuelves a escuchar un sonido en cualquier lugar, ya sea dentro o fuera de la casa, no busques absolutamente nada, háblame, no importa que, ¿entiendes?- no estaba entendiendo ¿el creía que no podía cuidarme solo?- Я знаю, как позаботиться о себе Мексика(Yo sé cómo cuidarme México)- me levanté de la cama, agarré sutilmente la llave del cuarto, y salí de allí cerrando con seguro la puerta, mientras escuché a México decir que regresara al cuarto y - Se que puedes cuidarte, pero de esto no, por favor Rusia, escúchame- me alejé de la puerta.
Importandome poco el que la perilla de la puerta se moviera con brusquedad.Llegué a la sala, sin saber que iba a hacer aquí, gracias a mi imprudencia había dejado a México encerrado, cosa que le atormentaba, había sido un estúpido, o más bien soy más que eso. Espero que México no me perdone tan pronto. Que me haga sufrir como quiera, me lo merezco.
Caminé de regreso hacia arriba, pero vi una pequeña sombra, parecía imitar el andar de un pato, lo más probable es que era alguno de los pequeños de México,intentando no despertar a nadie, iba a verlo después, primero tenía que abrir la puerta del cuarto.
Abrí la puerta de la habitación, no quería ni levantar la mirada, sentía la vergüenza de mis acciones, pero debía darle la cara a Méx.
Cuando levante la mirada, la habitación se encontraba vacía, la ventana estaba abierta, había podido salir, tenía que buscarlo, y rogarle perdón.Salí de la habitación con prisa, bajé las escaleras con desesperación, me tropecé varias veces, pero sabía que caer me haría perder tiempo y no me lo permití.
Un ruido en el pasillo hacia los baños se hizo presente, con la esperanza de encontrar a México, fui hacia donde provenía el sonido.
Al abrir la puerta del baño no había nadie a la vista, caminé hacia los cubículos, y uno por uno fui abriendo las puertas de metal. Por el rabillo del ojo vi que alguien corrío como si fuese un pato, sonreí con burla; los hijos de Méx siempre eran tan espontáneos en cuanto a las bromas o juegos.
Así que solo lo seguí, a los cubículos del fondo, abrí la puerta pero tampoco había alguien allí.La sospecha se hizo presente junto a la curiosidad, cuando volteé para ya salir de los baños, frente a mí estaba una mujer muy pequeña, su cabello era largo, le llegaba a la cintura. A mi llegó la asfixiante sensación de miedo, sentí como si mi sangre se volviera fría, mis rodillas temblaban.
La extraña mujer enana, dio la vuelta caminando como un pato.Quería seguirla, pero no reaccionaba, no podía moverme; al poco tiempo volví a caminar, pero no de manera normal, mi cuerpo seguía temblando del miedo producido.
México llegó a mi corriendo, el estaba espantado, sus ojos eran llorosos, y solo me dejé abrazar, sin comprender bien que fue lo que pasó.
1056 palabras
◇La Cuitaplaton; según Bernardino de Sahagun, en el libro V de su Historia General de las cosas de la Nueva España, la aparición de los fantasmas se atribuía al dios Tezcatlipoca.
Esta era una mujer enana o pequeña, de cabellos largos, hasta la cintura, con un andar muy parecido al pato. Cuitaplaton se aparecía a los hombres cuando iban al baño para sorprenderlos, y quienes la veían volvían a sus casas temblando de pavor con la convicción de que tarde o temprano morirían o les ocurriría alguna tragedia. Si algún valiente quería atraparla le resultaba imposible, pues esta desaparecía y reaparecia hasta que el intrépido quedaba burlado.
◇El coyote que se le apareció a Rusia; también consignada por Sahagun; Tezcatlipoca se aparecía en forma de coyote para impedir el paso a los viajeros o para advertirles de algún peligro o desgracia en el camino.Imagen sacada de Pinterest, es el Rusia de esta historia.
