Estamos perfectos.

7 1 0
                                    

Aún no podía pensar con claridad, el beso con Charly me había dejado bastante aturdida (por no decir tonta) era algo que había deseado desde muy pequeña, desde que descubrí que tenía un crush con él había imaginado ese momento, pero jamás, en todos los años que lo conozco pensé que eso podría hacerse realidad. 

Dos chasquidos delante de mi rostro hicieron que volviera a la realidad

-Honey, es muy tarde, ya deberías ir a casa... mejor yo termino de limpiar, ¿si?-André me miraba preocupado y no lo culpo, había estado tan metida en mis pensamientos que lo había ignorado el resto de la noche.

-Está bien André, también es mi trabajo... ya es suficiente que te hayan echo trabajar doble turno por mi culpa-Agregué con un leve suspiro

-Ohhh Maimai, eso es lo que te tiene tan preocupada?-Dijo mi amigo mientras me quitaba los utensilios de limpieza que traía en la mano y me rodeaba en un fuerte abrazo.. Ese abrazo, su calidez hizo que lo que no sabía que me estaba guardando saliera de repente.

comencé a sollozar en silencio y temía no poder detenerme jamás, algo me molestaba en el pecho y hasta éste preciso momento no me había dado cuenta de lo que era-No es eso  André.. tengo.. tengo miedo de perderlo, de haber arruinado todo-El chico que claramente no entendía nada, solo se limitaba a acariciar mi cabello y decir algunas palabras tranquilizadoras.

intenté calmarme, bebí agua y respiré hondo un par de veces, decidimos que charlaríamos de esto mientras caminábamos de regreso a casa, el día había sido agotador y no queríamos permanecer un segundo más allí. Para mi suerte la brisa fresca de la noche hizo que instantáneamente me sintiera un poco mejor, pero al pasar por el callejón dónde todo había ocurrido solo hizo que los recuerdos y la culpa me inundaran por completo.

-¿Quieres hablar de lo que pasó?-Preguntó cauteloso mientras se encendía un cigarrillo.

Dudé un par de segundos antes de contarle, pero al demonio, no podía guardarme esto y era a la única persona a la que le podía contar sin que me juzgara-Besé a Charly... Bueno, él  me besó, pero yo..

-¿QUE?-El humo salió con brusquedad por sus labios y sus ojos casi se salieron de tan grandes que los abrió. Bueno tal vez si me iba a juzgar después de todo..

-¿Me harás decirlo de nuevo?-Contesté enfadada mientras pateaba una piedra que se cruzó en mi camino. 

-No... solo déjame procesarlo-Caminamos un par de segundos en silencio, mientras André le daba una o dos caladas a su cigarrillo-Estoy orgulloso de ti perra-Dijo con una gran sonrisa en su rostro. Mi cara de confusión debía ser la más grande en éste momento- A ver... es algo bueno, ¿o no? Él te gusta, tu le gustas, fin.

-No, es que..-Suspiré enojada-Y si él siente que todo esto es un error, todo se habrá arruinado-Pude sentir como mi voz se quebraba al final de mi oración, pero decidí ignorarlo

-Honey, a ese chico le gustas y si aún no lo notaste eres una tonta-Lo miré sumamente ofendida

-¿De que lado estás?

-Del tuyo amiga. pero a veces eres un poco ciega-Dijo revolviendo un poco mi cabello.

-Es que.. ¿esto es correcto André? es decir, vivimos en la misma casa, mi padre lo quiere como a un hijo y yo..

-Ah ah, no me vengas con el cuento del hermanastro o lo que sea-Dijo al fin tirando la colilla de su cigarrillo- Jamás lo viste como a un hermano, estuviste enamorada de él desde siempre, yo no creo que esto sea algo malo. Creo que él te podría hacer feliz y ya es hora de que lo seas Mai..-Decidí no contestar a eso.. de echo no sabía que podría decir, solo caminamos en silencio hasta mi casa y fue bastante bueno saber que mi amigo no me juzgó y que lo que había echo no era tan malo, eso me dio paz.

Aunque todo rastro de ella se esfumó en cuanto llegamos a mi casa y pude ver a Charly sentado en el pórtico, aunque a penas podía visualizar su silueta en la penumbra, la ceniza de su cigarrillo brillaba con fuerza cada vez que le daba una calada. 

-Adiós cielo, te veo mañana-Depositó un suave beso en mi sien y se alejó lentamente. 

Caminé a paso lento hasta el rubio e inmediatamente el olor del cigarro inundó mis fosas nasales, si bien era un olor que odiaba desde siempre, el de Charly se mezclaba con su perfume y hacía que extrañamente huela bien..

-¿Que haces aquí?-Dije tomando asiento a su lado. El no contestó, solo seguía mirando un punto fijo en algún lugar del césped.

-Quería asegurarme de que llegaras bien a casa-Dijo por fin volteándome a ver. Yo solo asentí 

Nos mantuvimos en silencio un par de minutos, solo mirándonos en medio de la oscuridad, no quería romper ese silencio.. es más, ni siquiera sabía que decir. 

-¿El silencio te sigue pareciendo cómodo junto a mi Maia?-Preguntó preocupado 

Mi corazón comenzó a latir con fuerza ¿A caso el también estaba preocupado por que las cosas cambiaran entre nosotros? 

-Si..-Susurré y a pesar de que a penas si podía ver su rostro, juro que pude notar como una linda sonrisa se dibujaba allí. 

Charly tomó mi mano y me ayudó a ponerme de pie, caminamos hacia adentro y subimos las escaleras en completo silencio, jamás me soltó la mano y eso me pareció muy tierno. 

Entramos a mi habitación y cuando por fin estuvimos frente a frente de nuevo, los recuerdos de aquel beso invadieron mi mente... real mente quería repetirlo, pero él ¿También quería eso?

Y como si Charly estuviese leyendo mi mente, acortó la poca distancia que existía entre nosotros y me besó, el beso era lento, suave, reconfortante...Mis manos se juntaron detrás de su cuello y las suyas se posicionaron a cada lado de mi cintura.

No sabía con exactitud que era lo que estaba sucediendo, pero si de algo estaba segura es que quería más. Mis manos viajaron hasta los botones de su camisa y comencé a desabrocharlos lentamente, él no se opuso en ningún momento, sus besos viajaron desde mis labios, a mis hombros y cuando mi playera le estorbó para llegar a dónde quería me la sacó de un solo tirón, me observó allí frente a él un par de segundos y volvió a retomar el recorrido de besos.

Todo se sentía muy bien, Charly era muy gentil y dulce, era algo que no había experimentado jamás, todas las sensaciones eran nuevas y maravillosas.

Ya ambos en ropa interior caminamos en la oscuridad hasta la cama, envolví mis piernas al rededor de su cintura atrayéndolo más a mi, pudiendo sentir que él me necesitaba tanto como yo a él... Cada beso, cada caricia se sentía perfecto, sentía como sus manos quemaban mi piel, mis muslos, mi abdomen, mis pechos, Charly dejaba una revolución en mi cuerpo que no había sentido jamás, que no sabía que podía sentir.

Sentí sus dedos en el dobladillo de mi ropa interior y vi como con su mirada me cuestionaba si estaba bien... solo asentí mientras le daba un pequeño beso en la comisura de sus labios.

Sus movimientos hacían que cada vez todo se sintiera mejor, que cada vez lo necesitara más y más, sus gruñidos hacían que mi corazón se acelerara por completo y temía que ésta iba a ser mi perdición, Charly sin dudas iba a ser mi perdición.

Sus movimientos se fueron incrementando hasta que por fin cayó rendido a mi lado acompañado de un gran suspiro. Ninguno dijo nada.. en la habitación solo se oían nuestras respiraciones agitadas.

-¿Estás bien?-Preguntó preocupado mientras se sentaba en la cama.

-Estoy bien...¿Estamos bien?-Inquirí temiendo que la respuesta sea negativa

-Estamos perfectos-Dijo sonriente antes de acomodarse a mi lado dispuesto a dormir.

El secreto de CharlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora