Cartas bien jugadas.

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La alarma de mi celular sonaba tan fuerte que juraba que despertaría a toda la casa, pero a pesar de todos mis intentos por escapar de los brazos de Charly, era imposible

-Maiaaa, apaga esa mierda-Gritó con su cara aún enterrada en la almohada

-Eso intento-Me removí entre su agarre-Pero tu no ayudas mucho-Dije rendida

-Uhhm-Gruñó antes de soltarme y por fin pude tomar el aparato y apagar la alarma.

me puse de pie y comencé a juntar mis cosas, dispuesta a tomar una ducha antes de entrar al trabajo, pero un jalón hizo que callera de espaldas sobre la cama

-¿Te tienes que ir?-Cuestionó el rubio rodeándome con sus brazos mientras dejaba un par de besos en mi cuello.

-Si Charly y si no me sueltas voy a llegar tarde al trabajo-Y aunque ganas de quedarme en la cama junto a él no me faltaban, sabía que no podía permitirme llegar tarde o eso empeoraría las cosas con Rick-¡Ya basta!-Pedí en cuento comencé a sentir sus cosquillas en mi abdomen.

-Ahg que aburrida-Dijo rendido antes de detenerse y tirarse de nuevo en la cama

-No soy aburrida-me defendí-Tengo que trabajar

-Maia, las mañanas se hicieron para llenarse de besos y amor-Dijo haciendo énfasis en las últimas palabras

-Estarían llenas de besos y amor si no apestaras tanto a whisky y cigarrillo-lo observé por unos segundos tirado allí en medio de mi cama. Su cara de ofendido era una de las cosas más tiernas que había visto jamás

-Ah, pero eso no te molestó anoche pequeña traviesa-Dijo coqueto
Y antes de que él pudiera ver mi cara completamente roja me fui directo al baño 

Cuando por fin estuve lista bajé a desayunar, saludé a mi padre que como de costumbre estaba bebiendo una gran taza de café mientras ojeaba laboratorios médicos.
-Buen día papá-Saludé con pequeño beso en su mejilla a lo que el respondió con una linda sonrisa.

-Maia querida!-La voz chillona de Gina hizo que me sobresaltara por completo, no la había visto allí.

-Gina.. buenos días-Decidí no agregar nada mas y tomar mi café en silencio. Hablar con esa mujer era como hablar con la pared y todo lo que decías podía ser usado en tu contra.

-Y bien Maia.. ¿Cuánto tiempo te quedarás con nosotros?-Cuestionó con una pequeña sonrisa "amigable", que claramente de amigable esa mujer no tenía un pelo.

-Yo... Bueno-aclaré un poco mi garganta. La verdad es que no había pensado en cuanto tiempo me quedaría-No lo sé Gina, supongo que hasta que pueda ahorrar lo suficiente para pagar algún buen alquiler o algo de eso.. estaba pensando en..-No pude terminar de hablar, ya que el estruendo que había echo mi padre al apoyar su taza sobre la mesa se había robado toda la atención.

-Maia, no vas a alquilar en ningún lugar-dijo muy serio mientras se quitaba sus gafas de lectura- Ya te dije que quiero que estudies y en cuanto puedas inscribirte en la universidad, dejaras tu empleo y comenzarás una carrera, ese era el trato-A pesar de que había escuchado sus palabras perfectamente, no podía creer que mi padre estuviese diciendo todo eso delante de su esposa.. el siempre fue del tipo de hombre que agachaba la cabeza y hacía todo lo que ella quería.

-Si claro querida.. no tienes que alquilar, tu padre tiene razón-Se apresuró a decir mientras juntaba las tazas sobre la mesa-Bien, los dejaré, tengo que ir a trabajar-Dejó un pequeño beso en la cabeza de mi padre y pasó junto a mi sin siquiera mirarme, claramente lo que él dijo le había molestado demasiado.

-¿Gina trabaja?-Pregunté incrédula.. si, sabía que ella era decoradora o algo así, pero también sabía que nadie en la ciudad la contrataba porque tenía un gusto espantoso.

El secreto de CharlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora